La sandía y el melón son las frutas por excelencia de esta época, y no sólo por ser refrescantes y ligeras, sino por su sabor dulce que las hace las favoritas del verano. Gracias a su gran contenido en agua, son hidratantes y antioxidantes y ayudan a reponer el agua y las sales minerales que perdemos por el sudor. Además, tienen múltiples posibilidades y no por ser frutas deben estar limitadas al postre: también podemos usarlas para preparar un zumo o para dar un toque diferente a una ensalada de verano.
Vitaminas sin calorías

Tanto la sandía como el melón son frutas muy bajas en calorías, lo que las hace muy adecuadas para la pérdida de peso, de hecho se puede comer hasta casi el doble que otras frutas, manteniendo la misma cantidad de calorías. De las dos la sandía es la que menos calorías aporta, con 20 por cada 100 gr. frente a las 52 del melón. Además, su sabor hace que sean muy útiles en las dietas, sustituyendo a otros dulces mucho más calóricos.
Como frutas que son contienen numerosas vitaminas, entre ellas los betacarótenos (forma vegetal de la vitamina A), a los que se les atribuyen beneficios en la prevención del cáncer y enfermedades cardiacas, y que ayudan a conseguir un bronceado perfecto y duradero. La sandía es la que más betacarótenos contiene (18 mcg por cada 100 gr.), mientras que en el melón sólo se encuentran en la parte anaranjada de la pulpa. También contienen dosis de sales minerales como el potasio, el calcio, el magnesio y ácido fólico, aunque en menor concentración que otras frutas. El color rosado de la pulpa de la sandia se debe al licopeno, también relacionado con la prevención del cáncer y gran antioxidante.
Una vez abiertos, tanto sandía como melón pierden sus propiedades con el tiempo, por lo que lo mejor es dejarlos en la nevera tapados con un plástico y, en el caso del melón, no retirar las pepitas del centro.
Comprobar el punto de la sandía y el melón

Muchas veces, comprar melones y sandías se puede convertir en una lotería debido a que su cáscara no cambia de color ni se ablanda al estar madura, como pasa en otras frutas. Siguiendo estos sencillos consejos podremos escoger las piezas más dulces y sabrosas:
La sandía debe tener bastante peso. Al golpearla debe emitir un sonido hueco, lo que significa que está llena de agua y, por lo tanto, madura y en su punto. Otra forma de comprobarlo es mirando la mancha de la cascara en la base, esta mancha se hace al estar en contacto directo con el suelo y debe ser de color amarillo cremoso. Una mancha verde o blanquecina indica que la pieza ha sido recogida antes de tiempo y que su pulpa estará insípida. El melón también debe pesar y, al apretar los extremos opuestos, deben notarse ligeramente blandos.
Además de estos consejos, debemos tener en cuenta que la mejor época para encontrarlos es en verano, e intentarlo antes de tiempo nos puede llevar a hacernos con ejemplares poco maduros y sosos.
¿Qué variedades podemos encontrar?
Estos son los diferentes tipos de sandía:
- Sandías diploides o con semillas: son las variedades cultivadas tradicionalmente, que producen semillas negras o marrones de consistencia leñosa. Pueden ser alargadas y con la corteza verde claro, también llamadas melonas, o redondas con corteza verde oscura (las más cultivadas)
- Sandías triploides o sin semillas: Se trata de variedades que tienen unas semillas tiernas de color blanco que pasan desapercibidas al comer el fruto. Se caracterizan por tener la corteza verde clara con rayas verdes oscuras, y su carne puede ser de color rojo o amarillo.
En cuanto al melón, hay varios tipos:
- Tendral: es una variedad originaria del sudeste español (en especial de Alicante), también conocida como melón de invierno. Es un fruto con forma redondeada o ligeramente alargada, bastante pesado (2-3 kilos), con corteza rugosa, gruesa y de color verde oscuro, lo que le hace ser muy resistente al transporte. La pulpa es blanca y poco sabrosa. Se puede comprar desde noviembre hasta enero y pueden conservarse hasta dos o tres meses.
- Honey Dew: su corteza es amarilla, lisa y suave. La pulpa es muy jugosa, azucarada y crujiente, y también es de un color amarillo pálido. Presentan una forma oval y suelen pesar entre 2 y 3 kilos. Se cultivan en Murcia, Cartagena, Valencia y Cuenca. Fuera de estación son importados, desde diciembre hasta marzo, desde Costa Rica y Brasil.
- Galia: Su forma es esférica y son de un color verde que se vuelve amarillo intenso en la madurez. Su pulpa es blanca verdosa y poco consistente, con un exquisito aroma. En España son zonas productoras Almería y Murcia, aunque se importan sobre todo desde Israel.
- Piel de sapo: es alargado y de corteza verde y fina, con dibujos y rayas. Su pulpa es amarillenta, dulce y crujiente.
- Cantalupo: Su piel es amarilla, fina y presenta unas rayas longitudinales. Su pulpa tiene un bonito color anaranjado (parecida a la calabaza) y un aroma muy característico. El principal país productor es Francia, aunque en España también se cultiva en Almería y Murcia.
Cinco razones para comer melón y sandía

- Son laxantes y diuréticos. Limpian y depuran el organismo y están indicados para problemas de riñon y corazón.
- Pobres en calorías y sodio. Por ello están aconsejados para adelgazar.
- Previenen enfermedades. Gracias a sus antioxidantes pueden prevenir el envejecimiento, así como algunos tipos de cáncer.
- Revitalizan y rejuvenecen. Mejoran el estado de la piel, el pelo y las uñas, y los hacen más fuertes.
- Fortalecen huesos y dientes. Gracias a la vitamina A y el calcio que contienen.