En el extremo noroccidental del Principado de Asturias nos encontramos con una de las siete Reservas de la Biosfera que es como decir que llegamos a una de las siete maravillas asturianas. Toda la Comarca Oscos-Eo está incluida dentro de la Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos y Terras de Burón. En Taramundi nació el turismo rural y sigue siendo un destino que mima la naturaleza pero también los viejos oficios y tradiciones, como la fabricación de navajas y cuchillos, los telares y el pan artesano y natural. Alrededor del río Eo surgen mil y una aventuras que te esperan este verano, incluida la buena gastronomía, con recetas de interior y excelentes pescados y mariscos en su zona de costa, que cuenta con una playa Monumento Natural. Sin olvidar la ostra asturiana, un producto único que se cría en la desembocadura del Eo.

Esta Reserva de la Biosfera fue declarada en 2007 y tiene mucho de especial. Para empezar, se prolonga por la vecina Galicia en las Terras de Burón que aparecen también en su nombre. Y además, es la única de Asturias con costa, por lo que al recorrerla tendremos montaña y playa en poco más de media hora. En el Principado, la Reserva se reparte en dos zonas bien diferenciadas: la cuenca del Eo, el río que le da nombre, que comprende los concejos de Vegadeo, San Tirso de Abres y Castropol, y la Comarca de Oscos y Taramundi, formados por Santa Eulalia Oscos, San Martín de Oscos, Villanueva de Oscos y Taramundi, situados en la zona sur y más elevada de la comarca.
AQUÍ NACIÓ EL TURISMO RURAL

En 1986, el hotel La Rectoral, en el concejo de Taramundi, se convirtió en el germen de lo que más tarde se conocería como el turismo rural. Treinta y cinco años después, este concejo del occidente asturiano sigue siendo uno de los destinos favoritos para quienes buscan encontrarse con la naturaleza en estado puro y recuperar las viejas tradiciones. En la Comarca de Oscos-Eo, el agua, el fuego y el hierro llevan unidos desde que los romanos abrieron allí sus primeras minas de hierro. La ferrería o herrería ha marcado toda una vida y toda una época. Hubo un tiempo en el que en Taramundi el sonido de fondo era el de los mazos, casi una docena, donde se trabajaba el metal con la fuerza del agua para fabricar herramientas y las famosas navajas.
LAS NAVAJAS DE TARAMUNDI

De los talleres de Taramundi salían las mejores navajas y cuchillos de Asturias… y de toda España. En los años 60 del siglo pasado se contaban en Taramundi unos 80 talleres artesanos. Hoy en día el visitante puede observar el trabajo de los ferreiros o fabricantes de cuchillos y navajas en Abraído, Aguillón, Bres, Cabaniñas, Os Esquíos, Llan, Loutima, Mousende, Nogueira, A Veiga de Llan y Vilanova. En el pueblo de Pardiñas está el Museo de la Cuchillería, con la navaja más grande del mundo presidiendo la entrada. Y en el pueblo de Taramundi, se puede contemplar una exposición permanente de cuchillos. Por suerte, esta artesanía sigue viva y los cuchilleros no apagan el fuego de sus fraguas o ferrerías. Muchos abren sus puertas al público y trabajan antes los ojos atónitos del visitante que admira la habilidad con la que logran domar el metal hasta conseguir cada pieza, navajas, cuchillos y tijeras. Y también dominan la madera, decorando de forma artesana los mangos con tallas originales, las más reclamadas con motivos celtas.
POR LA RUTA DEL AGUA
De Taramundi parten seis rutas señalizadas, sencillas y de poca longitud. La más larga es la Ruta del Agua, circular, de 14 km y dificultad baja (se tarda unas cuatro horas y media), y muy recomendable. Arranca en la parte baja del pueblo de Taramundi y llega a El Mazonovo, a tan solo 400 metros, donde encontramos el Museo de los Molinos, el más grande de España, con 18 molinos en funcionamiento.

