Quedar bien sin complicarte la vida

Una vez me dijo alguien del círculo de Samantha que a ella o la amas o la detestas, pero que a nadie le resulta  indiferente… Quizá en ello radique su éxito: en su carisma. Desde el punto de vista gastronómico, el libro es muy normalito, con recetas, como indica el título, resultonas y también facilonas, que ella viste bien pero que en sí no tienen mayor interés ni originalidad. Aún así, el libro conecta bien con una necesidad: la de hacer platos fáciles que parezcan difíciles, y en ese sentido es honesto con su título, y también con esa intención.

Los gorritos que Samantha luce en el libro son innecesarios e incluso restan credibilidad al libro, que en sí mismo tiene su público y su interés; el lucimiento de la imagen de la cocinera es accesorio y posiblemente innecesario, como lo son algunos elementos de las fotos de las recetas como, por poner un ejemplo, la sevillana en la imagen del Cazón en adobo o el teléfono en el Soflé de jamón y ques0 de la página 69.

Un libro muy indicado para los admiradores de la cocinera, bien editado, con la letra grande, honesto como decía y, en definitiva, recomendable.