Uno de los clásicos navideños en España es comprar un buen jamón ibérico y disfrutar de lo lindo mientras dure. Muchas veces pensamos en esto como un lujo al alcance de pocos, pero en realidad por una parte existen excelentes jamones por precios muy asequibles y por otra pensemos en lo que nos acabamos gastando en embutido (muchas veces de dudosa calidad) y otros snacks y veréis que un jamón es una buena inversión.
Ahora bien, la clave es saber diferenciar uno bueno de uno mediocre, ya que en muchas ocasiones nos quieren vender gato por liebre. Hoy os damos un par de trucos infalibles para conocer la verdadera calidad de la pata de jamón que tienes enfrente antes de comprarlo.

Para ello, y ya que resulta altamente complicado abrir el jamón en la tienda, darle un corte, degustar y posteriormente decidir si lo compras o no, tenemos las benditas etiquetas. Por el Real Decreto 4/2014 se estableció que los Jamones Ibéricos deben llevar unas bridas que los diferencian en función del color de las mismas. Su significado es el siguiente:
- BRIDA NEGRA: jamón de bellota 100% ibérico, con alimentación a base de bellotas, hierbas y recursos naturales de la dehesa al menos durante sus últimos dos meses de vida.
- BRIDA ROJA: jamón de bellota ibérico o bien 50% raza ibérica o 75% raza ibérica, con alimentación a base de bellotas, hierbas y recursos naturales de la dehesa en al menos sus dos últimos meses de su vida.
- BRIDA VERDE: jamón de cebo de campo ibérico 50% raza ibérica, 75% raza ibérica o 100% raza ibérica, con una alimentación a base de piensos y hierbas.
- BRIDA BLANCA: jamón de cebo ibérico 50% raza ibérica, 75% raza ibérica o 100% raza ibérica con alimentación a base de piensos.
Ojo, es importante recalcar que este sistema de clasificaciones no quiere decir que un jamón de brida blanca vaya a estar malo, sino simplemente aclarar las diferencias entre uno y otro. En función de nuestros gustos y sobre todo de nuestro presupuesto podremos decidirnos por uno o por otro.