Tanto para el desayuno, en el que se sirven tostas e incluso churros, como para el aperitivo donde se puede tomar algunas buenas raciones, como la comida con platos tradicionales e incluso la merienda, este espacio es un auténtico lujo. Los fines de semana hay un DJ que ameniza con música a los comensales, que van desde amigos, familias, parejas o reuniones de trabajo.
El bar, así lo define su director Jorge Llovet (también fundador de Ramses, vecino de Patio de Leones), sirve la cerveza en pequeñas cubiteras que permiten tomarlas a la temperatura deseada. La carta está bien diseñada con platos fríos entre los que no faltan las tablas de queso, jamón o el foie, además de la mortadela trufada de Negrini, con tosta de pan y tomate (15 euros) , o las conservas de calidad como los mejillones en escabeche con patatas fritas o los berberechos.

Las raciones frías y calientes continúan proporcionan la posibilidad de compartir diferentes platos, entre ellas la Ensaladilla Rusa (13 euros) bastante mejorable, sale demasiado fría y le falta punch. Sin embargo, son un acierto completo las croquetas de Joselito (13 euros) crujientes por fuera, muy cremosas-casi líquidas por dentro y sobre todo con un sabor a jamón que persiste tras tomarse. Merecen sin duda la pena y son un valor seguro en ese tapeo en la terraza.
El pulpo a la plancha sobre puré de patata con ajada (21 euros) es otro clásico, que aunque está sobre cocido, como es el gusto de los madrileños en su conjunto es correcto. Al igual que las gambas rojas al ajillo (17 euros) que también agradecerían para respetar su calidad menos cocción. También se ofrece la tortilla de patata o los langostinos en gabardina, en definitiva se puede comer muy correctamente de tapeo.

En el terreno de los platos principales, las carnes mandan sobre los pescados, algunos de los que se elaboran de forma correcta como el Rape y Langostinos a la bilbaína (23 euros), sin embargo fallidas las Chuletas de cordero lechal (21 euros) servidas con patatas fritas y pimientos de padrón, las chuletas llevan por encima una salsa de carne concentrada inexplicable que desvirtúa completamente su sabor aportándolas demasiada salinidad. Las patas caseras están muy buenas así como los pimientos.
Los postres son caseros, y probamos la tarta de queso (7 euros) una ración más que para compartir, y en textura y sabor se corresponde a las tartas de queso de corte más tradicional. Probamos también un helado de piña (4 euros), en realidad es un helado de sorbete (está mal denominado en la carta), refrescante de buen sabor, tiene el problema de estar cristalizado.
El restaurante dispone de una carta de cafés que probamos, y de muy buena calidad. Así como el pan rústico de masa madre que no puedes parar de comer. Aunque no tomamos vino, la carta merece la pena, están bien servidos y hay mucha oferta por copas.

Es una lástima que en los tiempos actuales nos sintamos más seguros al aire libre porque en el caso de Patio de Leones, el interior es una maravilla, con 200 m2 de local, una barra desde la que se pueden ver 500 referencias de vinos así como las piezas exclusivas de los artistas Sergio Mora y Pepe Puente. Solo la contemplación de estas obras ya es una experiencia. Es completamente accesible para personas con movilidad reducida, e incluso hay una ascensor para bajar a los baños, que hay que ver con sus leones en forma de fuente, rememorando a los de la Alhambra.
En definitiva, Patio de Leones es un bar restaurante que merece la pena la visita, porque adapta su “multi propuesta” a las necesidades de sus clientes, tanto horarias como gastronómicas. Desde tomar una cerveza bien servida, una copa de vino con una tabla de embutidos, un vermú especial Martini con un foie, a un guiso o una merienda con tradicionales churros, e incluso otras más innovadoras y muy correctas. Compartiendo platos se puede comer por 25-30 euros. En lo puramente gastronómico, dentro de los platos que hemos probado, es correcto pero acepta mejora. En su conjunto recomendamos el establecimiento porque no estamos sobrados de lugares seguros, donde pasarlo bien comiendo y bebiendo, y este es uno de ellos.
Calle Serrano, 1 Madrid.
Teléfono 651 555 000