Las entregas a domicilio son el presente y futuro de la restauración. Frente a un público que busca experiencias gastronómicas de forma rápida y cómoda, el dellivery es una opción de éxito. Así lo demuestra un informe presentado por la consultora de restauración Nextbite, en el que se un 23% de la muestra analizada consume comida a domicilio al menos una vez a la semana. Un porcentaje que se incrementa sorprendentemente si nos centramos en la franja de los millennials, el 71% pide comida para llevar cada semana.
Ahora bien, no todo vale en los envíos a domicilio. Un 77% de los encuestados confesó que la velocidad en el reparto es un factor determinante a la hora de escoger el restaurante. Es decir, para que la comida a domicilio sea una opción viable dentro del negocio es preciso gestionar los pedidos a través de un sistema optimizado de gestión. Softwares como el de Last.app, la strat-up española dedicada a la creación de softwares para restauración, han ganado peso en los últimos años ya que facilitan el envío, mejoran la eficiencia y reduce el margen de error. Si el cliente está contento con el sistema de pedido, los ingresos del restaurante se ven incrementados.

Los ingresos de aquellos restaurantes que han implementado sistema delivery no solo se incrementan por alcanzar a más clientes; sino porque quienes consumen desde casa gastan más en su cesta que quienes acuden al local. En este sentido, el sistema de reparto a domicilio se ha puesto al alcance de pequeños y grandes negocios gracias a empresas especializadas en logística. Aunque también existe la posibilidad de gestionar el delivery de forma interna desde el mismo restaurante, aprovechandose de las ventajas de introducir el análisis de big data en restauración.
Delivery externo: descentralización y visibilidad en las plataformas de reparto
Nombres como Glovo, Uber Eats o Just Eats son perfectamente conocidos, actualmente. Estas empresas son las encargadas de ofrecer un sistema de logística para externalizar el reparto a domicilio en los restaurantes. Desde Last.app analizan las ventajas e inconvenientes de confiar esta parte del proceso a una empresa externa al negocio.
La mayor de las ventajas es que estas plataformas cuentan con una clientela fidelizada que acostumbra a pedir a domicilio. El restaurante se posiciona a través de ellas en un escaparate digital, en el que se facilita el pago telemático. El inconveniente es que el restaurante o local no ejerce un control total sobre la actividad. Esto obliga a pagar comisiones a terceros y aleja al cliente del negocio en sí.

Delivery interno: centralización de la gestión de las comandas
Si se quiere controlar todo el proceso del delivery, el restaurante tiene que desarrollar un servicio de entregas propio. Con esta estrategia, el restaurante se ahorra las cuotas de terceros y todos los ingresos derivados del reparto a domicilio van a parar a su cuenta, directamente. Además, el negocio puede controlar la calidad del servicio desde la gestión de los pedidos hasta la rapidez de entrega. Además, esta opción favorece la comunicación entre el restaurante y sus clientes, de quienes puede obtener feedback para mejorar.
Aún así, este modelo implica una serie de desventajas derivadas del gasto añadido que supone gestionar las entregas desde el propio restaurante. “Se necesita un sistema de pedidos y pago online a desarrollar, la compra o alquiler de vehículos para el reparto -a los que cabe sumarles el gasto que generan- y un equipo de repartidores”, explican fuentes de Last.app. Algo que supone un gran desembolso en primera instancia.

Independientemente de cual sea el modelo escogido, lo que está claro es que el reparto a domicilio es ya un obligado dentro de los negocios de restauración. De hecho, desde NOD Group pronostican un incremento anual del 17% en las ventas a domicilio hasta el año 2025. Un crecimiento favorecido por la aplicación de la tecnología en hostelería y la restauración. Poder analizar y calcular los costes, la inversión y las oportunidades que puede ofrecer cada uno de los servicios de entrega para adaptar el modelo de entrega a domicilio a las características y objetivos de cada negocio.