Rodeados de amigos, colaboradores, patrocinadores y medios de comunicación hemos celebrado la II Edición de los Premios de la revista conmuchagula.com, entregando las placas conmemorativas y los pins (ya una marca de la casa, obra de Mi Patata Corazón) en lo que se ha convertido en una fiesta para el universo «gulero» que cada dos años celebramos, en un proceso que comienza con una dura reflexión sobre quiénes deben ser los elegidos, continúa con un enconado esfuerzo para que la organización sea lo más acertada posible y termina con una inmensa felicidad porque, contra todo pronóstico, seguimos aquí luchando por hacer de Con Mucha Gula un medio de comunicación gastronómica de referencia, un lugar de encuentro, un punto de apoyo de credibilidad y honestidad para los profesionales del sector.
El proceso de elección de los premiados no es casual: el equipo de redacción discute durante meses quiénes están en ese punto en el que van a destacar y necesitan apoyo, también quienes lo están haciendo muy bien y merecen un reconocimiento al esfuerzo de cada día y, finalmente quienes, estando en su mayor nivel de reconocimiento, corren el riesgo de caer por diferentes motivos, algunos de ellos tienen que ver incluso con su propio nivel de influencia. Los lectores nos dan un referente prioritario a la hora de la toma de decisiones, los artículos que más leen nos cuentan mucho de las tendencias: nutrición y consumo siguen siendo prioridades muy por encima de la cocina de vanguardia que, en nuestra publicación, leen principalmente profesionales del sector, mientras que a la gente en general le interesa la cotidianidad, lo que les sirve día a día, libros que pueden leer, leche que no deben tomar o donde comprar de forma más eficaz. En la designación de los premios no permitimos que influyan de ninguna manera intereses comerciales: un patrocinador de años puede no recibir nunca un premio, aunque tendrá siempre nuestro agradecimiento y afecto, pero los premios son independientes y libres.
La crónica del entrañable acto de ayer nos habla de premiados emocionados, como José Calleja, chef del restaurante Surtopía, quien fue el primero de los once, y que escuetamente agradeció el galardón, en parte sorprendido y a la vez ilusionado. El segundo, Joaquín Parra, con su proyecto de Enoturismo Inverso, nos habló de proceso de su trabajo, del esfuerzo que como emprendedor ha realizado y de la ilusión de que este premio pueda ser un apoyo que refuerce la confianza de sus clientes. Marc Cuspinera, uno de los doce apóstoles de elBulli Fundation, recogió el premio otorgado al libro «La Comida de la Familia», de Ferran Adrià, un libro en el que se explica los menús del personal del famoso restaurante elBulli. Cuspinera disculpó a su «jefe», que sigue de gira internacional y no pudo venir, y nos dijo: «El personal de un restaurante debe comer bien, porque si no no pueden cocinar bien«. Y corriendo se tuvo que marchar, esa misma tarde, de vuelta a Barcelona. Tras él otro catalán, Edgar Rodríguez, el jovencísimo sumiller de cervezas del restaurante barcelones El Racó d’en Cesc nos habló de la importancia de la cerveza en los maridajes con la comida y de que un restaurante siempre es un equipo.
Seguidamente, Javier Ortega, director editorial de Lunwerg, recogió su premio por el conjunto de los libros gastronómicos de Lunwerg Geo Planeta, libros como «100 vinos por menos de 10 euros», que permanecen durante meses en el top-five de los libros más leídos por nuestros lectores. El director de OCU, José María Múgica, ofreció al recoger su premio una reflexión interesantísima sobre la situación del consumo en nuestro país y cómo ciertos organismos oficiales pretenden aprobar una ley para que sus estudios comparativos no puedan realizarse. Al parecer, y esto fue «off the record», algunos miembros del Ministerio tiemblan cuando salen los estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios, ya que ponen en evidencia su falta de control.
Seguidamente, ya en los premios relacionados con nuestra sección de viajes, el Consejero de Educación, Cultura y Turismo del Gobierno de la Rioja, Gonzalo Capellán nos invitó a visitar su comunidad, posiblemente la más gastronómica del país, que recibió un premio como destino turístico. Similar invitación la obtuvimos de la Ruta de la Cuina de L’Empordanet a través de su director, Martí Sabrià, quien nos habló de los nuevos cocineros de la ruta, algunos con estrellas de la Guía Michelin, que realizan una cocina extraordinariamente imaginativa, un premio que entregó el director de marketing del Hotel Mercure Santo Domingo, Antonio Núñez, y que ofreció unas palabras muy interesantes sobre el valor de la gastronomía en los destinos turísticos y establecimientos hoteleros, ya que propio hotel Mercure cuenta con Sandó, con uno de los restaurantes más interesantes de la capital asesorado por los Arzak.
Ya pasando al área de la comunicación, una nota más que entrañable la puso María Jesús Puebla, directora de la agencia de comunicación gastronómica Savoir Faire, quien indicó a todos los presentes: «Desde el colegio, que veía como pasaban los premios delante de mí, nunca había recibido uno y estoy muy ilusionada». María Jesús representa el espíritu de los Premios CON, por ser una profesional que realiza un trabajo en el que prima la calidad sobre la cantidad, el respeto del tiempo de los periodistas, enviando sólo información de sus clientes con interés, y eso que cuenta con clientes como Martín Berasategui o el champagne Laurent-Perrier, con quienes podría ofrecer noticias a diario. El punto dulce lo ofreció José Fernández, de Pastelería Nunos, que recibió un premio por ser capaz de evolucionar dulces tradicionales, como el roscón de reyes o las torrijas, a nuevos dulces del siglo XXI.
Ya en el tramo final, dedicado a los medios online, Marta Fernández Guadaño recibió el último premio de la jornada por su excelente portal Gastroeconomy, que ha sabido vincular de forma inteligente y original la gastronomía y la economía. Sus palabras, también emocionadas, fueron de agradecimiento y un cierto alivio, por ser el premio una forma de reconocimiento que a veces, en el trabajo del día a día, no siempre fácil, supone un incentivo para seguir luchando. Nuestro editor, Héctor Parra, cerró la entrega con un emotivo homenaje a Pau Alborná, responsable de 7 Caníbales, quién falleció trágicamente hace un año y que en la anterior edición recibió un premio de nuestra revista por su excelente trabajo.
Tomamos un excelente champagne, por gentileza de Laurent-Perrier, y unos dulces exquisitos de José Fernández, de Nunos, además del estupendo catering del hotel Mercure Santo Domingo. Después, llega siempre ese momento de felicidad por haberlo conseguido, ese momento en el que resumes la jugada con unos y con otros, donde ves los fallos y tomas nota de lo que hay que mejorar para la próxima edición, que echas de menos a quién no ha podido venir, como a nuestro querido Luis García Balcells, aún recuperándose de una reciente operación, recapacitas sobre los comentarios de los premiados y asistentes, sientes la luz rojiza y morada que entra desde el Salón Belvedere del hotel Mercure, y ves ese horizonte con el Palacio Real, la Casa de Campo y vuelves al bullicio y las conversaciones, casi siempre sobre gastronomía, y te das cuenta de que, al final, lo que hemos hecho es un homenaje al talento de muchas personas que lo merecen y a las que no se les reconoce siempre como se debería, y que aún tenemos mucho que hacer cada día desde conmuchagula.com para que tengan visibilidad. Y, por supuesto, dentro de dos años, otra vez volveremos a reconocerles…