A la hora de desayunar y merendar, acompañando churros, ensaimadas o melindros, no hay nada mejor que un chocolate a la taza para entrar en calor. Probamos los mejores chocolates y, de paso, descubrimos la historia de las míticas granjas de Barcelona.
Granja-La Pallaresa, antigua vaquería que no pasa de moda
La calle Petritxol, en pleno gótico, huele a chocolate. Es estrecha, recóndita y corta, pero una de las más conocidas, precisamente porque, ya en el siglo XVII, empezaron a instalarse distintas chocolaterías. Con tales características puede sorprendernos que en determinados meses, como en diciembre, se formen colas para entrar en los establecimientos. Así nos lo confirma Alfonso Matos, tercera generación de esta antigua lechería que contaba con vacas en un patio exterior.
Desde 1947, en La Pallaresa se esfuerzan por elaborar desayunos y meriendas (cierran a mediodía) totalmente caseros, siendo las estrellas de la casa el clásico chocolate a la taza y el suizo (chocolate con nata en su parte superior) ambos de dos medidas: más grande o pequeño, según el hambre que tengas. «Montamos la nata sin azúcar y el chocolate lo elaboramos a partir de cacaos diferentes y le añadimos canela, vainilla, azúcar y maicena». La verdad es que es espectacular. El mejor para rebañar con churros, melindros o ensaimadas.
En verano, triunfan las horchatas, la leche merengada o los helados, aunque los turistas «siguen pidiendo el chocolate con churros también en meses calurosos». Ya saben a lo que vienen…
Granja-La Pallaresa
Calle Petritxol, 11
Teléfono 93 302 20 36
Petritxol Xocoa, el punto moderno
Nos negamos a abandonar esta mágica calle y aquí seguimos. Desde hace ochos años, es decir, es un local moderno y completamente diferente al anterior, está Petritxol Xocoa. Sólo entrar ya merece la pena, pues hacen un homenaje a la calle a base de fotografías de la época en las paredes, donde se refleja la tradición de comer chocolate caliente a la taza.
Por ello aquí, y aunque encontramos diversos surtidos de tabletas de chocolate, bombones y cacao puro en polvo, no puede faltar el clásico chocolate con deliciosa nata. Y si desea, se acompaña de crujientes churros recién hechos, melindros o croissant. Eso sí, del escaparate atraen unas bolas enormes (las petritxoles), de las cuáles los dueños nos explican que son nidos de galleta frita cubiertos y rellenos de chocolate. ¡Otra tentación!
Petritxol Xocoa
Calle Petritxol, 11
Teléfono 93 301 82 91
Una taberna reconvertida en chocolatería: Dulcinea
En la misma calle Petritxol y justo delante de la Sala Parés (donde Picasso expuso su obra por primera vez aunque con poca suerte), está Granja Dulcinea. Lo que fuera una taberna de aceites y vinos en 1930 se transformó en chocolatería en 1941. Ahora la tercera generación de los fundadores, Juan Mach y Elvira Farràs, llevan el negocio, dejando intacta la decoración del local.

Nos comentan que en la época solía venir el escritor, poeta y dramaturgo Ángel Guimerà, pues vivía en la misma calle y, más adelante, el pintor Dalí también era asiduo al lugar. Puede ser que a media tarde se formen colas de turistas y autóctonos en la puerta, además de en diciembre, por lo que recomendamos ir a primera hora de la mañana (entre semana hay sitio asegurado). El chocolate con churros y el suizo (con nata por encima) son aquí también las meriendas destacadas, si bien elaboran un chocolate francés, «más líquido y suave, que gusta a los clientes, pues nuestro chocolate es bastante fuerte y ofrecemos esta otra opción», comenta Eduard, el encargado del establecimiento.
Granja Dulcinea
Calle Petritxol, 2
Teléfono 93 302 68 24
Granja Viader, donde nace el Cacaolat
Cambiamos de calle pero seguimos en el centro. En el barrio del Raval y muy cerca de la Boquería, Granja Viader es, posiblemente, una de las granjas más antiguas para mojar churros en chocolate de la ciudad. Se creó en 1870, cuando Rafaela Coma, la primera dueña, decide abrir una lechería y posteriormente, Marc Viader, primero como aprendiz, decide hacerse cargo del negocio. Con el fin de innovar, en lugar del establo con las vacas instala un obrador, en el que elabora diariamente nata montada. Con el paso de los años y por negocios familiares, fue aquí donde se creó el popular Cacaolat.
Han pasado años, pero este local con suelos hidráulicos, mesas de madera y mármol, está regentado por la quinta generación de una misma familia que sigue con la elaboración de sus propios productos. Por aquí también solían venir personalidades como Pablo Picasso, y ahora es peregrinación de barceloneses y turistas. Además de chocolate, en el obrador elaboran un extenso surtido de quesos y embutidos artesanos, pasteles, miel, aceite de oliva y conservas que pueden comprarse.
Granja Viader
Xuclà, 4-6
Teléfono 93 318 34 86
La Granja 1872 y su espíritu modernista
Camino hacia el barrio del Borne, La Granja 1872 conserva su definido estilo modernista, tanto de su puerta y exteriores como en su interior. Si tras la ruta por esta zona necesitas un tentempié, su chocolate con churros es otra opción. Además, destaca porque ofrece creativas variedades de chocolate. Como una buena parte de granjas de aquella época, en su interior había una vaquería y una tienda de leche y productos lácticos y, posteriomente, en una reforma se dejó al descubierto una parte de la muralla romana de Barcino. Un encanto más que, actualmente, permite merendar entre historia.
La Granja 1872
Calle dels Banys Nous, 4
Telefono 93 302 69 75
Chocolatería La Nena, chocolate con churros y más
Del Gótico a Gràcia. Porque en Chocolatería La Nena saborearemos la especialidad, es decir, chocolate con churros, y también sus menús diarios saludables.
Es el mejor lugar para ir con niños, pues hay una decoración dedicada al mundo infantil muy bien trabajada. Además, encontrarás un amplio surtido de pastas para hacer la merienda en familia.
En este caso no cierran a mediodía, y disponen de chocolate y churros ininterrumpidamente a lo largo del día. ¡El enclave ideal para los que son golosos a cualquier hora!
Chocolatería La Nena
Calle Ramón y Cajal, 36
Telefono 93 285 14 76