España es el octavo productor de quesos de vaca en Europa y el segundo de quesos de oveja, solo por debajo de Grecia. Es por eso por lo que este alimento nunca falta en nuestras neveras y sirve tanto para una cena rápida, para una reunión con amigos o para querer sorprender a nuestros invitados en una velada más forma.

El queso es uno de los alimentos que más calcio contiene, por ejemplo, una porción de 100 gramos equivale al requerimiento diario de una persona adulta. Además, es también rico en vitaminas A, D y las relativas al grupo B como la B12, el ácido fólico y la tiamina.
Tus tablas de queso perfectas
La INLAC (Organización Interprofesional Láctea) ofrece una serie de propuestas fáciles para sacar el máximo partido a los quesos españoles y a su infinidad de acompañantes y es que este producto se adapta todo tipo de gustos y preferencias.
Vinos, cervezas, cavas y té…
El queso y el vino maridan estupendamente, pues los taninos de la bebida realzan el sabor del lácteo. El cava y los vinos espumosos son ideales para disfrutar de varios tipos de quesos durante la misma comida ya que ayudan a limpiar tu boca. A medida que los quesos están más curados “piden” vinos más rotundos como crianzas y reservas tanto blancos como tintos, pero tampoco se pueden olvidar los rosados o los apodados “vinos de postre” como Jerez o amontillados.

La cerveza, por su parte, casa estupendamente con quesos blandos como el de cabra y el vermut es perfecto para quesos con personalidad y sabor fuerte como el cabrales. Otra bebida rica en taninos y que por tanto resalta el sabor del queso es el té negro, té puerh o el té oolong. La temperatura del té desprende una serie de texturas y matices que no percibimos con bebidas frías como las anteriores.
Queso con frutas
Ya lo dice el popular refrán, “uvas con queso, saben a beso”. Y es que, a parte de esta, hay muchas más frutas con las que los quesos maridan magistralmente, por ejemplo, higos, fresas, manzanas o ciruelas. Un consejo, si quieres preparar una tabla con estos dos alimentos: cuanto más dulces sean las frutas mejor combinarán con los quesos curados o semicurados.

Mayor partido a los quesos untables
A priori puede parecer que los quesos untables no tienen casi posibilidades, pero podemos combinarlos con todo tipo de alimentos.
La tosta de queso crema con salmón ahumado es un tándem que nunca falla, podemos encontrarla forma de aperitivo, en un bar de tapas o pinchos o de plato principal en un restaurante de altura. En casa es muy socorrido para una cena rápida, pero para darle otro toque podemos optar por quesos untables a «las finas hierbas», trufados o una crema de queso azul.

Siguendo con las tostas de quesos untables, otra propuesta exquisita es acompañarlas de frutos secos troceados por encima. Nueces, almendras, pistachos e incluso castañas darán a nuestra tostada un toque especial. Este tipo de frutos también combinan muy bien con quesos curados o quesos como el rulo de cabra.
Las verduras crudas en bastoncillos como pepinillos, apio, zanahorias, brócoli o pepino están riquísimas para dipear con un queso untable o para acompañar cualquier fresco.
Ensaladas y pasta
Los quesos de textura blanda como el queso de Burgos son un condimento perfecto para añadir a la ensalada. Si queremos sabores más potentes, otro acierto asegurado es añadir lascas de algún semicurado de vaca o añadir queso de cabra a una ensalada de higos y rúcula.
Otra forma de acompañar tus platos de pasta con tu queso favorito es hacer una salsa derritiéndolo junto con nata o mantequilla. Además, los quesos que derriten bien como el queso azul quedarán estupendos en pizzas.

Postres con queso
La archiconocida tarta de queso en cualquiera de sus vertientes es un final redondo para acabar de conquistar a tus invitados. Además de esta receta existen más postres que se pueden hacer con quesos como, por ejemplo, la panacota que ganará un plus si la acompañas de frutas o cítricos.