Rico, rico y con fundamento

No se que tiene Karlos Arguiñano que sus platos, aunque parecen como todos, no lo son: cada receta tiene «angel» y, aunque puedan estar repetidas o sean versiones, lo cierto es que están buenísimas y salen. El libro, cuyo índice se encuentra al final, cosa que nunca entenderé, se divide en aperitivos y entrantes, ensaladas, verduras y hortalizas, legumbres, arroces, pastas, sopas y cremas, huevos, aves, carnes, pescados y postres. Cada receta son dos páginas y en todas ellas están, además de los ingredientes y la fotografía del resultado final, un truco y un consejo nutricional.

Así vemos en la página 116 la Sopa de Verduras con un toque, o en la 118 el Huevo flor con torta de patata y chorizo o el Guisote de ternera con patatas en la 162, te las comerías todas.

Un libro estupendo para regalar a los admiradores del cocinero vasco, pero también a cualquiera al que le guste cocinar o quiera introducirse.