El restaurante Salvaje abre sus puertas en La Moraleja, Madrid

Salvaje va a dar mucho que hablar. Tras el rotundo éxito cosechado con su local de la calle Velázquez, Salvaje nos sorprende con dos nuevas aperturas en el territorio nacional. Una en la Ciudad Condal, con un enorme espacio de más de mil metros cuadrados y la otra en la exclusiva zona residencial de La Moraleja, en Madrid.

Un restaurante con sucursales en Ciudad de Panamá, Bogotá y Miami que ahora pisa fuerte en nuestro país. Espacios que hacen gala de una llamativa y selvática decoración y un ambiente informal y divertido que invita al disfrute. Una despampanante puesta en escena. Una exótica estética en la que los detalles cobran un protagonismo indiscutible. Una excepcional propuesta gastronómica amenizada con música animada y buen ambiente. En definitiva, una estudiada fórmula que funciona y no cesa de cosechar adeptos.

En esta ocasión, visitamos el nuevo local de la exclusiva zona de La Moraleja. Un precioso espacio que nos traslada a lejanos destinos y nos embriaga con la esencia de Salvaje. Un entorno diferente, sofisticado y mágico. Una seductora carta que nos tienta a aventurarnos en una inolvidable experiencia sensorial. Bocados con todo el sabor del recetario nipón fusionados con técnicas modernas que resultan en rotundos aciertos. Aromas, sabores y matices con increíbles puestas en escenas que convierten cada plato en un verdadero espectáculo.

En esta ocasión, empezamos saboreando un fabuloso king crab super dinamite roll. Uno de los platos más característicos de Salvaje, que convence desde el primer mordisco y que dio paso a sus formidables dumplings. De bogavante y de setas. Ambos sensacionales. Seguimos con el rock shrimp tempura con salsa de mayo wasabi y kale frito. Un plato que derrocha sabor y engancha nada más probarlo, y que dio paso al original cordero glaseado con salsa teriyaki con coles de Bruselas en salsa de kimchi. Una forma innovadora y ligera de disfrutar del cordero que nos pareció absolutamente recomendable. Para terminar, nos decantamos por el coconut tres leches. Un postre dulce, suave y sofisticado. El broche final ideal que nos dejó con un delicioso sabor de boca y ganas de volver.

Salvaje, un acertado concepto gastronómico que nos seduce con una estética selvática y elegante. Una maravillosa experiencia gastronómica que genera adicción y nos tienta a repetir… Mucho antes de lo que teníamos en mente.