No es sencillo explicar una experiencia gastronómica de este calado. Varias son las razones que dificultan transmitir con cierto realismo este pequeño/gran descubrimiento culinario llamado «Restaurante La Finca», en Jaraiz de la Vera, al norte de Cáceres, en las estribaciones de la Sierra de Gredos.
Un lugar magnífico y tan espectacular que el mismo emperador Carlos V lo eligió para pasar sus últimos años.
Las palabras, por muy atinadas que sean, casi nunca logran reflejar con exactitud sentimientos y experiencias; apenas un ligero acercamiento. Y éste, seguramente, en el aspecto gastronómico, será el caso. Pues bien, entre estas montañas, que fueron las preferidas para un merecido descanso imperial, se encuentra el Hotel Villa Xarahiz, un establecimiento que cuenta, a mi entender, -y lo escribo sin tapujos- con uno de los mejores restaurantes de esta zona de Cáceres. La apuesta por la cocina de temporada es una de sus grandes bazas y, en una tierra que es rica en productos agrícolas y silvestres, resulta ser un indiscutible argumento a favor. Si hablamos de setas, y estamos en la estación adecuada, sólo puedo aconsejar un Papillote con una selección de ellas. Sencillamente, delicioso.
Nombre: La Finca
Dirección: Hotel Villa Xarahiz. Carretera de Jarandilla. Jaraiz de la Vera (Cáceres)
Teléfono: 927 665 150
Página Web: http://www.villaxarahiz.com
Tipo de cocina: Preferentemente estacional
Entorno: Local cómodo, con un cuidado servicio, inmejorables vistas, perfectamente insonorizado y buena iluminación.
Servicio: Ágil y profesional.
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Parejas, familias, ejecutivos…
Aparcacoches: No, aparcamiento propio
Precio: Medio, con buena relación calidad/precio
Fecha visita: Octubre de 2012
Cocina:
Nada más abrir la carta, el comensal descubre que la materia prima es de primera calidad: merluza de pincho, atún de almadraba, jamón ibérico, ternera de retinto, etc. Sólo faltan unas buenas y experimentadas manos, las de David Moreno Montero, para aderezar estos productos y crear esta particular sinfonía de sabores. Créanme si les aseguro que lo consigue.
Otro dato a tener en cuenta, para mí nada superficial, es que en la propia carta figura detallado el equipo de cocina. Junto a David encontramos los nombres de Nuria Tarrero y Ramón Granado, sin cuya ayuda ésto sería imposible. Se nota que entre estos fogones extremeños hay una gran familia…
Tenemos casi todas las piezas del puzle: calidad en los productos, buen local, cariño por lo que se hace, profesionalidad y un buen grupo humano. El resultado, como no pude ser de otra manera, es perfecto y tiene diferentes nombres: Migas al pimentón con yema de huevo de campo; Espuma de huevo de rey con gambón; Tajas de lechona confitada con agridulce de pimentón y toques de piña; Rodaballo asado en cuña con parrillada de verduras al romero; Crema de calabaza con buñuelo de queso de cabra; Tomate relleno de pintada escabechada y judías verdes; Caldereta de cabrito al modo de La Vera; Chuletitas de cabrito con almejas; Tournedó de solomillo ibérico con crema de queso, etc. etc. En fin, para volver más de una vez…
Por cierto, ¿qué le parece, para hacer más cómoda la digestión, acabar con un Sorbete de romero?. Hágame caso, el consejo es muy acertado.
Observaciones:
Quiero, porque sería verdaderamente injusto no mencionarlo, hacer especial hincapié en la extraordinaria colección de caldos que ofrece su carta de vinos. No me equivoco cuando digo que a ese gran ramo de referencias se une su indiscutible calidad. Para muestra el mejor de los botones: acercarse a la cava acristalada, situada en uno de los laterales del restaurante. Esta selección de vinos es prueba del concienzudo trabajo de Pilar Arjona Sánchez, parte esencial de este proyecto culinario.
Calificación:
Una buena opción para quienes les guste la cocina estacional con materia prima de calidad y en un entorno cómodo y agradable, convirtiéndose en una de las mejores opciones gastronómicas de la zona.