En los países occidentales se tira mucha comida. Los cálculos son escalofriantes: casi la mitad de los alimentos que se producen en Europa se tiran a la basura, y la hostelería es responsable de una gran parte de este derroche, sin olvidarnos de las exigencias de los organismos sanitarios, que llevan en muchos casos a ello. Así, la comida de los buffets, por ejemplo, no se puede reutilizar, pero en los hogares paso lo mismo: ya no hay tantas familias numerosas y la comida que se compra en los supermercados y que luego se cocina muchas veces termina en el cubo de la basura. A continuación os damos algunas pistas y consejos para evitar este desperdicio:
Frutas y verduras
Al comprarlas
Podemos comprar las frutas en diferentes fases de maduración, para irlas tomando según estén en su punto. Debemos procurar tomar las de temporada y si tenemos una terraza mantenerlas en frío, pero preferentemente no en el frigorífico. También es recomendable comprar productos con el mínimo embalaje y no recurrir tanto a las enceradas, sino a las naturales.
Al cocinarlas
Las verduras que parezcan más mustias y que no podamos tomar crudas, se pueden limpiar bien y utilizar en puré o salteados y los tomates en salsa.
Una vez cocinadas
Si están salteadas se puede hacer con ellas unas empanadillas, una pasta, un revuelto al que añadiremos patatas paja, un puré, un pastel, unas minipizzas, una crema, unas albóndigas, una sopa, una empanada, unas fajitas, unos huevos al plato, una tortilla paisana, unas tartaletas de pisto…
Legumbres
Al comprarlas
Debemos tener en cuenta que las legumbres están buenas en el año en el que se cosechan, y no deben eternizarse en la despensa. Además, comprarlas de buena calidad es un valor seguro, porque la diferencia de un kilo de garbanzos bueno a uno malo es tan pequeña que no merece la pena. Por último, es conveniente conservarlas en un lugar seco, fresco y oscuro.
Al cocinarlas
En la cocina recomendamos utilizar otros elementos para completarlas, como las verduras, el arroz o incluso la pasta. De esta forma podremos aprovechar los restos de legumbres que suelen quedar, y que no nos sirven para hacer todas las raciones que deseamos.
Una vez cocinadas
Con las alubias blancas podemos hacer una ensalada de alubias, un puré al que podemos añadir chorizo crujiente, un estofado con perdiz o un caldo tipo gallego. Con los garbanzos que nos hayan sobrado podemos hacer un hummus, una crema a la que le añadiremos unas tajaditas de bacalao, una ensalada de garbanzos con pimientos… Con las lentejas que nos sobren podremos hacer una crema, engordarlas con un arroz.
Huevos
Al comprarlos
En primer lugar, no debemos olvidar que los huevos blancos y los morenos son iguales, y que tienen caducidad, por lo que deben consumirse antes de la fecha impresa. Si por la razón que sea no tienen la fecha impresa en la cáscara se pondrán en agua y si se hunden están frescos, habiendo que tirarlos si vemos que flotan. Si están a punto de caducar deberemos cocerlos y luego utilizarlos en ensalada, rellenos, etc.
Al cocinarlos
El cálculo por persona es de dos huevos en la mayoría de las preparaciones, si se prepara mas deberá tenerse en cuenta que en las tortillas el huevo deberá estar bien cuajado para que pueda tomarse en otro momento y siempre guardaremos el plato bien refigerado en el frigorífico.
Una vez cocinados
Si están cocidos se pueden rellenar de ensaladilla rusa, champiñones y pate, pudiendo también utilizarlos para preparar platos como paella, pasta con salsa, pescado, de pisto… Si están en tortilla francesa, se puede hacer un arroz tres delicias, y si es española se puede añadir mayonesa sobre la tortilla y gratinar suavemente, o también hacer la tortilla guisada en salsa.
