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Ten con Ten, el restaurante preferido de los madrileños

Muchos pensaban que el éxito de Ten con Ten sería una moda. Los propietarios del restaurante, que también lo son de El Paraguas, han dado con la clave para mantener su establecimiento siempre lleno...

Eva Celada13/10/2015

Detalle de la sala de Ten con Ten

No hay cocinero o empresario de Hostelería que no desee tener un restaurante del éxito de este establecimiento, que desafía todas las leyes de la gravedad gastronómica: no tiene agencia de comunicación, ni están en Redes Sociales, ni cuenta con un cocinero estrella… Entonces, ¿por qué es Ten con Ten uno de los restaurantes preferidos de los madrileños? La respuesta no es sencilla, pero el modelo merece una referencia en las enciclopedias.

La sala de Ten con Ten está muy cuidada y el servicio es atento. La cocina, un miércoles en el almuerzo (16 septiembre 2015) funciona a la perfección, aunque el restaurante está lleno, incluyendo también la barra y las mesas altas de la entrada. Nos atiende Pipo, que en realidad se llama José Ignacio, a quien todo el mundo conoce, y que se mueve con soltura y familiaridad entre clientes, la mayoría de ellos empresarios y ejecutivos, y mucha gente que podríamos denominar «guapa«, incluyendo mujeres despampanantes que parece que acaban de salir de una pasarela.

Risotto con trufaLa carta no es muy amplia y aún menos original, orientándose especialmente a los productos de temporada. Con una copa de vino blanco de Rias Baixas, recibimos un aperitivo: Galletitas con queso parmesano. También como aperitivo tomamos un Chupito de gazpacho correcto, que llega con una cesta de pequeños panecillos de muy poca calidad, por todo ello nos cobran 5,50 euros.

Empezamos pidiendo unas Anchoas (6 unidades), que nos sirven con aguacate y tomates secos (17 euros). Las anchoas son excelentes aunque les sobra el balsámico, pero contra éso ya no se puede hacer nada, es una obsesión de los restaurantes la de ponerlo en todo…

Seguimos con un Tartar de salmón rojo con aguacate (20 euros), el tartar es de calidad y está muy correctamente aliñado y equilibrado con el aguacate, resultando excelente. Recibimos seguidamente una media ración de Risotto con sémola y trufa (17 euros la ración completa), que cumple con todos los requisitos de un plato correctamente hecho, aunque trufa, lo que se dice trufa, tiene poca (nos acordamos de Andrea Tumbarello).

Patatas con carabinerosDonde se la suelen jugar los restaurantes es en los guisos, por ello pedimos las Patatas con carabineros (media ración 10 euros), las patatas están algo enteras, el fondo demasiado sabroso con un sabor un poco artificial, y da la impresión de que lleve algún potenciador. Seguimos con un Steak Tartar (estoy en busca de los mejores de Madrid y los pido en todos los restaurantes), la carne está recién sacada de la nevera y ese frío de nevera resulta bastante desagradable. Por otra parte, no se preparan en sala, aunque en el establecimiento trabajan 90 personas. Se sirve con patatas fritas, que están bastante ricas: crujientes, fritas con aceite de oliva… El precio de la media ración es de 13 euros. Terminamos con una Tarta de manzana, tipo tatín con helado de vainilla, (7,28 euros) pensamos que no va a estar tan buena, porque este tipo de tartas todos los restaurantes dicen que las hacen ellos pero muchos las compran de quinta gama, pero en este caso es cierto: está excelente, con la manzana jugosa, tostada en su punto, merece la pena.

Tarta tatinTomamos un café de calidad y seguimos disfrutando del ambiente que se ha sabido mantener en el establecimiento, un ambiente similar al de pertenecer a un club exclusivo, en el que el bienestar, la satisfacción y la cordialidad están en todas partes.

Y regresamos a la pregunta del principio: ¿si el restaurante no sirve la mejor comida de Madrid por qué está siempre lleno? La respuesta no es sencilla: los clientes madrileños, con poder adquisitivo, que pueden pagar un miércoles una comida por una media de 50-60 euros son tradicionales, y quieren evolución en la presentación o en los puntos de cocción pero no innovación, también quieren juntarse con «iguales», ver y dejarse ver en un ambiente distinguido y agradable que simula modernidad, aunque ahora la modernidad es otra cosa. También quieren producto, identificar claramente los ingredientes del plato sin mezclas a las que no están acostumbrados. Hay, por tanto, un cierto abandono al descubrimiento, se trata de un cliente tradicional que, lamentablemente, no impulsa la cocina creativa madrileña y que es mayoritario en la capital. Por ello, los restaurantes de mayor éxito de público en la ciudad son precisamente los más tradicionales, y Ten con Ten es el gran exponente de esa realidad, pero no el único.

Ten con Ten
Calle Ayala, 6
Teléfono 915759254
www.restaurantetenconten.com