Nos ocurre, tanto a los que nos dedicamos a esto como a otros seres humanos que por placer o necesidad visitan restaurantes casi a diario, que nos solemos hacer una idea preconcebida de adónde vamos a comer. Al principio existía cierta culpa en estos prejuicios, a día de hoy yo personalmente lo considero algo útil y necesario, ya que en muchas ocasiones lo que encuentras es exactamente lo que parece. No es el caso de Sushi & Art.
La idea preconcebida: otro restaurante más que se une a la ya caduca moda de la cocina japonesa y el sushi por bandera, ubicado en Malasaña para atraer a clientes como un tarro de miel a las moscar, y con una decoración bonita para que los comensales se hagan unos instagrameables selfies.
Lo que nos encontramos: un servicio de sala atento, con un gran conocimiento de la carta, que es pequeña y se nota estudiada, un producto de calidad, una gran técnica en la elaboración de los platos, con excelentes mezclas de texturas y sabores, un emplatado con estilo y personalidad…. Nos encontramos un sitio al que volver.

Comenzamos probando el Usuzuki de Vieira (19,50€), que se sirve con ají amarillo y sobre un crujiente. Grandes mezclas de textura y muy buena elaboración, un bocado sabroso con el punto justo de picante, muy bien integrada la salsa de ají, un plato con evidentes recuerdos de la cocina nikkei. Continuamos con los nigiris. Nos encontramos en una gran cantidad de restaurantes propuestas arriesgadas de nigiris, cada cual más extravagante. En algunos aciertan y en otros no. En este caso, degustamos el clásico de Pez Mantequilla que no defrauda casi nunca y dos más novedosos: el de Ventresca de Salmón trufado (8€ / 2 unidades) y el de Pato con Foie y Salsa de Maracuyá (9€ / 2 unidades). Ambos cumplen las espectactivas, con el arroz de sushi perfecto, si bien es cierto que el punto de trufa del primero le sobra.
La Hamburguesa de Langostino (12€) servida en pan de Bao elaborado con tinta de calamar es demasiado potente. El Bao está muy bien cocinado, con la característica textura que debe alcanzar y la mezcla de sabores muy lograda, pero el rebozado del langostino la convierte en un plato mucho más contundente que el resto de la carta.

Los Uramakis siguen con la línea que marca el restaurante de excelente presentación, muy buena elaboración y gran producto, lo que los convierte en bocados dignos de probar. Además, nuevamente, aciertan con el riesgo de la mezcla. Pasión (9€ / 4 unidades) de atún, aguacate y huevas con topping de mayonesa trufada y lasca de lechiga crujiente y Oporto (19€ / 8 unidades) con langostino tempurizado, cangrejo, topping de atún rojo Balfegço, cebolla caramelizada al vino de Oporto y huevas de tobiko.
El último plato que probamos, el Sashimi de Salmón con batata crujiente y salsa trufada (22.50€) pese a su excelente presentación tiene un exceso de trufa que mata el sabor del plato.
Podemos decir, que este restaurante cuyas paredes están decoradas con cuadros que forman una “carta alternativa”, la “carta de arte” es un lugar de esos al que volver, una muy buena opción para comer sushi por la zona. Quizás deberán ajustar y disminuir el sabor de trufa en sus platos, ya que en muchas ocasiones no es necesaria ya que cuentan con un gran producto.
Calle de Carranza 9 Glorieta de Bilbao, 28004 Madrid
Teléfono: 910 39 88 33