El pasado viernes se celebró en Madrid, dentro del «cool» local del MOMA y organizado exitosamente por el Single Malt Club, una presentación de rones de alta gama en la que sorprendentemente nos juntamos muchos amigos del vino hablando de vino. Un complemento perfecto para los rones.
Las referencias, expuestas en formato de feria tradicional, se vieron enriquecidas con demostraciones de aplicaciones gastronómicas: el complejo y ajerezado Zacapa Centenario nº 23 acompañado por el Taquito de solomillo ibérico marinado en este mismo Ron con chutney especiado y la mezcla de texturas del Matusalem Fizz Frozen Caliente usando un Matusalem de la República Dominicana. Estas demostraciones de qué se puede hacer en cocina con un ron fueron realizadas por los chefs Pol García y Jon Basterrechea, representando a Foodlab. 
Destacables fueron todos los rones presentes, pero añadiendo una cierta dosis de innovación apareció un cristalino Barceló Gran Platinum que es elaborado a partir de un ron viejo, al cual se le ha eliminado el color caramelo a base de pasarlo por filtros de carbón activo. Esta técnica aporta al licor unos toques de piel de naranja, perfectamente distinguibles sin por ello quitarle un ápice de la complejidad y los tostados de su origen. Recomendable.
Master classes, cócteles preparados por el bartender Eduardo Barrios. Rones de islas caribeñas como Santa Lucía (Elements 8), Jamaica (Plantation 1998, Appleton) o Barbados (Cockspur), rones continentales como los venezolanos Santa Teresa y los amielados de Ron Diplomático o el nicaragüense Flor de Caña y ediciones especiales como el Máximo de Havana Club (Cuba) pudieron tomarse solos, con hielo o combinados en algunos casos durante las seis horas que duró el Festival. La cultura del ron brilló en todo su esplendor en este primer Ron Festival.
En la parte de recomendaciones, me permito proponer a la organización que para la próxima provea de escupideras a los stands, de tal forma que se puedan catar un mayor número de referencias sin por ello correr el riesgo de caer redondo a la puerta del MOMA.
