Desde mayo, los extranjeros ya pueden viajar al Tibet, según ha difundido un portavoz del Gobierno chino, que tenía cerradas las fronteras desde que se hicieron públicas las protestas de los monjes y el apoyo que éstos recibieron a nivel internacional. Según el responsable del Departamento de Turismo en el Tibet: «es un lugar armonioso y seguro». En abril, 100 grupos ya se habían registrado para visitarlo.
