¿Por qué comer carne de caza?

¿Por qué comer carne de caza?

Prezacasa lleva elaborando y vendiendo embutidos de caza desde el año 1998. Este tipo de carne tiene muchos beneficios para la salud y es muy importante incluirla en nuestra dieta siempre que sea posible. Además, al igual que la carne de granja, también se puede consumir de diversas formas, en embutidos, patés o cocinada.

Ruth Cordero Delgado27/04/2021

La “carne de caza” es en muchas ocasiones la gran olvidada de la gastronomía española, y no debería ser así, pues es una carne muy sana y con muchos beneficios nutricionales. Hablamos de carnes procedentes de animales cuyo hábitat natural es el silvestre, como, por ejemplo, el jabalí, la perdiz, el ciervo o el gamo.

Hoy en día la carne de caza está considerada una exquisitez y aunque parezca difícil encontrar más allá de los restaurantes de confianza, se comercializa en muchos restaurantes y tiendas especializadas. Además, gracias a internet han aparecido muchas tiendas online que acercan esta carne al consumidor. Aquí es donde se encuentra Precazasa, la tienda online especializada en embutidos de carne de caza.

Los embutidos elaborados con carne de caza son una alternativa a los tradicionales de cerdo, poseen menos grasa y sal.

Precazasa es una empresa 100% “made in Spain” con más de 20 años de dedicación. Fabrican y distribuyen a restaurantes y clientes sus productos cárnicos elaborados con carne de caza. La materia prima de Precazasa proviene de los cotos de caza próximos a su fábrica.

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Menos grasa

Una de las principales ventajas de esta carne es que contiene en muy pocas calorías, numerosos beneficios nutricionales. Al vivir en libertad, los animales tienen mucho más movimiento que las especies criadas en granjas, esto hace que su carne contenga mucha menos grasa. Posee también más proteínas y aminoácidos esenciales.  

La Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (ASICCAZA) realizó un estudio comparativo entre las carnes habituales y la carne de caza. La carne de gamo contiene un 0.7% de grasa, mientras que carnes como el pollo o el cerdo contienen 5.5% y 17% respectivamente. Esta diferencia se grasa se nota sobre todo en los embutidos como el chorizo o el salchichón.

Altos valores nutricionales

La carne de caza y sobre todo la de ciervo, es muy rica en vitaminas del grupo B, hierro y selenio. Este último ayuda a prevenir las enfermedades vasculares y está especialmente indicado para aquellas personas que padezcan problemas de hipertensión o colesterol alto. Otro elemento presente en estas piezas es el magnesio, muy importante para las articulaciones y el sistema nervioso central y el zinc que refuerza el cabello y las uñas.

La carne de caza como el ciervo o jabalí tiene mucho menos porcentaje de grasa que la de cerdo o pollo.

En Precazasa son especialistas sobre todo en los embutidos de y Jabalí y Ciervo. El jabalí es una carne magra que refuerza el sistema inmunológico y cardiovascular. El ciervo, sin embargo, tiene una carne mucho más ligera y, dentro de la caza, es una de las que menos grasa posee, por lo que es una buena alternativa para aquellas personas con digestiones pesadas.  

En cuanto a las vitaminas del grupo B que posee esta carne destacan la niacina (B3), la riboflavina (B2) y la cianocobalamina (B12). La niacina ayuda disminuir el cansancio y la fatiga, la riboflavina es muy importante para que nuestro metabolismo energético funcione correctamente y, por su parte, la B12 mejora el sistema circulatorio y refuerza el sistema inmunitario.

¿Para quién es la carne silvestre?

Todo tipo de personas pueden consumir este tipo de carne y, además, debido a sus propiedades nutricionales está especialmente indicada para ciertos grupos. Justo es el caso de las personas que sufren anemia por su alto contenido en hierro y fósforo y las personas con problemas cardiovasculares. También es interesante incluirla habitualmente en la dieta de los deportistas ya que, por lo general, son personas que buscan encontrar mucha proteína en bajas cantidades de grasa.

Además, está muy recomendada para los niños mayores de seis años, ya que contiene muchas menos hormonas y fármacos que los animales criados en grandes explotaciones y puede ser perjudiciales en los primeros años de desarrollo.