Jiri Stift durante su ponencia sobre la cocina tecno-emocional

Prague Food Festival 2011: delicias checas en los jardines del Castillo de Praga

Eva Celada30/05/2011
Los asistentes disfrutaban con la posibilidad de conocer de primera mano las ténicas presentadas por los chefsLos asistentes disfrutaban con la posibilidad de conocer de primera mano las ténicas presentadas por los chefs

Con la participación de importantes cocineros y productores, se ha celebrado del 27 al 29 de mayo en los jardines del Castillo de Praga la muestra gastronómica más importante de la República Checa, el Prague Food Festival, cuyo lema para esta edición era «Saborea el mundo» en la que estaban representadas las cocinas asiática, americana, francesa, italiana, belga, española y, por supuesto, la checa. Un festival curioso que acerca la gastronomía a la gente corriente, incluyendo concursos, conferencias, cocina en vivo, cóctelería… todo ello desde una perspectiva muy interactiva, como pudimos comprobar este fin de semana en la capital checa.

Los mejores restaurantes de la capital checa ofrecían completos menús degustación en formato reducido en sus correspondientes puestos al aire libre, con un precio de poco más de un euro el plato o unos seis el menú completo, con cervezas, vinos y cócteles desde cincuenta céntimos. En definitiva, precios muy ajustados para acercar los productos y la gastronomía de nivel al público local y a los turistas.

Jiri Stift durante su ponencia sobre la cocina tecno-emocionalJiri Stift durante su ponencia sobre la cocina tecno-emocional

Cabe destacar la participación en la Sala de juegos de pelota del Castillo de Praga del chef Jiri Stift, del restaurante Essensia del Hotel Mandarín Oriental de la capital checa, que ofreció una ponencia sobre «La emoción en el plato» y que, para demostrar tal emoción preparó, ante los asistentes, una Piruleta de foie gras con algodón de azúcar y un Helado de espuma de tiramisú realizado con hidrógeno. Ambos platos, cocinados en vivo y en directo, maravillaron al público, que además tuvo la posibilidad de probarlos y, en algunos casos, incluso de hacer de «pinches ocasionales».

El popular chef, que ha participado en el Festival todas sus ediciones, nos contaba: «Prague Food Festival es una gran fiesta en torno a la comida, un concepto perfecto pensado para gente que normalmente no vendría a nuestros restaurantes y que, a lo mejor, gracias a probar nuestra comida aquí, deciden venir«, reconociendo haber hecho una demostración de cocina tecnoemocial que no es nada nuevo, pero en la que continúa trabajando, utilizando los mejores productos, con su mirada puesta en la gastronomía española: «España se ha convertido en la referencia que antes pudo ser Francia o Italia, en mi opinión el mejor chef del mundo es el español Andoni Luis Aduriz, del restaurante Mugaritz, y después el suizo Denis Martin«.

Un experto en salsas y carnes como Peter Hajny, del restaurante Chagall’s, también de la capital, puso de manifiesto que con una cazuela y una sartén se pueden hacer absolutas delicias tradicionales checas.

Roman Dolejs centro en los túnidos su ponencia sobre la cocina de productoRoman Dolejs centro en los túnidos su ponencia sobre la cocina de producto

La cocina de producto es más que nunca la principal protagonista de la cocina actual, como demostró el chef Roman Dolejs, del restaurante Rickshaw del hotel Corinthia Towers, que puso en el estrado un túnido de gran tamaño y, con un cuchillo adecuado, lo cortó para posteriormente realizar un plato muy asiático: Atún a la plancha con helado de cayena, plátano, pimienta y coriandro. Gran número de los asistentes también tuvieron la oportunidad de probarlo.

Muy interesante resultó el debate: «Lo que más te interesa de la gastronomía» en el que intervino Pavel Maurer, creador de la Guía de Restaurantes más prestigiosa de la República Checa; la autora de best sellers de cocina Jana Florentyna Zatloukalová; y el chef Robert Nerad. De nuevo sale a relucir el espíritu del Festival, ¿qué te interesa a ti? No a críticos o expertos, sino a la gente normal, a los que pagan por ir a un restaurante.

