¿Comprar agua embotellada o beberla del grifo? Esta es una de las preguntas que miles de familias se hacen a diario. Si elegimos la segunda opción, también podemos filtrarla mediante dispositivos domésticos, una medida que cada vez llevan a cabo más personas. Decidamos beberla de una forma u otra, ¿Qué factores nos animan a ello?
Este es el objeto de estudio de la investigación realizada por UOC ( Universidad Oberta de Cataluña) la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) y la IERMB ( Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona) para conocer qué factores influyen en la forma de consumir agua en los domicilios catalanes. El estudio se elaboró en base a las entrevistas realizadas a 581 hogares catalanes.

Los resultados obtenidos constatan que los principales factores para beber agua embotellada son: la mala calidad observada en el agua del grifo, la presencia de niños en el domicilio y la falta de un sistema para tratar el agua del grifo, en el caso de las personas que no lo tienen.
Precisamente esta última razón es la que menos se esperaban los investigadores. “El resultado que más nos sorprendió fue la importancia que dieron los sujetos a tener algún tipo de sistema de tratamiento del agua en el hogar, ya sean jarras de carbono activo o sistemas más complejos, como la ósmosis inversa» apunta Hug March, coautor e investigador de TURBA Lab, y profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Concretamente, el 31.2% de los hogares estudiados contaban con un sistema de tratamiento de agua.
Otras de las razones destacadas para la elección del agua de botella son el sabor y olor, elegidas por el 51.3% de los encuestados, frente a motivos de salud elegida por el 34.2%. Se aprecia, además, que los entrevistados prefieren cocinar con el agua del grifo que usarla para beber.

Un tercio de los hogares señaló que consumían agua embotellada por motivos de salud, debido a ello, los autores aluden a que entre la población existe la creencia de que el agua del grifo es perjudicial para el organismo. En este sentido advierten que son las instituciones públicas y los suministradores los que deben concienciar a la gente de que no es así.
Las consecuencias de este consumo masivo de agua embotellada repercuten directamente en el medio ambiente generando millones de residuos cada año. Sin lugar a duda la decisión más sostenible es beber agua del grifo, pero si optamos por comprar botellas los investigadores recomiendan utilizar los envases con más capacidad posible y siempre reciclarlos.