La expectación generada por la nueva apertura del Grupo Vespok 360º ha merecido la pena. Salitre, la última incorporación del imparable grupo hostelero que ya contaba con El Rincón de Vespok, Pólvora y la discoteca Bardot, apunta a convertirse en uno de los locales de moda del momento.
Emplazado en la madrileña calle de Juan Bravo, compartiendo acera con Pólvora, su hermano mayor, Salitre mantiene ese toque de elegancia y sofisticación en su interiorismo. Un maravilloso espacio en el que la madera cobra un protagonismo indiscutible y donde nos seducen con un acogedor ambiente que invita al disfrute. Nada más cruzar el umbral de Salitre nos sentimos embriagados por una agradable música de ambiente, mientras que durante las noches toma el relevo un animado DJ.

Salitre apunta a convertirse en uno de esos lugares donde sabemos a qué hora llegamos, pero nunca a qué hora salimos ya que el concepto busca que el cliente se sienta tan a gusto que las comidas terminen en sobremesas, las sobremesas en copas y las copas en cenas. Un espacio encantador en una de las zonas más exclusivas de la capital, que además nos sorprende con una apetecible carta compuesta de atractivos bocados. Platos pensados para compartir. Elaboraciones que buscan realzar el valor del producto y ensalzar siempre la calidad.
En nuestra primera visita a Salitre tuvimos la gran suerte de ser atendidos por Manuel Caballero, el encantador maître que nos adentró amablemente en la carta de Salitre ayudándonos a decidirnos, ya que de entrada nos habríamos lanzado a pedir absolutamente todo.

Sin duda comenzamos de la mejor manera posible con un extraordinario jamón ibérico de Bellota de la marca Berídico. En Salitre, el momento del jamón se convierte en un autentico ritual ya que realizan un corte por separación de sabores y nos explican detalladamente las diferencias de cada una de sus partes. En primer lugar, comenzamos probando la parte del jarrete, la zona más dulce. Seguimos con la cara interna del jamón, que es el corte más intenso y apenas tiene grasa. Luego saboreamos la zona que denominan el corte mantequilla, que es la zona más grasa y resulta sumamente sabrosa. Para finalizar con el jamón pasamos a probar la zona más baja que nos sorprendió con un sabor más añejo e intenso. Un sabor a monte bajo que nos dejó completamente enamorados.
El simpatiquísimo Javier Moreno, cortador profesional del Grupo Emilio, nos acompañó durante nuestra exquisita cata de jamón aconsejándonos el orden para que pudiésemos disfrutar plenamente de tan exquisito ritual. Y así lo hicimos. Un extraordinario jamón ibérico de Extremadura cortado a cuchillo al estilo “GO” 27 bellota selección, que recomendamos encarecidamente que probéis.
Siendo unos locos del laterío, que resulta ser uno de los puntos fuertes de Salitre nos lanzamos a pedir los berberechos de la ría. Espectaculares.
Luego probamos la riquísima tosta de anchoa sobre pan brioche con mantequilla ahumada, un fantástico bocado que nos condujo a la formidable cecina de picaña de vaca que sirven cortada en unas finísimas láminas que es un verdadero espectáculo. Tras la sensacional cecina, pasamos a disfrutar de una sabrosa tabla de ahumados. Pastrami, chicharrón y lengua, que se ahúman artesanalmente y son una auténtica delicia. Acompañamos los ahumados con una exquisita ensalada de pimiento asados, cebolla morada y chips de ajo, que aportó un toque de frescor, y nos condujo al plato estrella por excelencia. La insuperable tortilla de txangurro, elaborada con meloso de patatas y txangurro al horno que es un espectáculo visual y una auténtica maravilla en boca.

Manu se empeñó en que probásemos una degustación de sus empanadas. De ternera, zamburiñas y de atún con tomate. Las tres formidables y con una delicada masa fina y con un toque crujiente que supera con creces la mayoría de las que hemos probado hasta ahora.
De postre, y para compensar los excesos, nos decantamos por el helado de pistacho y almendras que presentan envasado en un divertido paquetito para que lo abra el comensal y lo acompañe con sus correspondientes barquillos.
Salitre, esencia, sabor y calidad. Un espacio único en el corazón del barrio de Salamanca donde no se puede hacer otra cosa más que DISFRUTAR.
Dirección: Calle Juan Bravo, 25 Madrid – 28006
Teléfono: 91 926 6988
Precio Medio: Entre 30€ y 35€