Pavel Maurer, uno de los mejores conocedores de la gastronomía checa, posa junto a su conocida guía de restaurantesPavel Maurer, uno de los mejores conocedores de la gastronomía checa, posa junto a su conocida guía de restaurantes

El resultado del debate lo definía así Maurer: «intentamos que los visitantes disfruten de la gastronomía y también de las bellezas de la ciudad, que normalmente no suelen ser tan accesibles (en ediciones pasadas se celebró en el Puente de Carlos, en la Isla de Kampa, en la Isla de Zofin, o en los jardines sur del Castillo de Praga, y este año tiene lugar en los jardines norte del Castillo de Praga). Cada festival tiene su lema y se presentan aquí 15 gastronomías del mundo». Sobre la cocina checa se mostró humilde: «Somos un país pequeño con una cocina pequeña, a mucha distancia de la cocina española, que es impresionante. Nuestra cocina tiene influencias judías, astrohúngaras y alemanas, y también platos deliciosos, pero seríamos muy atrevidos si dijésemos que destacamos a nivel mundial«. Su famosa guía de los mejores restaurantes de la República Checa tiene un número uno el restaurante La Degustation Bohéme Burgoise (que próximamente valoraremos en Con Mucha Gula), que prepara la cocina checa según un recetario antiguo de hace 150 años, intentando volver a las especialidades típicas locales y, sobre todo, usando la materia prima original local de mucha calidad y una técnica de vanguardia.

Los visitantes podían preparar sus propios cócteles con el Vodka de Stock PrestigeLos visitantes podían preparar sus propios cócteles con el Vodka de Stock Prestige

Las actividades vinculadas con la cerveza tuvieron un especial protagonismo en el festival, Pilsner Urquell junto con el maestro cervecero senior Václav Birka ofrecieron las recomendaciones de maridajes con cerveza, así como el World Champion Beer Pourer (campeón del mundo tirando cerveza) Lukás Svoboda enseñó a los visitanters las diferentes formas de tirar cerveza y los beneficios de cada método, dejando a los mismos probar como hacerlo, incluso obsequiando a los «alumnos más aventajados» con diferentes premios. El ganador se llevó un barril de 50 l, y los aficionados a la cerveza y a los bares también tuvieron la oportunidad de ofrecer su opinión sobre los mejores establecimientos del país, una selección que recogió el conocido creador de la Guia Maurer y que servirá como base de una futura guía de los mejores bares de la República Checa.

El responsable del pabellon de Andalucía posa junto al maestro venenciadorEl responsable del pabellon de Andalucía posa junto al maestro venenciador

Los vinos tuvieron su lugar con catas y degustaciones, especialmente de los vinos blancos de Moravia, champanes como Taittinger, Bacchus (Chile), Trivento (Argentina)… pero sobre todo en el terreno de las bebidas el Festival sigue la tendencia europea del furor por la coctelería, con demostraciones en vivo por parte de algunas marcas como Stock Prestige Vodka y catas entre los asistentes, que pudieron preparar sus propias combinaciones.

La representación española llegó de la mano de Andalucía, con un maestro venenciador de Fino, jamón ibérico, aceitunas, queso y entre los platos calientes: carrillera y panacota ibérica. Se amenizaba la representación andaluza con flamenco en vivo.

Prague Food Festival acerca con éxito la alta cocina al públicoPrague Food Festival acerca con éxito la alta cocina al público

Curiosos y muy conseguidos los helados de cerveza y vino de Angelato Ice-Cream, que también ofrecían variedades de gorgonzola y vino. Además, demostraciones y ponencias invitaban a la cocina saludable, bajo el eslogan «Desgusta la República Checa»: se ofrecieron vinos orgánicos, frutas y verduras ecológicas, unas muestras que se extendieron al mundo infantil con platos ligeros para niños, que también pudieron pintar su cocina favorita en platos de papel, hacer palomitas y collares de pasta.

Previa reserva por Internet cualquiera podía visitar la Feria, cuyo coste de entrada era 400 coronas checas, unos 16 euros, de los cuales más de la mitad se reembolsaba en forma de cupones para probar la comida y la bebida alli ofrecida.

El Festival se completaba con una exposición de porcelana utilizada en diferentes cenas reales a lo largo de la Historia en el Palacete de verano del mismo castillo. En definitiva, Prague Food Festival es una buena excusa para visitar la bella ciudad de Praga y conocer un poco más de cerca su excelente gastronomía.