Frita para guarnición, como snack o con acompañamiento con salsas, guisada con vegetales, carnes o pescados, cocida para otras elaboraciones como la ensaladilla o el pulpo a la gallega, en puré, en crema con otras verduras… Podemos consumirlas como más nos gusten, y además si las conservamos bien, pueden tener una gran durabilidad en nuestra cocina. Si no prestamos atención a su conservación, nuestras patatas pueden empezar a germinar, y peor aún, pueden llegar a pudrirse e inundar toda la despensa con ese olor tan desagradable y característico.

Toma nota de los siguientes consejos para conservar tus patatas el mayor tiempo posible:
1- Separar las patatas: Independientemente de que compremos las patatas en el mercado de abastos, en una tienda de nuestro barrio o en el supermercado, lo mejor que podemos hacer al llegar a casa es separarlas. Si ves alguna que esté dañada o tenga un color verdoso, lo mejor será descartarla ya que puede hacer germinar a todas las demás rápidamente.
2- Mantener las patatas alejadas de la luz: Lo más importante es almacenar nuestras patatas en un sitio oscuro, puesto que una fuente de luz hará que nuestras patatas germinen con más facilidad.
3- Conservarlas en un lugar fresco y seco: Lo idóneo es elegir un lugar fresco y seco para almacenarlas. Un truco será colocarlas en una cesta de mimbre, una cajita de madera o un saco de arpillera para que la patata pueda respirar. Debemos evitar a toda costa un recipiente de cierre hermético. Si tienes un hueco en la despensa, éste será el mejor sitio para conservarlas.
4- Prestar atención a los alimentos que colocamos al lado: Debemos evitar la proximidad con alimentos como la cebolla o el ajo, ya que desprenden un compuesto que acelera el envejecimiento prematuro de las patatas. Igualmente habrá que mantenerla alejada de ciertas frutas (manzana, peras, plátanos) y algunas verduras que liberan etileno y producen en ellas el mismo efecto que ajos y cebollas.