Desde que entras a Calima te envuelve una atmosfera de tranquilidad y armonía, el espacio forma parte de esa serenidad que se respira, un espacio que en cualquier restaurante es «lujo», pero aquí además con un microclima como el que disfruta Marbella, localidad donde se ubica el restaurante, con excelente temperaturas durante todo el año. La cocina de montaje a la vista es un espectáculo, en el que Dani García ejerce como director de orquesta, no siempre de buen humor, porque la perfección es una exigencia en este tipo de restaurantes, donde te puedes encontrar desde con José Carlos Capel (El País y creador de Madrid Fusión), hasta con Ana Rosa Quintana. No hay nada más democrático que la buena mesa, ante ella todos somos niños.
Nombre: Calima
Dirección: Avenida José Meliá, s/n. 29602 Málaga (En el hotel Gran Meliá Don Pepe)
Teléfono: 952 764 252
Página Web: www.restaurantecalima.com
Tipo de cocina: Cocina creativa con sabores tradicionales andaluces.
Entorno: Colores oscuros, cristaleras mirando al mediterráneo, una iluminación muy cuidada, cocina vista que forma parte del restaurante, paredes con olografias de encajes.
Servicio: Muy diligente y atento, bajo la dirección del sumiller de sala Antonio Gutiérrez, una persona para recepción magnificamente vestida de etiqueta, y otra persona que se ocupaba de los quesos amabilísima, sólo una camarera disonante que no estaba a la altura
Accesibilidad: Espectacularmente buena.
Ambiente: Parejas extranjeras y nacionales con alto poder adquisitivo, familias habituales y admiradores de la cocina de Dani Garcia.
Aparcacoches: Sí, en el parking del hotel.
Precio: Muy buena relación calidad precio, quince platos con sus maridajes por 118€.
Fecha visita: Martes, 7 de abril de 2009. Cena.
Cocina:
Cuando asistes al especaculo de una cocina tan sorprendente e imaginativa, pero a la vez tan buena, tan llena de sabor… te quedas sin palabras y sobre todo te quedas maravillado. Es difícil imaginar mayor derroche de creatividad, el divertimento y el tranpantojismo llevado al más alto nivel culinario, en un juego que a veces se antoja caprichoso, es el juego por el juego en un diálogo excelente del cocinero con el comensal, que va más allá del momento creativo, porque tiene vocación de trascender… y lo consigue.
Tomamos el menú Experiencia, y esta bien escogido el nombre: desde luego lo es. A modo de aperitivo arranca con Encurtidos Calima: aceitunas nitro verdes y moradas, coliflor, ajo, zanahoria y cebollitas: una preparación del 2009, curiosa pero no demasiado original. Después llega la Tortillita de camarones cristal y hojas de sisho (2008): ligera pero llena de sabor y sutileza, después Foie y queso de cabra con manzana verde caramelizada (2000), un plato obviamente consolidado, muy elegante con gran equilibrio y delicioso. Se termina el aperitivo con Gazpacho de cerezas con nieve de queso fresco y anchoas (2002), con textura aterciopelada pero con consistencia y sabor exquisito, una maravilla también clásica en la cocina del andaluz. Empezamos el menú con el plato estrella de la temporada 2009, presentado en Madrid Fusión: Tomates rojos, verdes y amarillos como un huerto vegetal de remolacha, albahaca y verduras. Unos tomates donde nada es lo que parece, ya que saben a otra cosa (una obsesión en la cocina de Dani, la de transformar las formas manteniendo los sabores) ¡Hay que probarlos! Es un plato sorprendente, visual, magnífico. Después, Urta a la Roteña en frío, caldo que sobra de la roteña (patata, tomate, pimiento rojo y verde) perlas de manzana verde nitro con wasabi (2008), que a mí personalmente me parecio interesante pero algo impersonal (venir de los tomates no es fácil), después llega el Ajoblanco malagueño de chufas y almendras cuajado con el jugo y la carne de la centolla de Marbella al Jerez (2009), presentado en un bellísimo plato de caracola, de sabor cremoso y suave, quizá demasiado sutil, tras el cual llega el Dashi de cerdo ibérico de bellota, cuajo de su manteca colorá y su papada confitada (2009), uno de los platos más controvertidos del menú, de esos que no deja a nadie indiferente, suave pero con sabores tradicionales (a estas alturas el estómago precisa de algo caliente y no termina de serlo), otros lo encuentran sublime, a José Carlos Capel le ha gustado mucho, y llega la coquinada acompañada de cebollita rellena de oloroso, un plato del 2009 en el que el cocinero aconseja no tener reparos en hacer barquitos, fantástico. Según el chef, este plato nace de su afición por las coquinas y ese deseo suyo de tomarlas con cuchara. A continuación el que en mi opinión es el plato más inoportuno del menú: La falsa ciruela rellena de foie cocido a baja temperatura, caldo mentolado y caramelizado con vainilla en rama de Marbella (2009), inoportuno porque llega en un momento del menú en el que ya no apetece foie, resulta un poco reiterativo y el sabor agridulce no aporta sorpresa en boca, después llega la Pescadilla curada en salazón, caldo de puchero infusionado con hierbabuena (2009): magnífico el punto de la pescadilla, está tan perfectamente hecha que no parece de verdad. Había un último plato de extracto de conejo, pero fuimos incapaces de tomarlo, ya no teníamos nada de hambre, no obstante probamos algunos de los deliciosos quesos del carro de quesos andaluces con historia, españoles y también internacionales, servidos magnificamente con orejones, frutos secos o membrillo.
Ya sin apetito, pero profundamente embriagados por una experiencia tan maravillosa, nos entregamos a los dos postres uno Trozo de Sierra Nevada, Iceberg de piña, como un merengue helado con yogur de maracuyá, hinojo y jenjibre (2008) y después Zanahorias de yogur de hierba luisa plantadas en un huerto de galletas oreo y streussel de cacao de 2009, completamente alucinante, sorprendente, divertido y delicioso, con distintas texturas, sabores dulces y ácidos: muy original en el fondo y la forma.
Armonizando este excelente menú, que degustamos durante cuatro sabrosas horas, degustamos algunos interesantes caldos nacionales, como un Calvente Moscatel 2007, bastante suave, con un toque duce pero poco empalagoso, seguido de un Sa Vall Miguel Gelabert 2005, y terminando con un «La Esencia 2005» de Monreaga. Todos ellos respondieron a nuestras expectativas, aderezando el arte de Dani con los sabios consejos del sumiller.
Observaciones:
Hay tres menús degustación de 95, 110 y 118 €. No dejar de probar los aceites de Jaen y Sevilla que ofrecen. Los panes también son muy buenos y naturales: de cereales, aceitunas negras, blanco y aceite de oliva. Dejar un hueco para los dulces finales, un carro antiguo en noria donde se pueden degustar desde golosinas a bombones, pastitas… y los quesos, sólo verlos cortar es ya una maravilla. También conviene saber que el restaurante dispone del llamado «Espacio Krug», donde se puede degustar alguna de las 20 tapas que Dani ofrece a todos aquellos que no opten por un menú degustación y que prefieran probar alguna delicatessen acompañada de una copa del espumoso que da nombre a la zona.
Calificación:
Una de las cocinas más deliciosas, sorprendentes y creativas que se pueden tomar en nuestro país, imprescindible ir a Calima, una experiencia inolvidable sin duda. Texturas diferentes, sabores profundos pero sutiles, juego en el plato, !Maravilloso!
Puntuación:
8,8/10
Galería fotográfica: