Los sunis, ancestros de los actuales habitantes de Tromso, llaman a las Auroras Boreales «Las luces que suenan». Los aborígenes del norte de Noruega incluyen esas luces en sus más arraigadas leyendas, afirmando que sonaban porque los propios animales, con su inquietud, las anunciaban.
En realidad, las auroras boreales son radiaciones del sol atrapadas por los campos magnéticos de la tierra en los dos polos, por eso las auroras boreales son las del polo norte y las australes las del polo sur.
Desde el inicio de noviembre pueden verse en las noches despejadas, si se tiene suerte, de ahí la fascinación que producen. No es ir y ver un monumento maravilloso que siempre está ahí, es ver algo que solo los privilegiados, con suerte, ven. Algo así como que te toque la lotería, porque algunos, entre los que me encuentro, ven una Aurora Boreal la primera noche que la buscan y otros, tras viajar en diferentes ocasiones al Norte, nunca la han visto.

En Tromsø, ciudad al norte de Noruega, ya en Laponia, hay grandes posibilidades de ver la Aurora Boreal, se cifran en un 95% los avistamientos con éxito. La razón es su microclima, ya que las montañas que lo bordean lo protegen. Éso no significa que haga buen tiempo, sólo que los cielos tienen más posibilidades de estar despejados. También hay que tener en cuenta que en noviembre, por poner un ejemplo, hay de 5 a 6 horas de luz al día y, según avanza el invierno cada vez menos, con lo cuál los cielos nocturnos tienen muchas horas para visualizarlas.
Recomendaciones para viajar a Tromsø
¿Cómo ver las auroras boreales?
La mejor forma de verlas es salir a las zonas más oscuras, lo que no es difícil, ya que a 20 ó 30 km las luces de la ciudad ya no molestan. Ir con una agencia facilita mucho las cosas, ya que te llevan en un microbús, tienen ropa adecuada (la que llevamos, por mucho que creamos, nunca es suficiente). Suelen llevan un ordenador con conexión al satélite con la previsión metereológica, para acercarse más fácilmente a las zonas despejadas. El guía te cuenta todo lo que necesitas saber, y en los momentos que puedas sentir frío vuelves al microbús y te ofrecen chocolate caliente y galletitas. Suele costar unos 125-150 euros, dura unas cuatro horas y te envían al cabo de unos días fotos de calidad, lo que merece la pena.
Es imprescindible una cámara de fotos reflex. La del móvil NO sirve
El guía suele llevar cámara, hacerte fotos y colgarlas en la página para que puedas tener un recuerdo. Ver la aurora boreal con nuestros ojos humanos no resulta tan espectacular como verla en fotos, por ello, incluso in situ, si puedes hacer una foto de la aurora con tu cámara, aumentando el tiempo de exposición a entre 4 y 8 segundos, la verás en su plenitud. Esto es imprescindible.
A simple vista, la aurora boreal es como una nube verdosa que se abre en el intenso oscuro y que se mueve a veces en forma de tirabuzón, otras en forma de tornado o también como caída de agua. Resulta muy hermosa pero, insisto, no suelen tener la intensidad que vemos en las fotos, de ahí que es imprescindible la cámara, no sólo para percibir los verdes, sino también sus matices, y los morados y amarillos que a veces poseen.
Hay diferentes agencias que hacen estas excursiones, se pueden encargar directamente en Tromsø o también hacerlo previamente online. Hay otras modalidades para ver la Aurora: con trineos de perros, para mí no tan interesantes porque la escena con los perros tirando de la gente por la noche, no me agrada; también se pueden ver en barco, o durmiendo en un campamento sami…
Nosotros lo hicimos en Tromsø Safari: te recogen en un hotel y la excursión dura aproximadamente 4 horas o más, dependiendo de si se ha visto bien. Te ayudan a hacer bien las fotos y el ambiente es muy agradable. El precio en el microbús fue de 150 euros aproximadamente. En barco la experiencia no fue tan interesante. Como siempre, todo depende de quién te toque. En este segundo caso también tenían ropa adecuada para soportar el frío, nos ofrecieron bebidas calientes y algún dulce, y la ventaja es que tienes más cúpula celeste a la vista, además de la visión de la propia costa iluminada.
¿Qué hacer durante el día?
Durante la noche las auroras boreales posiblemente ocuparan nuestro tiempo pero, ¿qué hacer durante el día?
Podemos ir dando un paseo, subiendo por el puente al Teleférico (Fjellheisen) y ver la Catedral del ártico (Iglesia de Tromsdalen), con su bella forma piramidal acristalada, que se ve desde toda la población y recuerda a las tiendas de los sumis. Desde el mirador del teleférico se pueden hacer increíbles fotos. Cierran a las 11 de la noche, por lo cuál también se puede ir para intentar ver una aurora con la población a los pies. El precio de los adultos son 190 Nok, unos 20 euros.

