¿Existe el Caviar de manzana? ¿Imaginas unas Tizas de mantequilla? ¿Has visto alguna vez Aceitunas de melón? ¿Puede el Queso hacerse de pescado? ¿Es comestible el plástico? ¿Se hacen las Morcillas con chocolate? El poder de la imaginación es ilimitado, también en el mundo de la cocina.
El trampantojo, que no es más que un engaño a la vista, está de moda en temas gastronómicos. Nada es lo que parece. Las cosas no son lo que creemos. Un bonito y divertido juego que, bien realizado, está solo al alcance de grandes cocineros.
El comensal pondrá en guardia sus sentidos, sabiendo que la vista trae, en bastantes ocasiones, conclusiones equivocadas. Trampantojo en gastronomía es sinónimo de inventiva, de imaginación, de creatividad, de originalidad, de esfuerzo y de mucha sorpresa.
Es cierto que hay numerosos restaurantes en España donde puedes disfrutar de estas ingeniosas exquisiteces. Hoy quiero recomendar uno de ellos famoso, entre otras cosas, por estas habilidades culinarias. Se llama Venta Moncalvillo y está situado en Daroca de Rioja (Carretera Medrano, nº 6), una pequeña localidad próxima a la ciudad de Logroño. Una “venta” con mayúsculas que puede presumir de tener, por el buen hacer de los hermanos Echapresto, una prestigiosa estrella Michelin. Lo que empezó siendo un clásico restaurante familiar junto a la carretera, forma ahora parte del más prestigioso libro rojo de la gastronomía.