La región de Occitania, en el sur de Francia, cuenta con todo tipo de encantos; desde las costas naturales y playas mediterráneas hasta las crestas pirenaicas como el pico Canigó (2.785 m), pasando por pueblos como Le Somail o Collioure y ciudades como Perpiñán y Narbona.
Como en el pasado
Cuando el hombre de Tautavel se despertara en su privilegiada atalaya de la cueva del Aragó sintiendo los aires frescos del alba hace unos 450.000 años percibiría una imagen bastante aproximada del paisaje que hoy se aprecia en el valle de El Verdoble con la garganta de Goylerous a sus pies. El museo de Prehistoria de Tautavel recoge toda la información del francés más antiguo y el modo de vida de su comunidad en un territorio que les ofrecía todo lo que necesitaban para vivir.
Casi inalterados permanecen también las tierras protegidas por el Parque Natural Regional de la Narbonesa en el Mediterráneo. Pinares y matorrales, lagunas y salinas, playas y costa en estado casi puro forman la mayoría de los paisajes que se incluyen en este parque. Se extiende por 70.000 Ha de 21 municipios con 42 km de costa. Varias rutas permiten recorrerlo y respirar el aroma de los pinos mezclado con la sal marina mientras el viento empuja las olas hasta las arenas.
También se puede sentir algo diferente. Actualmente la línea de ferrocarril del TGV/AVE que une Narbona, Perpiñán y que llega hasta Madrid, directamente. Los trenes atraviesan sus lagunas dando la sensación de ser vagones flotantes que surcan las aguas a toda velocidad. El tren o el automóvil nos permiten recorrer esta comarca pero también el barco. Sí, a través de sus canales. El canal de la Robine llega hasta Narbona, hasta el mismo centro.
El pueblo del color
En el encuentro entre el Pirineo y el Mediterráneo se forman paisajes mixtos de mar y montaña, de colores azules y verdes y con aromas de pinos y sal. A una de esas poblaciones, Collioure, en el que la costa se retuerce, una luz especial siempre mostró un colorido singular que, en los primeros años del siglo XX, inspiró a Matisse y Derain, les motivó su imaginación y surgió el fovismo. Ellos inmortalizaron los rincones más encantadores de Collioure, uno de los pueblos costeros más atractivos.
Se trata de un lugar tan encantador que sedujo a uno de los escritores más sensibles. En su cementerio yace uno de los poetas españoles más creativos, Antonio Machado. Según dice la canción de Serrat: “Murió el poeta lejos del hogar. Le cubre el polvo de un país vecino.”
Pasear por sus calles y ver los encuadres de los cuadros de Matisse y Derain… Perderse buscando otros tantos encuadres para gastar cualquier tarjeta de memoria… Degustar las ricas anchoas y los vinos locales en las terrazas de la costa frente al castillo Real y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles observando como el sol les cambia la tonalidad… ¡Y disfrutar de mil maneras este enclave!
Luego habrá que ascender 5 km por la carretera buscando la ermita de Nuestra Señora de la Consolación, el mejor mirador. Desde aquí se divisa ese paisaje de montaña con laderas y bosques que, en el fondo, se encuentra con el llano marino, líquido, azulado y, en su regazo, el pueblo del color.
La historia nos une
La capital del reino de Mallorca fue Perpiñán, que perteneció a España hasta 1659, entonces pasó a Francia tras firmar el Tratado de los Pirineos. Y allí continúa el castillo de los Reyes de Mallorca, cuyo origen es del siglo XIII para la corte de Jaime II. Es una ciudad repleta de arte e historia. El monumento que nos recibe a la entrada de la ciudad es el Castellet, una antigua puerta de acceso a la ciudad, posteriormente fue cárcel y Luis XI añadió la puerta de Nuestra Señora, actualmente alberga el museo de la Cataluña Norte Josep Deloncle.
La situación estratégica de esta ciudad permite visitar el mar y sus playas y pueblos y también el acceso a la alta montaña con picos en torno a los 3.000 m. Además recientemente la ciudad ha recibido el sello Grand Site Occitanie debido a que posee 32 monumentos históricos y 5 museos de Francia. Al pasear por sus calles se disfruta de la belleza de sus edificios, 9 de ellos están etiquetados como arquitectura del siglo XX. Y, sobre todo, es un lugar para disfrutar de la gastronomía rica, variada y abundante.
Costa de interior
Una de las infraestructuras hidráulicas más importantes de Francia fue la ejecución del canal del Midi en tiempos de Luis XIV. Desde Toulouse a Marseillan recorre 240 km atravesando viñedos y poblaciones, algunas son pequeñas y encantadores y otras tan importantes como Carcasona o Beziers. Esta vía líquida pasa bajo puentes y cruza Le Somail, un pueblo tranquilo y encantador ideal para echar pie a tierra, pasear y descubrir sus mejores sitios.
Por este canal se puede navegar en barco, incluso siendo uno mismo el capitán. No es necesario tener ningún permiso especial para conducirlos, a la hora de alquilarlo te enseñan y con, solamente, un rápido aprendizaje ya se puede navegar.
El tiempo lleva otro ritmo en el canal, los barcos van a 8 km/h, y la vida se ralentiza. Es necesario atracar en Le Somail para pasear por sus riberas y por la población, oler el humo de las barbacoas flotantes que se preparan en los barcos atracados y tomar buena gastronomía en el restaurante Le Comptoir Nature junto a la orilla. Y después cruzar a la otra orilla por su florido puente y alcanzar la librería Le Trouve Tout du Livre que atesora unos 80.000 libros, revistas, cómics y documentos antiguos en casi todos los idiomas. No hay tiempo suficiente para disfrutar de lo guardado en sus estanterías.
De canal en canal…
El canal del Midi se une al de Jonction muy cerca y tras algunas esclusas se llega a Narbona allí se une al canal de la Robine que llega hasta el mar. Uno de los símbolos de Narbona es el puente sobre el canal, también su impresionante catedral inacabada y el palacio de los Arzobispos, los restos romanos como el museo Hórreum. Y un delicioso homenaje gastronómico, Les Halles de Narbonne, un maravilloso mercado que ofrece todo tipo de platos y productos.
La comida rápida francesa tiene más calidad que grandes restaurantes de otros lugares del mundo. ¡Y sus bufets también! En las afueras de la ciudad está Les Grands Buffets, un bufé libre por 38 €. Se puede elegir todo tipo de platos, incluso ostras o bogavantes frescos y ricos. La calidad de todos sus platos es muy alta. Y además ostenta el récord Guiness por tener 111 quesos diferentes disponibles para tomar.
No te puedes perder:
-Visitar la abadía de Fontfroide. Además de la impresionante ubicación y arquitectura la visita es sorprendente.
-Comer en el restaurante Le Comptoir Nature de Le Somail, junto al canal. Tiene una terraza junto al canal. Además de una carta muy selecta tiene menús a partir de 15 €.
-Montar en el histórico Tren Rojo que va de Rivesaltes a Axat. Los paisajes son espectaculares.
-Probar la gastronomía local en restaurantes de Perpiñán como: La Sous-Préfète o Café Vienne. El restaurante Le Divil está especializado en carne.