El nombre de Tabarnia suena bien, es bonito y, además, nos retrotrae a épocas del pasado, cuando los griegos o los fenicios visitaban nuestras costas. Y también cuando los cartagineses o los romanos llegaron hasta la Península Ibérica, estos últimos jamás podrían haberse imaginado que, más de dos milenios más tarde, una nueva tierra se podría denominar con las dos primeras sílabas de dos ciudades, las dos costeras de Cataluña, que ellos bautizaron: Tarraco y Barcino. Aún hoy se pueden disfrutar algunos de aquellos edificios y construcciones que los romanos nos dejaron en Barcelona pero, sobre todo, en Tarragona, ciudad que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, sobre todo por el importante legado romano, que mantiene en un estado admirable.


Gran parte de la estructura de la ciudad y de muchos edificios antiguos, el anfiteatro o el circo, que hoy forma la plaza de la Font, son restos romanos que están muy bien conservados y algunos están perfectos, como el acueducto en las afueras de la ciudad. En las inmediaciones también se pueden visitar varias ruinas romanas espectaculares, como la Torre de los Escipiones o el Arco de Bará. El paso de la historia fue dejando maravillas en este territorio que hoy nos encantan, como es el caso del barrio Gótico de Barcelona, con multitud de edificios como las Atarazanas Reales, hoy museo Naval, que sorprende al viajero por tratarse de una construcción gótica civil que sirvió para fabricar las naves de la flota, que la corona de Aragón usaba para recorrer sus territorios mediterráneos.
La costa, lo más conocido
Este territorio posee una gran riqueza turística, pues gran parte de la costa queda enmarcada en Tabarnia y, por supuesto, los puertos y los barrios costeros de ambas capitales, las dos únicas costeras de Cataluña: el barrio de la Barceloneta y el puerto de Tarragona. El Serrallo es el puerto de Tarragona y, sin duda, además de una visita necesaria para conocerlo hay que buscar el restaurante adecuado entre los que allí abundan, que son muchos y buenos, para tomar los ricos platos de arroces y pescados locales y también para disfrutar de los vinos de la D.O. Tarragona o Penedés, que también son tabarneses. Concretamente la bodega Mastinell, de la D.O. Penedés, tiene unos cavas muy ricos y un hotel que simula un botellero, elegante y original. La Barceloneta también es uno de los lugares indicados para tomar arroces, pescados y toda la gastronomía local que tan ricamente interpretan en este barrio tan típico y que es muy conocido por los turistas.
Las playas cercanas a Tarragona, o las que se encuentran en el Maresme, están entre las más visitadas de la costa mediterránea, y lo son porque realmente son buenas playas y cuentan con banderas azules y todos los servicios y la seguridad necesaria para convertir unas vacaciones playeras en un recuerdo inolvidable. Pero la costa tabarnesa también ofrece paisajes espectaculares, como las Costas del Garraf o pueblos con un encanto como San Pol de Mar, otro lugar de gastronomía selecta porque allí está el magnífico restaurante Sant Pau de Carme Ruscalleda, que ostenta en 2018 3 estrellas Michelín y 3 soles de Repsol.
El paisaje del interior

Además de las capitales de Tabarnia, en su interior cuenta con la mayoría de la población catalana y algunos de los municipios más atractivos, como es el caso de Reus, con su famoso vermut y la gran lista de edificios de estilo modernista que no se pueden dejar de visitar. Terrasa también es otro ejemplo de gran urbe con algunos encantos turísticos que hay que ver: las iglesias de La Seu d´Ègara, que datan de los siglos IX a XII y el museo de la Ciencia y la Técnica, cuyo edificio es un ejemplo del modernismo aplicado a la industria. Y esto es simplemente una muestra, pues el monasterio de San Cugat del Vallés o el de Montserrat son dos joyas que no se pueden olvidar.
Entre las zonas naturales que hay que visitar está la montaña de Montserrat o una parte del Parque Natural del Montseny, que es una maravilla natural desde cuyos picos se observa gran parte de la Baja Tabarnia. La diversidad de la flora del Montseny es impresionante y se pueden descubrir bosques de hayas en la umbría o bosques típicamente mediterráneos de encina en zonas más soleadas y secas. Es importante recorrer sus rutas y acceder hasta sus picos, pues no es muy difícil y las vistas son realmente impresionantes, pudiendo mirar hacia el Mediterráneo o girando la cabeza hacia los Pirineos o Montserrat, por ejemplo.
No te puedes perder:
- Visitar el modernismo y el barrio Gótico de Barcelona y conocer la oferta gastronómica de la zona de la calle Enrique Granados, que cuenta con diversidad en restaurantes.
- Visitar Reus, con su modernismo y su conocido Vermut, y Valls, la capital de la calçot, ahora que está en temporada.
- Hacer rutas de senderismo por espacios naturales, como Montserrat o el Montseny.
- Hacer turismo de playa por las buenas playas de Salou y Cambrills, en Tarragona, y del Maresme, en Barcelona. Incluso en las capitales que, al ser costeras, tienen playa.