Esta vitamina es además la responsable del transporte del hierro desde la transferrina plasmática a la ferritina del interior de los órganos. En otras palabras, para que el hierro sea utilizado por el cuerpo como es debido, es necesaria la participación de la vitamina C para que ocurra este proceso de transporte. Por esta razón, se dice que hay que tomar naranja tras haber comido lentejas. Esto es porque el hierro de los vegetales es un hierro no hemo, lo que significa que es necesaria la ayuda de la vitamina C para su absorción intestinal.
La vitamina C es totalmente indispensable en la síntesis de colágeno, es antiinflamatorio, posee efecto antialérgico, es antioxidante, regula el proceso de coagulación de los capilares sanguíneos, puesto que la falta de esta vitamina en nuestra dieta, produce una deficiencia en el organismo que ocasiona hemorragias, especialmente en las encías ya que el hombre es uno de los pocos animales incapaces de sintetizar la vitamina C. El sangrado de las encías por deficiencia de vitamina C se conoce como escorbuto. El nombre proviene de la palabra ácido ascórbico que es también el nombre de la vitamina C.

Las grandes fuentes de vitamina C en la dieta son las frutas y las hortalizas/vegetales. Pero para que el ácido ascórbico sea efectivo, estos alimentos deberán ser ingeridos crudos, ya que la cocción anula la efectividad de esta vitamina, puesto que la vitamina C es extremadamente sensible al calor.
A continuación, se listan los alimentos con mayor cantidad de vitamina C. Sin embargo, habrá algunos alimentos que a pesar de contener altas cantidades de esta vitamina no suelen ser consumidos crudos, por lo que las altas cantidades de ácido ascórbico se extinguen.

Como ya es sabido, todo en exceso es perjudicial y a pesar de que el exceso de vitamina C normalmente se excretada por la orina, existen evidencias de que esta vitamina tomada en demasía se acumula en el organismo produciendo daños digestivos y cálculos renales. Además, la sobredosis de hierro puede provocar problemas hepáticos, cardíacos, pancreáticos, tiroideo e incluso en el Sistema Nervioso Central (SNC).
Por lo que, raras veces es necesaria la suplementación de vitamina C, solo en los casos de prescripción médica o de un profesional de la nutrición, ya que es fácil obtener las cantidades diarias recomendadas en alimentos frescos, sin la necesidad de incidir en un gasto económico innecesario. Mismo porque, siempre es más agradable comprar frutas y verduras en lugar de pastillas.