Para ser uno de los Pueblos Más Bonitos de España hay que cumplir dos requisitos principales: tener un patrimonio natural o arquitectónico reconocido y no superar los 15.000 habitantes. Con estas premisas encontramos decenas de pueblos en España, pero para pertenecer a este selecto grupo hay que tener ese «algo más», esa belleza natural y cuidado que salta a la vista. Eso es lo que le sobra a estos pueblos riojanos que a la entrada lucen la insignia de este título. Son los Pueblos Más Bonitos de La Rioja, y cada uno de ellos tiene su encanto singular. Vamos a conocerlos de cerca.
Sajazarra y su encanto medieval
En la Rioja Alta, con el perfil de la sierra de Cantabria al fondo, nos encontramos con Sajazarra, un precioso pueblo en la comarca de Haro, en torno a la confluencia de los ríos Aguanal y Ea. Está rodeado de un paisaje de extensos viñedos y otros cultivos que envuelven el caserío de este coqueto pueblo marcado por edificios de un alto valor arquitectónico y cultural. El pueblo es un conjunto histórico-artístico, fortificado y con arcos apuntados en sus muros. Su calles empedradas y casas palaciegas conservan todo la esencia medieval e invitan a un paseo tranquilo buscando las huellas de su historia.
La primera mención de la villa aparece en el Fuero de Miranda de Ebro en 1099 con la denominación de «Saja». En 1146 aparece con el nombre actual en los documentos de concesión de fuero a Cerezo de Río Tirón por parte de Alfonso VII. En 1169 el rey Alfonso VIII donó la villa al monasterio de Valdefuentes, en escritura fechada en Tudela. Fue fortificada entre los siglos XII y XIII y en 1463 fue una de las cinco villas fundadoras de la Hermandad de Álava junto con Vitoria, Miranda de Ebro, Pancorbo y Salvatierra. Su magnífico castillo-palacio (de propiedad particular) es el centro de todas las miradas. Fue construido en la segunda mitad del siglo XV al transformarse la villa en señorío de los Velasco. Tiene un recinto exterior rectangular rodeado por cubos redondos y la torre del homenaje, situada en el centro del conjunto también con planta rectangular y cuatro torreones octogonales en sus esquinas con matacanes y almenas.
La villa y el castillo pertenecieron a los Condes de Nieva, también perteneció a Bugedo. Pegada al castillo se alza la iglesia de La Asunción, de los siglos XII y XIII, de diversos estilos. Su interior alberga una imagen de la Virgen de la Antigua y un bonito retablo del renacimiento. Quedan también restos de la muralla de la época de Alfonso X el Sabio y de una de las puertas de acceso, la del Arco. El río Mardancho o Ea circunvala casi todo el casco urbano de Sajazarra y nos lleva por rinconcitos bucólicos, sobre todo en otoño cuando los colores rojizos pintan el paisaje. Hay que estar atento, también, a las singulares piezas de arte moderno que aparecen en algunas de las fachadas, esculturas y pinturas muy sorprendentes. Si tu visita coincide con la romería a la ermita de la Virgen de Cillas, a finales de agosto, podrás apuntarte a la degustación de bollos preñados, vino y zurracapote. Otra cita interesante es el desembalaje de antigüedades que se organiza el último domingo de julio, en el paseo del Castillo, de diez de la mañana a ocho de la noche.
Para comer o tomar unos pinchos, en el centro del pueblo está el restaurante asador Ochavo, con menús de cocina tradicional, como el Ochavo (12,50€) o el Riojano (20€). Y para alojarse, La posada de Sajazarra, nos acoge en una casa del siglo XIX, restaurada, dispone de ocho habitaciones dobles. La decoración combina piezas antiguas combinadas con diseños actuales y un coqueto patio.
Una forma muy entretenida de conocer Sajazarra es recorrer sus calles en segway, con Segway La Rioja, en una ruta guiada en la que aprendemos toda la historia y arquitectura de este hermosos pueblo para continuar después por los alrededores, por los caminos y viñedos, para contemplar la belleza del paisaje de la zona en este vehículo fácil de manejar, cómodo y sostenible. La ruta dura una hora y media y se puede completar con una visita a alguna de las bodegas de la zona. Sajazarra se encuentra tan solo a 11 kilómetros de Haro, la capital del vino Rioja.
