La llegada a la fase 2 en Madrid nos ha vuelto a permitir disfrutar no solo de los exquisitos platos de muchos restaurantes -muchos de los cuáles ya los veníamos degustando gracias a la opción de delivery o take away-, sino también de su atmósfera y decoración, algo que ya echábamos de menos. De momento, y hasta la llegada de la fase 3, podremos hacerlo en un ambiente mucho más íntimo que de costumbre porque los comensales únicamente pueden ocupar el 50% de las mesas disponibles en el local.
Nuestra primera visita en esta nueva etapa ha sido a [A]Brasa, un coqueto restaurante con aire campestre y alma de asador donde las brasas y la parrilla cobran todo el protagonismo para realzar la materia prima.
The Experience Group vuelve a revalidar con [A]Brasa el éxito alcanzado por sus hermanos mayores, Carbón Negro y Umo, convertidos en poco tiempo en el referente madrileño de los nuevos asadores. Estas tres experiencias elevan al grupo a la categoría de maestros de la parrilla, una técnica que, aunque parece fácil, supone todo un arte que hay que dominar para ofrecer un buen resultado.

Al frente de esta faena se encuentra Mariano Barreto, un cocinero curtido en destacados asadores vascos como Zuberoa, Miramon o Elkano, donde adquirió la técnica que luego personalizó en Carbón Negro y que ahora ha perfeccionado en [A]Brasa. El secreto, según nos cuentan, está en la disposición de varias parrillas niveladas con las que se logra el punto óptimo que necesita cada producto, ya que permiten brasear y asar, evitando que el producto quede cocido y logrando que se preserve su jugosidad.
Las cualidades de la cocina a la brasa se sienten en platos como las berenjenas asadas con salsa romesco, el aguacate relleno de bonito acevichado o mariscos de concha como berberechos o almejas. Sin olvidar deliciosos productos del mar como son la lubina a la espalda, el rape de tripa negra o la merluza de pincho. No puede faltar tampoco la chuleta de vaca madurada, el solomillo, la pluma ibérica o el pollo picantón de caserío. La comanda se completa con una selección de arroces por encargo.

Aunque con alma vasca, lo cierto que este restaurante ha sabido extraer lo mejor de la gastronomía nacional para volcarlo en su carta. Así entre sus propuestas encontramos unas deliciosas anchoas de Santoña, una jugosa chistorra de Arbizu, butifarra catalana o sobrasada mallorquina. Amén de los arroces y de los pimientos de padrón. Una extensa y esmerada carta en la que la calidad y el producto de temporada predominan sobre todas las cosas.
Si tradicionales son los platos pesados, no lo son menos la última parte de la comanda. Corta pero segura. Tan solo cinco postres protagonizan este apartado, aunque sobran cuatro después de probar la deliciosa tarta de queso, digna de entrar en el Olimpo de las cheesecake. Para los que no quieran sucumbir a este manjar, también hay otras exquisiteces como la tarta de chocolate cremosa, la tarta árabe, un crême brulée con frutos rojos y una selección de helados y sorbetes artesanos.
Disfrutar del placer de la gastronomía sabe mejor si se hace en el delicado y cálido entorno que envuelve a este restaurante y que te transporta directamente al encanto de una masía catalana, con sus luces indirectas, sus maderas rústicas, sus rafias y su piedra vista. Un lujo que ahora ya puede estar al alcance de cualquiera.
¿Dónde? C/ Estafeta 2, Madrid.
Teléfono de reservas: 910 883 958
Precio medio: 45 €