En Tromsø hay varios museos y la mayoría son gratuitos, comenzando por el de La Perspectiva, con dos plantas, aunque la de arriba no es accesible, y donde se exponen cuadros interesantes, con exposiciones permanentes y temporales. El Museo de Arte ofrece exposiciones de artistas escandinavos, como Rose Marie Huuva, que están trabajando en la visibilización del arte sumí. El Museo Polar está en la casa más antigua de la población, aunque no tuvimos la suerte de que estuviera abierto en nuestra visita.
Todo está al lado y, partiendo de la plaza mayor del lugar, bajando se encuentra el puerto, que se puede pasear y fotografiar, y que tiene unas puestas de sol magníficas. Un poco más arriba de la plaza se encuentra la casa de cultura, donde hay actividades, desde conciertos a películas, muchas de ellas gratuitas y que, además, es un sitio donde refugiarse del frío. Cruzando la plaza mayor, en la que se encuentra el bar más pequeño del mundo, donde te venden perritos calientes de reno, está la calle comercial Storgata. En la propia plaza se encuentra también Tromsø catedral, la catedral de madera más al norte del mundo, con un sencillo altar mayor y, a la entrada, con mesas donde se hacen actividades. Se puede visitar por 2 euros y hay misa por las tardes.
httpv://youtu.be/f5woF0ZTMTo
Todo es muy participativo, y en casi todos los espacios públicos hay bebidas calientes, el clima lo requiere. La arquitectura de los edificios mira también al exterior, con edificios acristalalados que permiten estar en la calle sin sufrir los rigores de las temperaturas. Un ejemplo de ello es la Biblioteca Pública.
El Sciencie Centre of Northern Norway está muy indicado para ir en familia, pues las actividades en el interior, son muy recomendables. Hay que mirar la programación pero, además de las actividades, en el planetario se proyectan películas, también en inglés, sobre las auroras boreales o expediciones polares, es interesante porque la pantalla en la cúpula ofrece una visión de 360 grados que es una auténtica inmersión en el tema. La de las auroras es espectacular.
Comer y beber en Tromsø

Hay varios pubs en Tromsø, el más conocido y antiguo es Øl Hallen, donde los exploradores árticos contaban sus historias a cambio de cerveza. Dice la leyenda que aquí Monhausen hablaba de sus expediciones y, cuando se acababa la cerveza de su jarra, se callaba. Para que continuara contando sus aventuras polares, el propietario debía volvérsela a llenar. En los pubs se puede comer algo, normalmente hamburguesas, costillas o sándwiches. Hay varias cervezas e incluso una cervecera en Tromsø: Mack, con diferentes variedades que se pueden degustar en los pubs o en la propia sala de catas que está en frente de la fábrica en la calle Storgata, y la visita se hace en la antigua fábrica. La cerveza cuesta desde 8 euros, dependiendo del tamaño. La 1877, la Bayer y la IPA son nuestras recomendaciones.
También hay diferentes restaurantes que sirven cocina local, y cocina informal: Nuestra recomendación es:

– Egon, con carta en 5 idiomas , español incluído, tiene una entrada frente a la catedral en la calle Storgata, y tienen desde hamburguesas a pescados, incluso Sopa de pescado, con bacalao y salmón, que son los pescados rey de la zona, bastante abundante y rica. No hay que perderse la tarta de manzana. Se pide en la barra y te sirven en mesa. Hay buen ambiente y el precio por persona, al cambio, es de aproximadamente 35 euros.
– T-Tapas, tapas diferentes inspiradas en algunos casos en el concepto español, pero adaptadas a los gustos noruegos. Merece probarse, desde las patatas bravas, hechas aquí como gratinadas, bastante buenas, los bocaditos de reno, el cangrejo a la plancha con salsa de ajo (si no nos gusta mucho el ajo, mejor pedir que lo reduzcan porque va un poco cargado). Los postres también los presentan en forma de tapa en pequeñas raciones en vasitos, te enseñan la carta en una bandeja y ahí eliges. Hay crema catalana, Mousses de chocolate o Souflé de limón. El precio medio es de 30 euros.

