Los amantes de la montaña, cuando caminan por las rutas de senderismo, no suelen disponer de un buen restaurante en el que comer bien durante la caminata para reponer fuerzas y descansar, y la gran mayoría de los senderistas terminan comiendo un bocadillo. Pero la verdad es que muchos de ellos prefieren comer, sentados en un restaurante, unos platos ricos a zamparse un bocadillo de cualquier manera en el campo. Disfrutar de un buen restaurante al practicar senderismo, escalar o montar en bicicleta de montaña es como utilizar una estación de servicio en la ruta: comer, refrescarse, descansar, ver el paisaje… O, incluso, alojarse. La preciosa naturaleza checa permite hacer rutas espectaculares y encontrar buenos restaurantes que, además, son edificios singulares que tienen la suficiente importancia, incluso, para ser el propio destino de la ruta senderista.
De castillo a castillo…
Uno de los sitios naturales más interesantes de Chequia es el Paraíso Checo, un geoparque con formaciones de roca arenisca, en el que se encuentra el castillo de Valdsjtein, en medio de un bosque de árboles gigantes. Este castillo, debido a su encanto, ya era un destino turístico en el siglo XIX. Está excavado en la roca y también edificado sobre ella. Por su ubicación estratégica, esta fortaleza se asoma a unas panorámicas únicas del bosque y a un gran valle.
Al recorrer el lugar se puede ir accediendo a sus miradores, desde los que se divisan algunas formaciones de arenisca, como el Director de Orquesta, la Esfinge o la Mano del Diablo, que tuvo un poblado celta. En este paisaje de riscos y árboles vivió, entre los años 30 y 70 del s.XX, Kopic, escultor y eremita que esculpió en las peñas que le ofrecía la naturaleza multitud de relieves de todo tipo que, emboscados, observan estáticos el paso de las estaciones y el paseo de los caminantes.
En este laberinto pétreo hay un pasadizo secreto, escamoteado entre dos rocas, denominado el Agujero del Ratón, que nos recuerda aquel armario de Las crónicas de Narnia que daba paso a la fantasía. Accediendo a través de él se llega, en lo alto, a un castillo-palacio: El hotel Hruba Skala. Todo aquí es de cuento, incluso este palacio, que sirve de parada y fonda. Se puede comer en cualquiera de sus restaurantes y gastar terabytes de fotos desde su terraza al divisar el paisaje o al mirar al propio palacio. También se puede optar por alojarse y relajarse en su spa.
Gran monumento natural
Una ruta de senderismo que sale de Hrensko, cerca de la unión del río Kamenice (37 km) con el Elba (1.091 km), remonta por el afluente que surca la Suiza de Bohemia y se encañona entre unas gigantescas paredes de arenisca, hasta el punto de ser imposible continuar con la marcha y tener que continuar a bordo de una barca, navegando aguas arriba. El barquero percha en silencio y se escuchan los sonidos de la naturaleza. Al llegar al embarcadero, 20 minutos después, hay un merendero con bebidas frescas y una gran barbacoa encendida para que cada uno dé el punto a sus salchichas o chuletones y reponga fuerzas para seguir caminando…
El objetivo es llegar hasta la puerta de Pravcicka, un inmenso arco de piedra que la naturaleza mantiene a pesar de la gravedad. Esta puerta es, posiblemente, uno de los monumentos más espectaculares de Europa. Esta magnífica puerta de piedra arenisca está oculta entre el agreste paisaje y no se deja ver bien hasta llegar a las cercanías. Al ascender por el sendero, de repente, al doblar una curva su imagen aparece de golpe.
Junto a esta maravilla natural, el príncipe Edmund Clary-Aldringen edificó en 1881 una casa de fábula. Está en un lugar imposible de imaginar y su estética es de película. Hoy en esta mansión se ubica el restaurante Nido del Halcón, que alimenta, refresca y da placer visual a los caminantes tras la ruta. Hasta este lugar también se puede acceder directamente desde Hrensko sin remontar el río Kamenice y en vez de 20 km. se recorren solamente 8 entre ida y vuelta.
