En el barrio de Salamanca hay algunos de los restaurantes con encanto más recomendables de Madrid. Hoy nos detenemos en el Restaurante El Tulipán, donde hemos caido por casualidad, y que tiene dos especialidades: la fabada y el marisco, tanto por separado como juntos. Me explico, pero vayamos por pasos.
La entrada al restaurante nos conduce a un bar pequeño de barra alta, con mucho bullicio y buen tapeo, subiendo dos escalones hay una puerta, y ahí se abren las puertas del paraíso, un pequeño comedor atestado de artículos de futbol, de los que el dueño es un gran aficionado, su hijo, 6 u 8 mesas y lleno absoluto. Pedimos unas gambas cocidas en su punto y unas navajas a la plancha: exquisitas. Después nos aventuramos a la fabada. Estamos en julio, pero no importa, somos unos valientes… Nos ofrecen la de langosta y la de marisco, y optamos por la primera, resultando las fabes muy suaves, mientras que el caldo está hecho con un ligero fumé bien equilibrado. Se sirven en fuente de barro al centro y están de muerte.
Terminamos con un surtido de postres con mezcladillo de frutas: mis acompañantes lo devoran, aunque yo lo encuentro un poco más rustico de lo necesario. También hay buenas carnes, pero ¿quién las toma después de la fabada? Sigo pensando en ella, hablo con el dueño y le expongo mi admiración, y entonces me dice: «Qué lástima hombre, tendría que haber probado las verdinas», están buenísimas. Y claro, tendré que volver…
Restaurante Tulipán
Calle General Díaz Porlier, 59
Teléfono 91 402 50 27