Pescados
Al comprarlos
Es conveniente comprar siempre el pescado en la cantidad justa, no dejándonos llevar por las ofertas y, en caso de hacerlo, congelar directamente lo que no tengamos previsto consumir en el momento. Una vez en el frigorífico, sólo deberemos tenerlo 24 horas en un lugar que respire, siendo lo ideal tenerlo como en las pescaderías.
Al cocinarlo
Si preveemos que no se comerá todo no debemos hacerlo demasiado, para que nos permita trabajar con él una segunda vez sin machacarlo. Los pescados azules tienen mas facilidad para usarse en otros platos o preparaciones, algo que debemos tener en cuenta a la hora de prepararlos.
Una vez cocinados
Con el atún podemos hacer empanadillas, paté, pizzas, pasta y verduras rellenas. Con el bacalao: buñuelos, croquetas, ensañada de garbanzos, minipizzas, pimientos rellenos, porrusalda y tortillas, con el salmón: un arroz, ensalada, pizza, spaguettis, quiche, rollitos, tartaletas…
Y con el resto de los pescados blancos podemos preparar platos como calabacines rellenos, empanadillas, croquetas, pasteles, sopas y tortillas.
Pollo
Al comprarlos
Siempre es bueno comprar un pollo completo y que en la pollería nos lo corten, por ejemplo, las pechugas en filetes, los traseros en trozos y que nos den aparte la carcasa, las patas y las alas para un caldo, de esta forma nos cundirá más y está a la mitad de precio que sólo los filetes.
Al cocinarlo
Se debe cocinar en menos de 24 horas desde su compra. Si se marina, por ejemplo con limón, comino, sal y pimienta, durará dos días. Una vez guisado tampoco es eterno, y si no se va a tomar todo se pueden congelar raciones.
Una vez cocinado
Se puede reutilizar de muchas formas, con los filetes empanados se puede hacer una ensalada césar, con el pollo asado una ensalada de cous-cous tipo árabe, canelones, croquetas, ensaladilla, pasta, hojaldre, sopa, tartaletas…
Otras carnes
Al comprarlas
Si lo hacemos en bandeja, debemos fijarnos bien en las fechas de caducidad, y si tenemos dudas es mejor comprar sobres al vacío, que tienen mayor duración y se venden en mono-raciones, aunque suelen ser más caras. Las carnes rojas deben colocarse sobre rejilla, para que el agua que suelten no este en contacto con la propia carne. Admiten peor la congelación, por lo cual es mejor cocinarlas y después congelarlas, sobre todo si llevan salsa.
Al cocinarlas
Las carnes que van a la plancha o similar deben cocinarse según se vayan a comer, y si no se está muy seguro conviene hacerlas un poco menos para darles el último golpe de calor en el momento de tomarlas, haciendo así posible que se puedan reutilizar. Los guisos son los que mejor aguantan el tiempo.
Una vez cocinado
Los guisos funcionan muy bien con pasta y como relleno, una vez triturado, de canelones o pasteles. La carne del cocido se puede tomar con una salsa de tomate, para una lasaña, croquetas o la famosa ropa vieja. El chorizo, las salchichas y los demás embutidos tiene muchas utilidades como guarnición, además de salteados con legumbres, arroces, pastas o verduras.
Los postres
Si tenemos magdalenas o yogures a punto de caducar, o fruta que está casi a punto de tener que tirarla, podemos preparar algunos postres que saldrán riquísimos. Con esos huevos a punto de caducar podemos hacer flanes, crema pastalera o natillas, con los yogures batidos, con las frutas compotas, con las magdalenas soufles rápidos, torrijas o mini tartas, con las manzanas algo deterioradas crumbles, empanadillas de manzana, o pudin, con el turrón un rico helado…
Y no conviene olvidar que con productos tan humildes como el pan sobrante podemos hacer: pan rallado, sopas de ajo, torrijas, pudines, sopa de cebolla, tostas, canapes… y mil platos más.
Nota
Algunos datos de este artículo se han sacado del libro: Reduce gasto, recicla en la cocina, reutiliza lo que te sobra, de Pepa Chacón y Elisabet G de Chávarri (Everest).