En coche, caminando o… ¡escalando!
Decin es una ciudad en la orilla del río Elba que está rodeada por los bosques y los paisajes de la Suiza de Bohemia. Es la ciudad checa más integrada en la naturaleza. Hay rutas de bici o de senderismo que parten de ella y se introducen en los bosques o corren a la vera del río Elba hasta adentrarse en su cañón e, incluso, hay una vía ferrata con 14 niveles, para todos los públicos, que parte desde la misma población. Es una práctica muy segura porque, además, un monitor que te acompaña en el ascenso, conoce y explica todo lo necesario a la perfección, transmitiendo tranquilidad y seguridad. Se vive una experiencia muy satisfactoria.
Escalando la vía ferrata se alcanza la parte alta de una impresionante pared, en la que se encuentra el hotel y restaurante La Pared del Pastor, que domina el valle y la ciudad y cuyas vistas al atardecer cautivan a cualquiera. Hasta el restaurante se puede subir en coche o caminando, pero lo que nunca se olvidará es llegar trepando por el nivel adecuado a cada uno para disfrutar de 90 metros de pared de piedra con extraplomos y puentes tibetanos, desde donde se ve a la gente como hormigas.
Las sensaciones no tienen comparación. Según se asciende, se va observando una panorámica de la ciudad que va cambiando con la altura y la luz del sol. Poco a poco, trepando con manos y pies, uno asciende metro a metro. Hacerlo al atardecer provoca unas sensaciones únicas. Luego llegará el momento de reponer fuerzas, cenando o tomando una rica cerveza checa, mientras se comentan las fotos y se comparten con los amigos en las redes sociales para que vean lo eres capaz de escalar.
Dormir en una nube…
Cerca de Liberec está el pico Jested (1.012 m), que tiene una curiosa forma de picacho natural y un curioso remate artificial: una torre de comunicaciones que también es hotel y restaurante. Desde la lejanía parece ser el remate perfecto de la cumbre pero, sin embargo, brilla mucho debido a su cubierta metálica y se nota que aquello no es natural. Al acercarse su imagen sobrecoge, ¡parece una nave espacial extraterrestre!
Se puede llegar por carretera, caminando por senderos o sentado en un funicular que se eleva por la empinada ladera hasta alcanzar esa curiosa cumbre. Hay pistas de esquí y buenos paisajes para recorrer, pero lo mejor de la zona es la propia torre.
La Torre Jested se edificó en 1973 y recibió un premio por la audacia de su proyecto, la originalidad y la impactante imagen que tiene. Su interior no es menos, su restaurante circular es un buen lugar para comer, por su calidad y por su servicio es recomendable pero además por la sensación que provoca estar en un buen restaurante en un pico de una montaña o, quizás, en una nave espacial.
Todo en él es original y diferente. Algunas de sus habitaciones son de diseño, con la decoración de los años sesenta. Al mirar por las ventanas siempre surgen sorpresas: la luna parece muy cerca; los colores del atardecer o del amanecer se reflejan en los cristales o, tal vez, las nubes oculten la torre. Puede ocurrir que al despertarse, todo al otro lado de la ventana sea blanco traslúcido, ¡eso será porque has dormido dentro de una nube!
No te puedes perder
- Recorrer Liberec, escenario de la próxima película de Spiderman.
- Comer, alojarse o visitar el hotel Belveder, un magnífico mirador sobre el cañón del río Elba y sus bosques de ladera.
- Visitar el Órgano Checo, una curiosa formación volcánica de basalto que simula ser ese instrumento.
- Visitar la Ciudad de Piedra, a pocos kilómetros de Decin.
Información práctica
- Existen varios vuelos diarios que conectan Praga con las principales ciudades españolas. Desde la capital checa hasta estos paisajes hay una hora en coche, más o menos.