El placer de recorrer una dehesa, comer buen jamón ibérico con pan y vino tinto y visitar una ciudad con mucho encanto se puede hacer en Jerez de los Caballeros, en Badajoz. Es un destino cultural y gastronómico con una excelente relación calidad-precio.
La dehesa
Una extensa superficie arbolada que el hombre lleva aprovechando desde tiempos inmemoriales, es el hábitat del cerdo ibérico: la dehesa. Si no se conoce el paisaje del sur de Badajoz la primera visita sorprende, pues no es tan seco como se pensaba y es más frondoso de lo que se creía.
El inmenso bosque mediterráneo que cubría gran parte de la península Ibérica en estas latitudes ha desaparecido, pero en los lugares en los que se clareó, talando varios árboles para trabajarlo, dio origen a las dehesas que aún permanecen y las vemos hoy. Ese bosque se explota y a la vez se mantiene. Su nombre procede de la Edad Media, y quizá también su concepto actual, por el hecho de servir de «defensa» para los ganados locales frente a los trashumantes.
Este sistema de producción agropecuaria y aprovechamiento de los bosques se ha convertido en el modo más sostenible que existe en el mundo, además de ser un ecosistema tan diverso que solamente las selvas del sudeste asiático y la amazónica superan su biodiversidad.
Aunque hay estudios que aseguran que hace tres milenios el habitante ibérico ya usaba técnicas de aclareo para extraer más rentabilidad de los recursos que le proporcionaba el bosque, parece ser que fueron los romanos los que dieron origen a la dehesa como la conocemos hoy, debido a la creación de latifundios en aquellas zonas del suroeste de Hispania. ¡Curiosamente hoy seguimos viendo ese mismo paisaje!
El cerdo ibérico y muchos más productos
Los caballos que, por ejemplo, usaron los templarios para la guerra durante la Reconquista pacieron en dehesas; así como ovejas, vacas, cabras, toros de lidia y el cerdo ibérico. Éste cuenta con la ventaja de ser un devorador de bellotas, el principal producto de las encinas y los alcornoques que pueblan la dehesa. Ellas le proporcionan la grasa saludable que ayuda a subir el colesterol bueno y a descender los niveles del malo.
En la dehesa también hay otros muchos productos, unos proceden de la apicultura como la miel o la cera, o de la recolección como espárragos, setas, cardillos, etc. También la leña o incluso la caza son otros recursos que se pueden aprovechar en este entorno. Además, hoy en día todos podemos disfrutarlas con las actividades turísticas que se hacen en las dehesas, como observación de aves, senderismo o rutas en bicicleta.
Jerez de los Caballeros
A principios del siglo XIV, cuando el papa Clemente V suprime la Orden Templaria, los últimos caballeros de la península se hacen fuertes en el castillo jerezano y, acorralados, terminan sus días en la torre Sangrienta. Anteriormente, la alcazaba árabe había sido reforzada y ampliada por estos monjes-soldado, convirtiéndola en la gran capital templaria del sur.
La zona ya estuvo ocupada con anterioridad por casi todos los pueblos que fueron ocupando la península, entre ellos destacan los fenicios, quienes le dieron el nombre original de Ceret. Aunque el impulso más importante llegaría con los templarios y, sobre todo, posteriormente con la Orden de Santiago y la llegada de nobles y ricos, que potenciaron el crecimiento de la ciudad. Durante este periodo se construyeron las cuatro torres de las principales iglesias, un patrimonio que merece ser visitado por su belleza y singularidad.
Salón del Jamón Ibérico
La Ciudad Noble y Señorial de Jerez de los Caballeros celebra desde 1990 el Salón del Jamón en el mes de mayo, y desde 1998 se hace en un recinto ferial de 45.000 m2 para promocionar el mejor producto de sus dehesas: el jamón ibérico de bellota.
Es el mejor lugar para conocer a fondo este manjar. Comparar diferentes jamones, catarlo con vinos o cervezas, tomar otros productos ibéricos como el lomo o los embutidos, o simplemente pasear por allí disfrutando de lo que se ve o se huele, es un placer.
En sus expositores se ve y te explican cómo los crían, cómo los curan, cómo se ha de cortar, etc. Y se conoce un elemento fundamental en la producción de jamones: los secaderos, tan importantes como la propia crianza del cochino. La cantidad de sal, los buenos aromas y sabores, y el punto exacto de maduración se consiguen en los secaderos. Al acabar el proceso de maduración, el jamón está listo para dar placer al gusto.
No te puedes perder:
- Hacer actividades en la dehesa y ver el cerdo ibérico.
- Visitar la ciudad al atardecer.
- Visitar un secadero
- Disfrutar la gastronomía típica en el restaurante Santa María de Jerez de los Caballeros.