Valle García López

Valle García López: «Mi sueño es que alguien sentado en una mesa reciba un plato y sienta que ha sido creado junto con la con la receta»

"Las estructuras empresariales a veces son demasiado convencionales y el concepto se diluye en los egos y los números."

Jesús Sánchez Celada13/04/2022

Valle García López es ante todo una artesana. Una artista nómada que tras haber recorrido medio mundo plasma ha conseguido plasmar en sus vajillas toda su experiencia. El resultado son un conjunto de piezas espectaculares que han llegado a la alta cocina española y que prometen un recorrido aún mayor.

Has creado una marca de vajillas artesanas, “Historias de Tierra”. ¿Me puedes hablar de cómo nace el proyecto?

El nombre hace referencia a los minerales y las cenizas que componen la materia prima con la que trabajo.

Historias de tierra es un proceso vital que se culmina con un proyecto empresarial que combina la experiencia de mis viajes y trabajos con la constante necesidad del trabajo con las manos.

Después vivir casi 6 años en Panamá con  mi familia dirigiendo varios proyectos de restauración, viajando por el continente y sufriendo una profunda transformación personal decidí que si regresaba a mis raíces debería respetar el regalo de todo lo aprendido escuchando mi propia naturaleza y la necesidad de crear un proyecto con alma, que contara historias interesantes. Así, después de rellenar varias molekines se empieza a cocinar Historias de tierra, recogiendo mi experiencia en gastronomía para ponerla al servicio en la colaboración con cocineros y personas que a su vez están diseñando la presentación de mesas y objetos personalizados, diferentes y sostenibles.. Pensar en las posibilidades me fascinó. Lanzar el proyecto fue difícil, tenía muchas ideas pero poca experiencia como empresaria en solitario. Tampoco me interesaba pasar de nuevo por una escuela de oficios.

Mi instinto me llevaba a talleres de artistas, a experimentar directamente con materiales y técnicas. Así que en 2018 dediqué todos mis recursos y me concentré en abrir los sentidos para no traicionar la idea inicial. El verano de 2018 dormía en una manta cerca del horno para asegurar que la cocción iba bien. Las primeras aperturas del horno, las primeras piezas y los ajustes técnicos las viví como hipnotizada, decidí que no podía fallar y que los últimos 20 años eran el campo de experimentación para lo que ahora estaba sintiendo.

Piezas de la vajilla creada por la artista.

¿Cuál es la fuente de inspiración de las piezas?

Podría decir que la naturaleza, pero la naturaleza es todo lo que toco. Lo primero para mi es escuchar. Procuro conocer personalmente los proyectos y las personas que los habitan, ya sea un restaurante, una casa rural, tiendas de diseño o particulares. Se trata de crear un lenguaje único, teniendo en cuenta el tamaño del proyecto, el entorno, el uso y las sensaciones que se quieren trasmitir. Todas mis piezas tienen huellas de esas historias que me llegan, yo las interpreto con mis tierras y mis manos.

¿Qué supone la cocina/gastronomía para ti y para tu proyecto?

La cocina habla de lo que somos en todas partes del mundo. Es una aventura emocionante. Antes de dedicarme en exclusiva a la cerámica, cuando alguien confiaba en mi para colaborar en un restaurante, ya fuera en el concepto o en el diseño y dirección del servicio sentía un entusiasmo y una fuerza creadora que en ocasiones me trajo muchos dolores de cabeza y la sensación de darme contra un muro. La estructuras empresariales a veces son demasiado convencionales y el concepto se diluye en los egos y los números.

Desde este lado de la escena siento la libertad para crear que necesitaba. Mi sueño es que alguien sentado en una mesa reciba un plato y sienta que ha sido creado junto con la con la receta, como en un “mise en place” que empezó semanas atrás en mis manos sobre la tierra fresca, pasando por el fuego cerámico y finalizando con los alimentos frescos montados sobre un soporte único en perfecta armonía.

Valle García López: "Todas mis piezas tienen huellas de esas historias que me llegan, yo las interpreto con mis tierras y mis manos"

¿Crees que no se le da la importancia adecuada a la vajilla en los restaurantes?

La cuestión es de concepto, no todos los restaurantes necesitan una vajilla artesana creada a propósito. Si estas en una tasca de toda la vida en el centro de una ciudad pequeña y la cocinera sale con sus croquetas caseras y una ensalada en un plato de loza usado mil veces tiene todo el sentido, provoca amor. Hay dignidad y verdad en ese servicio.

El tema es cuando el concepto está lanzando un mensaje de excelencia. Cuando la promesa que ofreces busca una experiencia completa. Aquí en ocasiones se confunde el lujo con tendencias efímeras y las modas. Y no es una cuestión económica, me he encontrado vajillas industriales con precios desorbitados, escogidas para impresionar pero que no convencen porque están desvinculadas de la propuesta gastronómica. Es una sensación de extrañamiento encontrar que la vajilla hace más juego con las lámparas y la tapicería que con el menú. La buena noticia es que aquí si hay un cambio, a veces son pequeños detalles, pero siento que hay una curiosidad creciente.

Y en los hogares, ¿deberíamos cuidar más y prestar más atención a la vajilla del día a día?

Definitivamente los beneficios son muchos. No se trata de comprar por postureo sino de adquirir cosas con más valor sentimental. Y usarlas mucho, tratarlas con cariño para que cuenten historias propias.

¿Qué restaurantes usan tu vajilla?

Actualmente en Madrid La Única el chef Andrés Madrigal, Atocha 107 de Joaquín Felipe. Otros restaurantes en Asturias, El Castañu en Llanes, El Farragua, Seis estaciones, Daio, Mostaza y Migaya en Gijón. En Asturias, Kolozero en Gijón y Los Carracucos en Muros de Nalón

También se puede adquirir en puntos de venta en Madrid: Tarín Maletas en la Calle Hortaleza 3