Los consumidores no tienen más remedio que confiar en las etiquetas de los alimentos a la hora de tomar sus decisiones de compra. Sin embargo, existen dudas de que las etiquetas de productos a base de carne, como hamburguesas o salchichas, digan la verdad sobre lo que realmente contienen.
Croquetas que contienen la mitad de la cantidad de carne declarada en la etiqueta, uso de sulfitos para hacer que la carne picada tenga un aspecto más fresco o el pollo que se vende como ternera en los kebabs, éstas son sólo algunas de las prácticas engañosas que da a conocer en el nuevo informe que hoy publica la Oficina Europea de Consumidores (BEUC) con el título «La carne que comemos en primer plano – Los consumidores demandan etiquetas honestas«.
Basándose en las pruebas recogidas en los últimos meses por siete organizaciones que forman parte de BEUC, entre ellas OCU, el informe revela que los alimentos a base de carne no siempre cumplen con las expectativas de los consumidores, llegando a encontrarse casos de etiquetas que son deliberadamente engañosas.
Croquetas de jamón con el 0,3% de jamón @consumidores #EtiquetasTrampa pic.twitter.com/CqOSBL6NTF
— Moisés Chacón (@mgchacon) April 29, 2015
#EtiquetasTrampa @consumidores ¿Carnes en Carrefour que no son carnes? La etiqueta no lo aclara: http://t.co/FBpwj6Evfx
— Aceite de Coco (@Aceite_de_Coco) July 14, 2015
Los consumidores deben poder confiar en la etiqueta de los alimentos que compran. OCU, en el marco de su campaña «Sabemos lo que comemos«, para conseguir un etiquetado claro y correcto de los alimentos, pide a las autoridades españolas que refuercen los controles y se aseguren de que las etiquetas proporcionan una información exacta y completa. Además, OCU subraya que el control de los aditivos utilizados en los productos cárnicos debe intensificarse, tomando medidas enérgicas contra el fraude alimentario, un asunto que no puede dejar de seguir siendo prioritario en la agenda de la UE.
Fuente: OCU