Ruta de Copérnico por Polonia, tras los rastros del astrónomo que descubrió que la Tierra gira alrededor del Sol

En 2023 se celebra el 550 aniversario del nacimiento de Nicolaus Copernicus, y Polonia lo celebra con multitud de actividades en Torun, Cracovia y el resto de ciudades por las que pasó el gran científico.

Alicia Hernández19/03/2023

Copérnico nació hace 550 años en Torun, estudió en una de las universidades más antiguas de Europa, en Cracovia, y vivió en diferentes ciudades en el norte de la actual Polonia. Matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista. Para Nicolás Copérnico, la astronomía era poco más que una afición, pero gracias a sus investigaciones hoy sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol y que no somos el centro del universo, algo que resultó difícil que los científicos aceptaran ya que suponía una auténtica revolución.

El modelo heliocéntrico Copérnico es considerado una de las teorías más importantes en la historia de la ciencia occidental.

Copérnico nació en Torun

El río Vístula baña Torun, ciudad natal de Copérnico.

Para seguir la ruta de Copérnico, hay que empezar por Torun, al norte de Polonia, ciudad asentada a ambas orillas del río Vístula que posee la mayor riqueza de arquitectura gótica de Polonia. De hecho, su centro histórico forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, desde 1997.

Su ciudad natal le rinde homenaje en varios lugares clave: su casa natal, de estilo gótico, ahora convertida es un museo interactivo para conocer todos los detalles de su vida a través de una serie de objetos personales y textos importantes sobre astronomía y sus aportes al mundo de la ciencia.

El Planetario. Este segundo lugar, además de ser una atracción turística, partiendo del descubrimiento de Copérnico ofrece sesiones astronómicas y presenta también el modelo futurista de una estación en Marte, entre otras exposiciones de interés. El Planetario se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad.

El Planetario Copérnico, visita clave para entender la teoría del científico polaco.

Y la Fuente Cosmopolis, en la plaza Harmonica, es otro de los homenajes a Copérnico que se ha convertido en una de las mayores atracciones de Torun. Consta de una base de granito con 113 jets que trazan las órbitas de los planetas. Las mismas están fijadas alrededor del chorro central de cinco metros de altura que representa el Sol. Durante el día se pueden ver espectáculos acuáticos, y por la noche, se proyecta un show de luz y sonido durante una hora y media.

Belleza a cada paso

El punto de inicio de la ruta por Torun es la Plaza Mayor o del Mercado Viejo. Durante la época medieval era sede de torneos que se celebraban a lo largo de su fachada occidental y el sitio en donde la gente era ejecutada y castigada. De camino a la plaza, pasarás por uno de los templos más bonitos de la ciudad, la Iglesia de San Jacobo, cuya construcción se inició en el año 1309 gracias a la Orden Teutónica y conserva unos frescos impresionantes que decoran los muros. En la Plaza del Mercado Viejo (Rynek Staromiejski), lo primero que llama la atención es el monumento más famoso de la ciudad: la estatua de Copérnico, que mide 2.5 m.

La estatua de Copérnico, hijo ilustre de Torun, preside la Plaza del Mercado.

En la plaza encontrarás también la famosa estatua de bronce del Burro de la Tortura, junto a la que se fotografían los turistas. Es una réplica de la de madera que había en la Edad Media y cuenta la leyenda que los castigados por la justicia debían subirse al lomo del burro, con un filo metálico, y aguantar las risas y burlas de la gente. En esta plaza, llena de vida y repleta de bares y restaurantes en los que puedes sentarte para probar la cocina típica polaca junto a una cerveza, se alzan algunos de los edificios más bellos de la ciudad, como el viejo Ayuntamiento y su torre del Reloj.

Para tener las mejores vistas de la ciudad, hay que subir los 200 escalones de la Torre del Ayuntamiento, que data del año 1279 y tiene 40 m de altura. Otra antigua leyenda cuenta que el Ayuntamiento de Torun hacía las veces de calendario: sus cuatro torres representan las estaciones del año; las 12 habitaciones grandes de su interior, los meses del año y las 52 más pequeñas, las semanas. Entre todas, suman 365 ventanas y el año, por su parte, está representado por la gran torre. El interior del Ayuntamiento es actualmente el Museo de la Ciudad y alberga una valiosa colección de arte.

Tras explorar la plaza, te aconsejamos recorrer la calle Szeroka, la principal avenida del casco histórico, siempre llena de gente, con tiendas, terrazas y coloridas fachadas.

Catedral de Torun.