La ruta se adentra en un bosque de castaños y antes de llegar al caserío de Os Esquíos hay que desviarse un poco para descubrir la preciosa cascada del arroyo de Salgueiras. En Os Esquíos hay un Museo Etnográfico cargado de recuerdos sobre todo de utensilios para hacer cuchillos y navaja. El camino hacia As Veigas discurre entre castaños robles y abedules y la llegada es una sorpresa: es un pueblo precioso, de cuidadas casas de piedra con tejados de pizarra. Un camino por la derecha del río Turía conduce a Os Teixóis, un conjunto etnográfico formado por mazo, molino, batán, piedra de afilar y hasta una pequeña central eléctrica que nos va descubriendo el ingenio del hombre para aprovechar la naturaleza y la fuerza del agua para facilitar su trabajo. Desde aquí se vuelve de nuevo hasta Taramundi.
‘FERRERÍAS’, TELARES Y BUEN PAN
En el concejo de Santa Eulalia de Oscos se encuentra la aldea de Mazonovo, bañada por el río Agüeira, que conserva una de las ferrerías más antiguas que existen en Asturias, del siglo XVIII. Se puede visitar y admirar la enorme rueda hidráulica y el banzao, el depósito de agua. También podrás forjar tu propio clavo o la moneda local, el osco, que te llevarás de recuerdo. Otra de las artesanías más arraigadas en la zona es la del telar, y en Santalla, capital de Santa Eulalia de Oscos, es posible acercarse al telar de Irene Villar para contemplar cómo se maneja con los hilos y los pedales para hacer maravillosos tejidos naturales. Otra visita muy especial es la del Palacio del Marqués de Sargadelos, Antonio Raimundo Ibáñez, creador de la famosa cerámica de Sargadelos con la que se fabrican vajillas y piezas de decoración con dibujos geométricos de color azul intenso, desde finales del siglo XVIII. Además, desde este museo se programan talleres para niños y adultos sobre elaboración de jabón artesano, velas y faroles, cosmética natural, reconocimiento de plantas, cata de cervezas, elaboración de cestas…

La lista de museos, centros etnográficos y talleres que pueden visitarse es muy amplia y te costará elegir. Pero no podemos abandonar Los Oscos sin practicar el apiturismo con Duxemiel, en el pueblo de Caraduxe. Tendremos que enfundarnos el traje especial para acercarnos a las colmenas y ver cómo las abejas elaboran la miel… y catarla.

Otro lugar que hay que visitar obligatoriamente es el Ecomuseo del Pan de Santa Eufemia, en Villanueva de Oscos. Y para terminar (en este primer viaje por la Comarca de Oscos-Eo), un palacio y un monasterio. El Palacio de Mon, en San Martín de Oscos data del siglo XVII, es grandioso y de estilo barroco. Y el Monasterio de Santa María, en Villanueva de Oscos.
CANOAS POR EL RÍO EO Y LOS OSCOS
Salimos de este entorno mágico para ir en busca del río Eo, junto al que nace uno de los bosques de ribera más impresionante de Asturias. A poco más de 90 kilómetros de su nacimiento en Fonteo (Lugo), el Eo abandona la Reserva y se lanza al Cantábrico formando antes una hermosa ría a la que se asoman pueblos marineros de ensueño. Precisamente en sus últimos kilómetros antes de la desembocadura, no podéis perderos la Vía Verde del Eo (ruta del Ferrocarril), que discurre por 12 kilómetros que atraviesan puentes y túneles, descubriendo toda su belleza natural hasta llegar a la última estación, O Chao (San Tirso de Abres).

Otra forma de seguir el curso del río es navegando en sus aguas en canoa. Es muy fácil y placentero, para practicar en familia, con embarcaciones de 1 a 3 plazas, excursiones como las que organiza la empresa de turismo activo Ciento Volando, tanto por el río como por la ría Eo: recorridos de hora y media navegando por los molinos de mareas, puertos de Figueras y Ribadeo, Puente de los Santos y Faro de Illa Pancha y playa de Arnao. Desde los pequeños muelles costeros de Castropol, Figueras y Ribadeo pueden realizarse paseos en barca por la ría.