Briones, rendido a la historia y al buen vino
El título de Pueblo más bonito de España le ha llegado a Briones no hace mucho, en 2018, pero mucho antes ostentaba ese calificativo porque su belleza salta a la vista. Todo el centro urbano está catalogado como Conjunto Histórico Artístico. Briones aparece con su caserío plantado en una ladera y esa gran torre que se divisa desde la lejanía. Conviene llegar hasta la parte más alta para entrar en la Oficina de Turismo y recoger toda la información, pero, sobre todo, para tener unas vistas increíbles desde el mirador de la ermita del Santo Cristo de los Remedios. La villa conserva parte del antiguo trazado de las murallas y restos del castillo. La plaza es una maravilla, con edificios históricos en cada una de sus esquinas: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con la imponente torre campanario de 60 metros de altura. El ayuntamiento es un precioso edificio barroco que además alberga un museo etnógráfico, La Casa Encantada, llena de recuerdos que merece la pena conocer (entrada gratuita). Enfrente, en la esquina sureste, encontrarás la que se considera el edificio civil más antiguo de toda La Rioja, una casa que data del siglo XVI y se conoce como La Casona. Tiene dos plantas, la inferior de sillería y la superior de ladrillo, volada sobre vigas de madera. Y a su lado, la botica de Rabal, una antigua farmacia que conserva todo como hace un siglo y que se puede ver a través del cristal de la puerta. Las fachadas conservan los vanos enmarcados y muchas de ellas lucen escudos heráldicos. Los aleros con sus canes de madera tallados y una buena muestra de herrajes, rejas en los balcones y ventanas que hay que admirar en un tranquilo paseo por sus calles. Briones cuenta con el escenario perfecto para representar en verano sus famosas Jornadas Medievales, el tercer fin de semana de junio, y declaradas de Interés Turístico Nacional.
Briones cuenta además con una buena ruta de mesones (Los Calaos, Asador Los Nietos, Cuatro Arcos, Mesón Toloño, Bar Briones) donde probar platos tan típicos como las patatas a la riojana y las chuletillas al sarmiento, auténticas. En la parte baja, hay que conocer uno de los mejores museos del vino del mundo: Museo Vivanco de la Cultura del Vino. Un gran espacio, (más de 4.000 m2) que incluye 5 salas de exposición permanente, una sala de exposiciones temporales y, en el exterior, el Jardín de Baco, una colección de vides que cuenta con más de 220 variedades de todo el mundo. Por supuesto, puedes visitar también su bodega, catar los vinos y comer en su restaurantes con fabulosas vistas a los viñedos.
Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo, dos bellezas serranas
En otras épocas, las Viniegras (de Arriba y Abajo) vivieron momentos de esplendor y eso se refleja en sus calles y caseríos, hoy cuentan con menos de un centenar de vecinos pero mantienen un atractivo que atrapa a los visitantes que acuden para conocer qué tienen estas dos pequeñas aldeas para ser nombradas entre los pueblos más bonitos de España. Ambas se sitúan en el sur de la provincia. Viniegra de Arriba es el municipio de mayor altitud de las Siete Villas y el segundo de La Rioja con 1.182 metros de altitud, hace frontera con Soria y forma parte del espacio protegido Sierras de la Demanda, Urbión, Cebollera y Cameros.
En su casco histórico existen bellas construcciones que datan del siglo XVII y que responden a los cánones constructivos típicos de los pueblos serranos. No solo la piedra de las casas es característica de esta localidad, sino también las calles, con un cuidado y estético empedrado que armoniza con los edificios. Eso sí, es recomendable ir con calzado cómodo para pasear por ellas. Entre los edificios que componen el conjunto, destaca el Ayuntamiento construido en sillarejo y que cuenta con una original torre con reloj. Otros puntos interesantes son su fuente de los tres caños, su zona de corrales en lo alto del pueblo, la iglesia parroquial de la Asunción y la ermita de la Magdalena.
La zona cuenta con una destacada riqueza forestal, con especial presencia los bosques de haya y de roble, aunque el árbol característico de Viniegra de Arriba es el nogal, cuya presencia es tan destacada que dio el apodo de noguerones a sus vecinos.
Viniegra de Abajo está atravesado por el río Urbión, entre una extensa y variada foresta, y a casi 1.000 metros de altitud. La trashumancia marca la historia en esta villa riojana de tradición ganadera, al igual que Viniegra de Arriba, que comparten la naturaleza y la agricultura como sus principales señas de identidad.
Cuenta con monumentos de especial belleza como el Sagrado Corazón de Jesús, en lo alto del monte Turza, donde se celebra una misa al aire libre en agosto; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, o la histórica ermita de la Soledad. Y hermosas fuentes como la de los cuatro caños, la más fotografiada.
Entre sus festividades destaca, el primer fin de semana del mayo, el Descenso en piragüa por el río Najerilla. Un centenar de piragüistas se concentran el domingo por la mañana para descender desde la Venta de Goyo hasta el Puente de Hiedra, y los más osados saltan el Pozo de la Manta. Otra de las grandes fiestas es la de Santiago.
En Viniegra de Abajo, Casa Somera es hotel y restaurante Irene, una casa de más de 100 años que mantiene la arquitectura tradicional y que en el pasado fue una herrería. El acceso es desde la ermita de La Soledad. La Venta de Goyo es parada obligada para disfrutar de su cocina casera y platos riojanos tan típicos como su cocido de caparrones con chorizo huesero, pero también recetas de caza, los chuletones y las setas, en temporada. Dispone de 22 habitaciones amplias.