Huelva es una provincia ubicada en el suroeste de la península Ibérica y tiene una relación muy peculiar vinculada a las aguas, tanto que se encuentra enmarcada entre el tramo final de dos grandes ríos, el Guadiana y el Guadalquivir, y por ello podría denominarse la Mesopotamia Ibérica. Los frentes procedentes del Atlántico también dejan altas precipitaciones anuales en la sierra de Aracena alimentando manantiales y ríos de más corto recorrido. ¿Te vienes de ruta por Huelva?
Esos dos grandes ríos han caracterizado y aislado a partes iguales la tierra onubense: el Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana que, por un lado, permite tener la playa más larga y salvaje de Europa, pero que, por el contrario, no permite la conexión directa con su provincia vecina, Cádiz; y el Guadiana marcando la frontera con Portugal que no tuvo su puente de conexión en Ayamonte hasta 1991, antes se cruzaba en ferry. Pero la relación de esta provincia con el agua va más mucho más allá.

El pueblo del agua
En el norte de la provincia se sitúa el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un territorio perteneciente a las últimas estribaciones de Sierra Morena que está cubierto de bosques con una vegetación diversa como encinas y alcornoques, ideales para las dehesas de cerdo ibérico y la producción del famoso jamón de D.O. Jabugo; o castaños y robles debido a que las lluvias anuales permiten la carga de los acuíferos y la existencia de manantiales y ríos que corren todo el año.
Una de las fuentes naturales serranas más especiales yace bajo el centro del pueblo Cañaveral de León, en plena sierra, sus aguas afloran con un caudal sorprendente en la fuente Redonda y de ahí salen para recorrer un canal por la calle Pantano (antiguamente corría por medio de la calle de ahí el nombre), que también sirve de riego, a cielo abierto que llega hasta la Laguna, en la plaza del Ayuntamiento. Esta alberca o piscina ocupa casi toda la plaza y alberga unos 1.500 m3 de agua de manantial y sirven para refrescar a quien lo necesite y gratuitamente. Aquí cabrían los aproximadamente 400 habitantes del municipio dentro a la vez. No existe una plaza de agua así en otro lugar.
Además, para regar las huertas, desaguan, el agua corre por la calle y desciende hasta la vega para alimentar las verduras y hortalizas que cultivan los cañeteros. Un espectáculo ver las aguas correr y sonar por las calles.

Molinos, caminos… y más agua
Continuando en la sierra de Aracena, Santa Ana La Real posee una red de senderos que recorren todos los lugares cercanos y que tienen tal encanto que están intentando que sean Patrimonio de la Humanidad por su importancia histórica y natural y por el buen estado en que están.
La ruta del Bosque de las Letras es un sendero fácil que llega hasta un lugar boscoso junto a un río en el que hay una caja con libros para sentarse y leer o para cambiarlos por otros. Es un sitio muy inspirador para leer y relajarse en medio de la naturaleza.
Muy cerca hay una ruta nocturna con señalización fluorescente para tener una experiencia muy especial, recorrer una ruta de senderismo por la noche. Atención, porque, aunque esté bien guiada, hay que tomar las precauciones correspondientes como: llevar linterna, agua, móvil, o incluso unos buenos prismáticos para mirar al cielo nocturno. Hay que recordar que la sierra de Aracena es un lugar privilegiado para observar las estrellas, de hecho el municipio de Higuera de la Sierra es un destino Starlight.

Con el aspecto de un safari…
Muy cerca del municipio de Aracena sale un camino que llega hasta una cascada muy singular y hasta el molino de Corteconcepción. Se trata de un sendero circular que pasa por unos paisajes preciosos en torno al cauce y sus riberas.
El Barranco de los Molinos en un río que corre siempre y por ello se construyeron varios ingenios hidráulicos, hasta 17 molinos de rodezno se contaban en Corteconcepción a principios del siglo XIX. A primeros del siglo XX se realizó la construcción de una central eléctrica que se movía con el agua que se represaba. Esa represa es hoy en día la Cascada de los Molinos, ya que el tiempo ha hecho que se cubra de sedimentos y vegetación y parezca natural.
Además este territorio está plagado de dehesas dedicadas a la cría del cerdo ibérico y varias de ellas se pueden visitar para tener una experiencia multisensorial.