La desembocadura del Eo es uno de los humedales más destacado del norte peninsular. Para conocerlo de cerca, nada mejor que recorrer el sencillo Paseo Costero entre Castropol y Figueras (8 km. ida y vuelta), o la Senda de la Ría del Eo en A Veiga/Vegadeo (4,5 km. de trazado circular). No será difícil observar garzas, garcillas, garcetas, espátulas y gaviotas. Con empresas como Geoface, te asegurarás el avistamiento de fauna salvaje en excursiones muy entretenidas para toda la familia por la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo.
UNA PLAYA MONUMENTAL

Llegamos hasta el litoral de esta Reserva de la Biosfera para descubrir la belleza de sus playas, dunas y acantilados. Por encima de todo destaca el Monumento Natural de la Playa de Penarronda, un gran arenal donde habitan especies protegidas como el alhelí de mar, solo presente en esta playa de Asturias, y aves marinas como el cormorán moñudo y el ostrero euroasiático que han encontrado refugio en sus islotes. La importancia ornitológica de este lugar le ha valido se incluida en la Zona de Especial Protección para las Aves de Penarronda-Barayo y forma parte además del Lugar de Interés Comunitario de Penarronda-Barayo.
LAS OSTRAS DEL EO

¿Conoces las ostras del Eo? Se crían de forma natural y ecológica dentro de la Reserva Natural de la ría del Eo. La empresa Acueo cultiva las ostras en parrillas elevadas, en sacos anclados a estas ‘mesas’ situadas a 150 metros de la orilla del mar, que quedan cubiertas por el agua o totalmente al descubierto dos veces cada día. Las ostras viven sujetas al ritmo de las mareas y todos los días del año pasan varias horas sin agua, lo que les obliga a desarrollar un potente músculo que las mantenga cerradas. La propia empresa dispone de una pequeña terraza en Castropol en la podrás saborearlas mientras contemplas la ría y su amplia ensenada, así como el pueblo de Figueras, mientras aprendes todos los secretos de su cultivo y también te enseñarán los trucos para abrirlas fácilmente.
AQUÍ SE COME MUY BIEN

En Santa Eulalia y Villanueva de Oscos hay productos típicos, como los derivados de la matanza del cerdo: botelos, longanizas, chorizos, jamones y “os roxois” (chicharrones), un manjar elaborado a base de grasa de cerdo y otras partes que se van derritiendo al fuego durante horas. El caldo de navizas y la fabada son algunos de sus platos estrella. También el chuletón, la ternera guisada, una churrascada de carnes o los platos de jabalí en época de caza, acompañados del pan tradicional de la zona. ¿Y de postre? Arroz con leche, requesón o freixolos propios del carnaval.
Los quesos de Taramundi han recuperado también la tradición quesera artesana. Encontrarás cinco variedades: queso con nueces y avellanas, queso semicurado (con leche de cabra y vaca), queso de cabra, queso oreado (fresco con leche de vaca), queso azul (con leche de vaca) y requesón natural (con receta de la abuela). Puedes comprarlos en la Quesería Eo Leche.

En Taramundi, el Lagar Sidrería Solleiro tiene sus propios manzanos y elaboran su sidra en el lagar. Y para comer, el famoso queso de Cabrales, los sabrosos quesos de Taramundi o las populares fabes asturianas.
Restaurante Casa Pedro, en Santa Eulalia de Oscos, cuenta entre sus especialidades con el pote de berzas, fabada, cachopo, rollitos de repollo rellenos de bacalao y una amplia variedad de postres caseros.
Mesón L’Auga es el restaurante de la Casona de Mazonovo. Tienes que probar las croquetas de jamón, los callos a la asturiana, el cordero Xaldo (variedad asturiana), rabo de buey al mencía, los lomos de bacalao con pisto, el pote de berzas y la fabada y las mejores carnes de ternera.
Alrededor de la Ría del Eo hay que decantarse por los platos marineros. Casa Vicente es todo un clásico y el más afamado de Castropol, con buenos pescados y recetas infalibles, como su pastel de cabracho y las almejas a la marinera, y en el Risón de Pena Mar te puedes dar un buen homenaje de marisco (zamburiñas, navajas, almejas, las ostras del Eo…) y pescados, como sardinas, pixín y bonito, a precios muy ajustados.