– Matthallen es un restaurante muy reconocido en Tromsø donde se hace cocina local creativa. Junto al restaurante hay una tienda de productos gourmet y venta de carne, pescado y embutidos, además de otros alimentos, por ejemplo españoles las conservas Ortiz. El restaurante tiene diferentes menús desde 75 a 100 euros aproximadamente, también servicio a la carta, y se puede comer por 60 euros aproximadamente, sin vinos. El vino aquí es muy caro, una copa pueden ser 11-15 euros, y hablamos de referencias sin mayor relevancia. No obstante, tienen lo que llaman el menú del lunch, que es un plato único, por ejemplo un plato con dos hamburguesas de ballena, cuscús aromatizado y otros acompañamientos. Se puede tomar con agua natural, que aquí es muy buena. Un postre que recomendamos en este restaurante es la tarta de queso, que resulta muy natural. Una buena opción para probar los platos locales, bien preparados y con precios para todos los bolsillos.

– Charly’s, en el hotel Radisson Blu es uno de los restaurantes que merece la pena conocer, principalmente por un plato ancestral que es su especialidad: el Lutefisk o Lyed Stockfish, bacalao seco que se lava durante dos dias en agua con lejía, no explican cuánta, y que se acompaña con diferentes guarniciones, grasa de beicon, puré trabado de guisantes, queso marrón, mostaza, sirope, pan cristal y patatas. El pescado tiene una textura gelatinosa extraordinaria, es un sabor intenso a bacalao, como concentrado. Se puede tomar cuanto se desee, aunque la ración es tan grande que resulta difícil repetir. El pescado se adquiere en Brødcene Berg de Lofeten Island y el plato cuesta 499 Nok, el equivalente a 55 euros. Otra de las especialidades es el Vilttallerken o Plato de Carne salvaje, que lleva filete de ciervo, salchicha de gamo local en salsa de Oporto y verduras frescas. Tienen varios menús de 380 y 480 Nok, sobre 40 ó 50 euros.
Otros restaurantes como el Bijghuset o Smak, con cocina más actual, también son buenas opciones para comer bien en Tromsø. En la plaza mayor se encuentra un quiosco con sillas altas alrededor y buena música, que ellos se denominan como el bar más pequeño del mundo, y donde el perrito caliente de reno no está mal. Lo sirven con cebolla, manzana o remolacha, la salchicha está algo dura en la cobertura (al parecer a los locales les gusta así) pero el pan es bueno.

Hay otros restaurantes, e incluso un Pepe’s pizzas o un Burger King, pero merece la pena ir a algunos para probar alguno de los productos y recetas locales:
- Sopas: de tomate con pescados o de nata con pescados.
- Salmón ahumado o fresco, acompañando de arenques fermentados.
- Carne de reno y sus derivados, como los embutidos.
- Bacalao de los fiordos y rodaballo.
- Foricol, un guiso de cordero con col y patatas muy típico de las casas, que también hacen en algunos restaurantes.
- Queso azul, bastante diferente y el queso marrón, con un sabor muy especial semi-dulce.
- Los dulces con base de almendra amarga, muy tradicionales en la zona.
- La carne de ballena.
- Costillas de cabrito.
- Cangrejo.
Hay varios hoteles de diferentes categorías y apartamentos turísticos. Recomendamos por experiencia propia el hotel Thon Tromsø city, un tres estrellas a muy buen precio, con café Nespresso y bebidas calientes gratis a cualquier hora… Y un desayuno espectacular, con salmón ahumado, quesos, frutas, huevos fritos con puntilla, increíble pero cierto, yogures,batidos, tortitas, de todo… Si vas a este hotel, pregunta por María, una española que lleva allí 7 años, varios de ellos como jefa de cocina y ahora de sala. Creemos que la puntilla de los huevos fritos del desayuno es cosa suya…

Si vas a Tromso, te interesa saber…
- Que las auroras boreales se ven a partir de noviembre.
- Que para disfrutarlas hay que llevar una cámara de fotos reflex.
- Que las excursiones conviene reservarlas con antelación al viaje, para evitar sorpresas.
- Que la mejor ropa para vivir la calle en Tromsø es un traje de esquiar, botas altas con suela de goma y calcetines gruesos. Los guantes y el gorro son obligatorios.
- Que cuando no nieva, hiela y el suelo resbala, conviene tenerlo en cuenta.
- Que no todas las calles son accesibles, tampoco los comercios, ni los museos. Ver una aurora boreal para una persona en silla de ruedas puede ser complicado.