Las cinco y media, una hora fantástica para el café de merienda y charla con una voz que inspira y anima a ser la mejor versión de uno mismo, confiar y saber que no hay nada imposible. Es la voz de Verónica Castilla, que se encuentra al otro lado de la pantalla y nos recibe con una sonrisa. Una mujer valiente que, a día de hoy cuenta con uno de los caterings más aclamados por las grandes empresas para la celebración de eventos Cooklab.
Cooklab: el proyecto vital de Verónica Castilla

Hace 15 años Verónica decide apostar por un proyecto que apenas nadie entendía, y ahora, hay hasta que pelearse por contar con Cooklab para la celebración de eventos de las marcas más aclamadas. Es tanto el reconocimiento, que compañías como Spotify, Disney o Repsol se han puesto en manos de la chef para ofrecer una presentación que deje a todos con la boca abierta.
Pero, ¿Qué es Cooklab?. Se trata de un negocio totalmente innovador basado en un modelo de catering, pero con alto valor añadido con el objetivo de crear experiencias inmersivas personalizadas. “El concepto de catering, va más allá. No es solamente comida, lleva un mensaje implícito. Está todo pensado, no es solo una oferta gastronómica en la que tú eliges de un listado. Sino que es una idea que trabajamos y la transformamos en una propuesta.” Es, sin duda, una fusión y traslado de la gastronomía al mundo del marketing y la comunicación adaptándose a cada ocasión. Se establecen menús acorde a la experiencia que se quiere realizar y al público al que se va a dirigir teniendo en cuenta hasta el mínimo detalle como la carta, el menaje, servicio y decoración para que todo sea un conjunto armonioso para brindar una experiencia única.
Influencias de otros países y su amor por el arte

Este nicho tan poco explotado en nuestro país, donde Verónica vio una oportunidad de mercado, es debido a sus vivencias en países extranjeros como Nueva York o Suiza compaginados por sus trabajos anteriores en el sector turístico. “He estudiado fuera y eso ya solamente te abre en todos los sentidos”.
Recalca las diferentes maneras de vivir la gastronomía en muchas partes del mundo, e incluso como ha evolucionado la experiencia culinaria en España, lo que la ha ayudado a evolucionar en su negocio; “ hace 15 años el tema gastronómico en España era mucho más simple y no estaba tan evolucionado como ahora. Incluso, los propios comensales en España valoraban solo el producto. En cambio, yo vi en ese momento que faltaba darle un poco de creatividad y clase al acto de invitar o de comer.”
A todo ello se suma su amor por el arte, y qué mejor que plasmarlo en sus platos. Comidas con toques asiáticos, árabes o americanos sin llegar a imitar, sabiendo en todo momento de lo que habla porque ha tenido la oportunidad de visitar todos estos lugares. Pero, sin olvidar la tradicional riqueza culinaria española pudiéndola fusionar con algo diferente para crear combinaciones inigualables.
Una madre de dos hijos y el inicio de Cooklab

Verónica comenzó este viaje al emprendimiento siendo madre de dos hijos con todo lo que eso supone. Además, a ello se suma que en el mundo gastronómico es mucho más difícil crear un proyecto que disipe del típico catering o restaurante. Ella quería romper con lo establecido y buscar su propio camino, “personalmente no me podía permitir el lujo en ese momento con niños pequeños de meterme en una cocina de un restaurante que ya se saben las horas encerrada sin tener vida personal prácticamente”. Su deseo era encontrar otro camino que le permitiese compaginar mejor con la vida familiar.
“Yo siempre digo que tengo tres hijos, los míos naturales y mi Cooklab. Al proyecto lo tienes que acompañar, lo tienes que ayudar a crecer, lo tienes que alimentar para que esté al día y siempre se mantenga actualizado. Yo que soy una enamorada de aprender no quiero seguir haciendo lo mismo”.
Además, al principio de la andadura de este proyecto Verónica tuvo que ir mostrando el camino los propios clientes, ya que ni ellos mismos sabían que el servicio que daba Cooklab se podía hacer. Debido, a la incomprensión inicial de muchas empresas que solo querían contratar el servicio de catering para eventos, Verónica tuvo que ofrecer su servicio de personalización como valor añadido al mismo precio que un catering regular, por lo que los comienzos nunca son fáciles y muchas veces todo lo que recaudaba en un servicio lo invertía en realizar los proyectos siguientes sin un margen amplio de ganancia.
De su amor por la cocina a convertirse en chef de Le Cordon Bleu
El amor por la cocina le viene de familia, ya que todas las mujeres de su familia siempre estuvieron entre fogones. A verónica siempre le suscitó curiosidad el universo gastronómico, lo que le llevó a convertir un hobbie que disfrutaba en su vida privada a querer compartirlo con el mundo y ponerlo en práctica como trabajo.
A problemas, soluciones. Esto fue lo que hizo Verónica cuando en el año 2008, tras la fuerte crisis económica que sumergió a nuestro país y a muchos negocios gastronómicos Le Cordon Bleu fue una puerta que se abrió durante ese año. Coincidió con el primer año de apertura de la prestigiosa escuela de cocina francesa en Madrid y su oportunidad para formarse a lo grande y convertirse en una chef con todas las letras. “Fue un acto de valentía con mucho amor y muchas ganas. Decidí que era el momento idóneo para compaginar mi vida personal con mis dos hijos y la formación”. Que se vería reflejada luego en la mayor calidad de los platos y las propuestas gastronómicas de Cooklab.
“Cajas gastronómicas”, una idea brillante en tiempos de pandemia

Ni la pandemia pudo con Verónica, a pesar de que Cooklab se basara en la presencialidad 100%. Se les ocurrió seguir brindando experiencias a través de las “cajas gastronómicas” que a día de hoy siguen funcionando en el negocio y tiene mucha demanda. Durante el tiempo que estuvimos encerrados en nuestras casas, las empresas no tenían formas de llegar a más público fuera de lo que es online. Así que, la idea de las cajas gastronómicas continuaba siendo una vía para sorprender y que la gente pudiera hacer eventos. “En el caso de la industria del entretenimiento, empresas como presentaciones de películas nuevas hacían una especie de evento virtual en donde compartían esa caja que recibía esa persona en su casa y a una hora determinada, tenían posibilidad de ver la serie a llaves que disfrutaban de un menú personalizado sobre la película o sobre el tema.”
Un ejemplo de superación y de sentir que no hay nada imposible
Verónica e una mujer luchadora, con garra y que la palabra rendirse no está en su vocabulario, “hay que salirse de los moldes, aunque sea contracorriente. A mí al principio mis amigos y mi familia me decían que era una locura el proyecto que quería realizar. Al final debes imponer el proyecto que tu llevas dentro que e sol que te va a proporcionar la felicidad.” Es, sin duda, un ejemplo de superación.