El perfil de Galicia es fácilmente reconocible por sus rías, cuyas aguas únicas sirven de lugar de cultivo para los mejores mariscos y pescados, aunque el clima templado de las Rías Baixas siempre las ha convertido en un codiciado destino turístico, sobre todo en verano. A mí lo que me enamoró desde el primer día son sus olores mar, a eucalipto, a laurel, a bosque; su gama infinita de verdes, sus playas paradisíacas, sus arenales… Y, sobre todo, disfrutar de esa calidad de vida que en muy pocos sitios se encuentra, y en la que incluyo una maravillosa gastronomía y los grandes vinos que la acompañan. Todo esto, sin el carácter especial de su gente, sería muy distinto.
Llevo casi media vida yendo y viniendo a esta zona sur de Galicia y sigue sorprendiéndome en cada visita porque siempre quedan rincones por descubrir y lugares donde una siempre tiene la devoción por volver. Aquí os dejo algunos que, sin ser los más conocidos merecen, sin duda, una visita:
Ría de Vigo
Empezando por esta ciudad cosmopolita, la más grande de Galicia y llena de opciones, siempre que puedo voy a comer o cenar a «Follas Novas» (Serafín Avendaño, 10. Esquina con Rosalía de Castro. Teléfono: 986.229.306) . Esta pequeña taberna con el nombre de la obra de Rosalía de Castro, está muy cerca de la estación de tren, en una zona privilegiada de la ciudad por su cercanía al Naútico y al centro comercial y financiero. Víctor y Albino son los dueños que cuidan el producto en este local, en el que siempre hay que reservar con bastante antelación. Aquí siempre hay una buena cocina gallega con productos escogidos. Buenas carnes, quesos del país y pescados muy frescos, elaborados de una manera sencilla pero muy rica, sabrosa y en su punto, además de una bodega muy bien escogida, todo a precios muy moderados.
Situado al final de la Ría de Vigo, para muchos el nombre de Arcade va ligado ineludiblemente al de sus ostras. Esta localidad pertenece al municipio de Soutomaior y aquí hay un sitio privilegiado que yo suelo compartir con grandes amigos: el restaurante Veiramar (Alfonso Castelao, 2. Teléfono: 986.700.916) . Paco Corral ofrece una cocina marinera de calidad indiscutible con los mejores pescados y mariscos de la ría al pie de una pequeña playa. Y, por supuesto, magníficas ostras.
Desde aquí es imprescindible acercarse a la Península del Morrazo, contemplando en el corto viaje los cientos de bateas que flotan en las aguas de la ría y visitar las villas marineras de Moaña, Cangas, Aldán y Bueu. Después de la visita al Cabo de Home y al cruceiro de Hío, en esta zona hay más de una docena de playas con bandera azul. Yo siempre me quedo en una muy pequeña, a la que llamo las «Mini-Cíes». Es la playa de Areacova, en la ría de Aldán. Es una de las playas más bonitas de Galicia, de arena blanca y aguas turquesas cristalinas. Tiene difícil el acceso y el aparcamiento, pero gracias a éso pocas veces, salvo en lo más alto de la temporada, está masificada. Pegado a la arena hay un restaurante con el mismo nombre, donde se disfruta de pecados frescos a la plancha y guisos sencillos en los que cuidan la calidad del producto.
Y en la playa cercana de Nerga, merece visita el restaurante La Curva, (Lugar Nerga 27. Teléfono: 986.329.329) un restaurante modesto, de cocina tradicional gallega con casi 40 años de andadura, especializado en arroces marineros, pescados, mariscos de la ría, carnes y postres típicos como sus ricas filloas. Las vistas a la Ría de Vigo y las Islas Cies son preciosas.
Ría de Pontevedra
Sin obviar la capital, que posee uno de los cascos históricos más bonitos de Galicia, a su salida, continuando por la costa, no puedo dejar de nombrar una de las grandes cocinas de Galicia y de España: Casa Solla (Avenida Sineiro, 7. Teléfono: 986.872.884) es siempre una experiencia excepcional, ejemplo de continuidad, trabajo, gusto e inteligencia en las elaboraciones de Pepe Solla.
Siguiendo camino y después de hacer parada en Combarro para ver sus tradicionales hórreos, siempre que puedo voy con amigos a A Bouza (Rúa a Mariña, 35. Teléfono: 986.741.246), una preciosa casa rural rodeada de diez hectáreas de bosque con robles, castaños, pinos y salgueiros. Construida en 1864 y llena de encanto, su biblioteca con chimenea es uno de mis rincones favoritos. Sus desayunos con mermeladas caseras, huevos de la finca y dulces caseros son la mejor propuesta para empezar el día. Desde su jardín podemos contemplar la isla de Tambo, una preciosa estampa al atardecer. Su excelente ubicación junto a la comarca de O Salnés, la cuna del vino Albariño, permite realizar varias excursiones y visitas. En apenas unos minutos se llega a los monasterios de Armenteira o Poio, a Sanxenxo o a las playas de arena blanca de esta Ría.
Ya situados en el valle de O Salnés, un paisaje repleto de vides nos lleva a Cambados, quizás la villa más señorial de esa zona, con un casco urbano admirable y majestuoso. Desde aquí podemos dirigirnos a O’Grove y visitar las Salazones de Moreiras, donde se puede aprender mucho sobre los oficios de la pesca y el marisqueo y, navegando entre las bateas, vemos cómo se trabaja en estas plataformas. En esta localidad, situada enfrente de la Isla de A Toxa, uno de mis restaurantes preferidos es A Solaina (Peralto, 8). Situado en una calle peatonal en la zona del puerto, su cocina está especializada en pescados y mariscos de excepcional calidad, al igual que su bodega. Sus mejillones en escabeche son imprescindibles. Y aquí, hablando de calidades increíbles, tampoco puedo dejar de nombrar a uno de mis restaurantes favoritos aunque sea más conocido: D’Berto (Rua Teniente Domínguez 84. Teléfono: 986.733.447) es una de las mejores marisquerías del mundo (no sólo lo digo yo), quizá el mejor sitio donde pedir pescados de gran tamaño, ostras excepcionales, almejas, berberechos y mariscos de la ría seleccionados por Berto Domínguez y acompañados de una muy destacable bodega.
Para rematar este corto viaje, nada mejor que hacer acopio de unas conservas de gran calidad. En Vilanova de Arousa se sitúa una de las mejores conserveras de la zona. Conservera Gallega, con las marcas Paco Lafuente y Rosa Lafuente, lleva más de cien años dedicada a la fabricación de conservas selectas de pescados y mariscos. A orillas de la ría que le da nombre, esta empresa selecciona cuidadosamente sus productos, elaborándolos de manera tradicional sin añadir ningún tipo de aditivo químico, lo que potencia el sabor y las características naturales de las materias primas utilizadas y empacándolos artesanalmente. Su cuidada presentación se ha convertido en un verdadero reclamo, y es tan sólo el anticipo de lo que nos espera al abrir la lata…