En un marco difícilmente superable, el Hotel Ritz de Madrid, tuvo lugar Vinoro 2012, un evento que consiguió unir el arte de 32 bodegas que habían conseguido un Oro para alguno de sus vinos en uno de los numerosos concursos que se celebran, junto a la obra de la artista plástica Inma Amo, que devuelve a la vida viejas barricas pintando bellos motivos enológicos sobre ellas.
Mientras la pintora era abordada en busca de información por los profesionales y aficionados presentes, las bodegas sacaban orgullosos sus vinos galardonados, y un eficiente servicio proveía de copas limpias a los presentes. Todo funcionando como un reloj.
A priori, que un vino consiga una medalla de oro en un concurso significa poco. Con los premiados de un año estaríamos toda nuestra vida bebiendo una botella distinta diaria. Ésto, unido a mucho vino poco conocido o directamente desconocido para mí, me hizo temer lo peor, sin embargo, en esta ocasión, el Salón deparaba sorpresas…
Un fino «finísimo» de la bodega montillana Pérez Barquero bajo la marca «Gran Barquero» fue el comienzo perfecto de la velada. A continuación, nos paramos en una sorpresa: la Bodega Reina de Castilla. En Rueda hacen un vino llamado «El Bufón» que es realmente un verdejo de los más serios y bien elaborados que he probado últimamente.
Volviendo a los conocidos, me paro en CVNE y pruebo su Contino Gran Reserva 2004, vino que me parece el gran escondido de Rioja: realmente tan impresionante, como poco conocido por el gran público. Cambiando de tercio me topo con una pequeña bodega, esta vez de la Ribera del Duero; otra agradable sorpresa al probar su Valsardo 2000, un vino intenso, fresco y con madera elegante. Nada que ver con las concentraciones tan en boga de los últimos años en la D.O.
González Byass con su Beronia, demostrando que sabe hacer tintos, Bodegas Aliste con su notable Marina de Aliste, un vino procedente de una pequeña parcela de tempranillo de la Sierra de La Culebra en Zamora, muy cerca de Portugal. Y, sin salir de la provincia, nos encontramos con un magnífico Piedra Lagarona de la torensana Estancia Piedra. De Pla de Bagés nos llegan los vinos de la Bodega El Molí, que con su Collbaix La Llobeta 2007 nos demuestra la perfecta adaptación al terruño que tienen sus cepas Cabernet Sauvignon y Merlot.
Aún pecando de injusto, dejo bodegas sin probar y resumo la velada: un éxito de público, una iniciativa innovadora, al mezclar arte y vino, y muchas sorpresas agradables. Muy buena organización de Ernesto Gallup (vinoquedadas) y un espléndido servicio de copas.