Otro edificio monumental es la Catedral de Torun, de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Empezó a construirse en el siglo XIII y fue terminada dos siglos después, por lo que dentro podremos ver una curiosa mezcla de estilos. Es una de las tres iglesias góticas de la ciudad y una de las más antiguas de Polonia. Su gran campana, conocida como la Trompeta de Dios, pesa 7,5 toneladas. Aquí fue bautizado Copérnico y se conserva la pila bautismal. La entrada es gratuita, pero si quieres subir a la torre debes pagar unos 2 euros. Desde lo alto se divisan las agujas de las iglesias góticas, más de un centenar, que salpican la ciudad de Torun.

Una foto junto a la Torre inclinada

Las calles peatonales consiguen recrear la atmósfera medieval, también el resto de las murallas que rodeaban Torun, el castillo de los caballeros teutones (del que solo quedan ruinas), las tres imponentes puertas y la Torre Torcida, uno de los monumentos más curiosos: tiene una inclinación de unos 146 centímetros, más que la de Pisa, y otra de las leyendas de Torun cuenta que la que persona que consigue apoyar la espalda y extender los brazos sin caer al suelo, estará libre de pecados (y de infidelidades). Atrévete a hacer la prueba.

El pan de jengibre y la cerveza de Torun

No dejes de probar la oferta gastronómica de Torun

Otro gran símbolo de Torun, casi tanto como Copérnico, es su famoso pierniki o pan de jengibre, apreciado en todo el país. Un dulce que se remonta al siglo XIII, cuando la ciudad era un importante puerto fluvial al que, como cruce de rutas comerciales, llegaban numerosas especias. Con muchas de ellas (pimienta, canela, cardamomo, clavo…) se siguen elaborando hoy estas galletas que cuentan hasta con un museo donde puedes aprender a prepararlas utilizando los tradicionales moldes de madera.

La cervecería Jan Olbracht es otro imprescindible de Torun, un local tradicional donde se puede ver el proceso de elaboración de la cerveza, sin filtrar ni pasteurizar, probar las distintas variedades directamente del tanque y, además, cuenta con restaurante (con algunas mesas metidas en toneles de madera) donde se puede degustar la cocina tradicional, como el codillo de cerdo en conserva a la cerveza, pato asado y carne de ganso con albóndigas de patata.

Cervecería Jan Olbracht, en Torun

En el Bulevar de Filadelfia, junto al río Vístula, encontrarás muchos restaurantes y terrazas, y si el tiempo acompaña, puedes dar un agradable paseo en barco por el río.

De Cracovia a Warmia tras el rastro de Copérnico

Copérnico estudió en la Universidad de Cracovia, la primera escuela superior polaca, bajo las directrices del matemático Wojciech Brudzewski. Viajó por Italia y se inscribió en la Universidad de Bolonia para estudiar Derecho, Medicina, Griego y Filosofía, y en 1500 se trasladó a Roma, donde hizo un curso de ciencias y astronomía.

Este año, Polonia celebra el 550 aniversario del nacimiento de Copérnico.

De vuelta a Polonia, Copérnico pasó 10 años en Lidzbark Warminski, en el castillo del mismo nombre que en su día perteneció a la Orden Teutónica, trabajando como secretario y médico de su tío, que era el obispo de la región. Fue en esos muros donde su pasión por la astronomía le llevó a sus primeros descubrimientos y a la redacción de su obra Commentariolus, donde trazaba los postulados de su teoría. El castillo ‘alto’, donde vivía la nobleza, se transformó en museo tras la Segunda Guerra Mundial y puede visitarse para admirar la construcción de enormes bóvedas nervudas.

Hotel Krasicki, un alojamiento de lujo en el antiguo castillo de Lidzbark Warminski.

Y el castillo ‘bajo’, que servía como defensa, se ha transformado en un alojamiento de lujo, Hotel Krasicki, que permite descansar en una fortaleza del siglo XIV y disfrutar del relajante spa. El recuerdo al astrónomo más claro está en el observatorio y una sala planetario que se encuentra en sus instalaciones.

La ciudad de Lidzbark Warmiński tiene también el récord de puentes por habitante: hay 20 puentes para sus 16.000 habitantes y es conocida como la Venecia del Norte. Así que uno de los planes turísticos imprescindibles es pasear en barca por el Lyna.  

Frombork, una ciudad monumental.

Antes de la muerte de su tío, Copérnico dejó Lidzbark Warminski, en 1510, para ir a Frombork, donde ejerció como canciller y también como médico. Allí pasó más de 30 años, hasta su muerte, y acabó su De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes). Sus huellas pueden seguirse en el Museo Copérnico. Hasta 2005 no se supo con certeza que los restos que estaban en la iglesia de Frombork correspondían al creador de la teoría heliocentrista. Gracias a unos pelos encontrados en un libro de Copérnico, se pudo comparar con el ADN de los huesos custodiados en la iglesia.

Hoy en día, su tumba ocupa un lugar de honor dentro de la Catedral de la Asunción de la Virgen María de Frombork.