Cuando veo en las bandejas el nombre en rojo de Pastelerías Mallorca respiro aliviada: el café me sentará bien y todo estará buenísimo

¿Por qué las pastelerías Mallorca me gustan tanto?

Con Mucha Gula16/06/2010

Disfruto mucho viendo los escaparates y mostradores de MallorcaEscribo estas líneas desde mi portátil en la terraza de Pastelerías Mallorca en la calle Juan Pérez Zuñiga de Madrid. Adoro merendar aquí, y no conozco ninguna tarta de manzana mejor que la que hacen en Mallorca. También soy una gran admiradora de su tortel, no me extraña que sea uno de los dulces más solicitados: me sabe al que tomaba cuando era niña. Suelo acercarme en cualquier momento, sobre todo para merendar, y disfruto viendo sus escaparates: los saladitos, las tartaletas, las focaccias, los panecillos de jamón o de tortilla de patatas, los canapés, los rollitos… Me gustan especialmente las medias noches rellenas: ¡qué buenas están! Estos bollitos los invento el pastelero de Isabel II, y se los daba justo antes de acostarse  con un chocolate. Se hacían con masa de pan dulce, y les pusieron ese nombre precisamente porque los tomaba a medianoche.

Para los mayores llevé una tabla de quesos y embutidos y dos botellas de vino tinto de su magnífica bodega… y todos encantadosCuando tengo que hacer un regalo también echo un vistazo y siempre encuentro algo original. Hace una semanas le compre a mi sobrino un paquete regalo, maravillosamente envuelto, que contenía un champagne para niños sin alcohol, diferentes golosinas y un peluche. Para los mayores llevé una tabla de quesos y embutidos y dos botellas de vino tinto de su magnífica bodega… y todos encantados. Me gusta poder resolver en una sola vez todo lo que necesito, que tengan en cuenta los más mínimos  detalles para hacerte la vida más fácil. Se nota que estas pastelerías llevan funcionando desde hace generaciones, concretamente desde 1931, y tienen detrás una familia que se esmera al milímetro por que todo esté muy cuidado, con ese espíritu del trabajo bien hecho donde lo verdaderamente importante es el cliente, adelantarse a sus necesidades, y eso se nota.

Tengo varias amigas que últimamente han sido madres, y he dejado de comprar flores: ocupan mucho espacio en la habitación, y después tienen que trasladarlas a casa con el bebe, las bolsas… y terminan por ser un problema, así que he encontrado la solución comprando una cajita de bombones. Los hay para nacimientos de niño o niña, y quedan estupendos. Ahora han sacado una gama nueva de bombones, los hay más pequeños, son de diferentes clases, cuando los compro siempre pido cuatro o cinco trufas para mí, y una me la tomo mientras elijo. Las bandejas surtidas de saladitos o pequeña bollería también son bien recibidas por las «mamás», al igual que una cajita de macarons o pastas de té.

Una tabla de quesos o de ibéricos siempre es bienvenida si cenas en casa de un amigo o si cada uno queda en traer algoCuando voy a cenar a casa de amigos, con frecuencia llevo algún regalo gourmet. Antes llevaba vinos, pero me he dado cuenta de que muchas veces los llevan otras personas y no se abren, o que según la comida que pongan ya los tienen elegidos, así que ahora llevo algunos productos gourmet que me envasan fantásticamente en cajas, bandejas de mimbre, tablas… y pones lo que quieras: ahumados, alguna lata de conservas -todas son buenísimas, pero las de mejillones en escabeche me gustan especialmente- una buena tabla de quesos, ibéricos, foies, alguna latita de caviar… Yo pienso en lo que me voy a gastar y se lo digo al dependiente: ¿qué me podría preparar con 60 ó 100 euros? -por ejemplo- y quedo muy bien. Si en vez de una cena es una merienda, llevo algo de bollería: unas ensaimadas, unos mini cruasanes, unas tartitas de ración surtidas. Para quienes no les gustan nada los dulces, hay pocos pero los hay, llevo un quiché, una coca o una bandeja surtida de fritos o bocadillitos.

Cuando organizamos un almuerzo algunos matrimonios, cada uno lleva algo diferente. Muchas veces me ofrezco a llevar los entrantes, y compro embutidos, jamón ibérico recién cortado, mortadelas italianas, lomo, alguna longaniza artesana, incluso algo preparado: unas croquetas, unos hojaldres o una crema de espinacas, que luego se coloca en porciones en la mesa.

Los bombones son una alternativa ideal para los ramos de floresEl servicio a domicilio lo utilizo menos, tal vez porque disfruto mucho viendo los productos «in situ», no obstante es muy práctico. Sirven en Madrid y alrededores, no tiene coste adicional y te puede resolver muchas situaciones, desde una comida que viene gente a casa y te apetece poner unos entrantes ricos, luego un rosbif, unos quesos y unos postres individuales con frutas, por ejemplo. En una fiesta infantil, cuando quedamos para ver un partido importante y apetece picar algo rico sin tener que cocinar o, sencillamente, cuando viene la familia, una llamada al 91 410 00 00 y todo solucionado. También resulta muy cómodo el servicio a domicilio cuando quieres que envíen un regalo: unas botellas de un vino que sabemos le gusta, por ejemplo, a ese médico al que le estamos tan agradecidos, unos chocolates a una compañera a la que han ascendido, un surtido de conservas y ahumados con una botella de champagne con el mensaje: «ya queda menos, lo tomaremos juntos».

Cuando veo en las bandejas el nombre en rojo de Pastelerías Mallorca respiro aliviada: el café me sentará bien y todo estará buenísimoPor mi trabajo voy a muchos cócteles, me viene a la memoria un Congreso, el de Turismo y Gastronomía, que se celebró a finales de Mayo. El desayuno lo servía Mallorca, ¡qué delicia! Brochetitas de fruta absolutamente frescas, sandwiches variados tiernísimos con un sabor fantástico, pastitas dulces y cruasanes mini ¡mi perdición! Por supuesto, también había zumo natural, café y leche. Todo limpio, organizado, abundante… Su servicio de catering es también una buena opción para las empresas: desayunos de trabajo, cócteles en congresos, exposiciones, reuniones… En mi opinión, desde el punto de vista del cliente final, cuando veo en las bandejas el nombre en rojo de Pastelerías Mallorca respiro aliviada: el café me sentará bien y todo estará buenísimo.

Los dulces de Mallorca son mi perdiciónMe ha hecho mucha gracia el listado de lo más vendido que aparece en la web de Pastelerías Mallorca que aconsejo visitar: la tarta de 3 chocolates, las trufas, las barritas de tortilla, el croissant, los eclair -también llamado petit suisse-, los macarons, el milhojas de frambuesa, el jamón de York y las tartas, todos me gustan.

Para terminar, decir que los dulces festivos de estas pastelerías me encantan, desde las torrijas de Semana Santa a los buñuelos de viento, los huesos de Santo, el Panettone, los turrones y, por supuesto, el rey: El Roscón de Reyes. Sólo conozco un sitio donde me gusta más, aunque en eso también hay división de opiniones, porque algunas de mis compañeras de la radio dicen que el de Mallorca es el mejor.

En definitiva, Pastelerías Mallorca es una de esas empresas de confianza de toda la vida con la que nunca te equivocas. Da igual si es un dulce, un regalo delicatessen o platos preparados, siempre serán buenos y te los venderán personas que te escuchan y te informan. Puede que sus productos no sean los más baratos, pero la calidad siempre tiene un precio, y cuando se trata de alimentación, que es la base de la salud, merece la pena.