XVI Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica en Madrid

15/03/2012

Las XVI Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica se han celebrado en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y han contado con  una participación de más de 800 profesionales de la salud, entre médicos, farmacéuticos, dietistas-nutricionistas, enfermeros, endocrinos… En ellas se han tratado temas de actualidad e interés, como los últimos avances en alimentación y patología cardiovascular, la importancia de la nutrición en el paciente geriátrico, así como los beneficios del pescado blanco en el síndrome metabólico.

La alimentación sigue siendo uno de los factores que determinan el riesgo cardiovascular

Conscientes de esta realidad, los expertos reunidos en el congreso han dedicado parte de la mañana a debatir sobre este tema en la mesa redonda «Útimos avances en alimentación y patología cardiovascular». En su primera intervención, Teresa Padró, investigadora del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) ha destacado que la Dieta Mediterránea no sólo contribuye a la prevención de las patologías cardiovasculares, sino también a la protección de un nuevo evento cardiovascular.

En este mismo sentido, otro de los doctores que ha participado en esta mesa, José Antonio Gutiérrez ha hablado sobre el proyecto DRECE (Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España), que desde la década de los 80 hasta la actualidad pretende dar a conocer los hábitos alimentarios de la población española, monitorizar la evolución de los factores de riesgo cardiovascular, su relación con la mortalidad y el comportamiento histórico y potencial de todos ellos. Este trabajo, según ha indicado el propio doctor, ha puesto de manifiesto que si bien hoy en día nos encontramos aún alejados de las recomendaciones dietéticas, en estas dos últimas décadas no hemos empeorado en nuestra forma de alimentarnos. En realidad, seguimos el patrón de la dieta mediterránea, sobre todo entre la población adulta, aunque sí es cierto que este patrón aparece menos arraigado en la población adolescente.

La prevención de la obesidad infantil debe comenzar por el pediatra

Mantener una  buena alimentación y combinarla con la práctica de ejercicio físico es fundamental para prevenir la obesidad y el sobrepeso. Por este motivo, se ha profundizado sobre la relación entre nutrición y deporte y los diversos factores que influyen en nuestro estado físico. En este sentido, Pedro J. Benito ha dejado muy claro que la energía de la que disponemos en nuestro organismo no es más que la diferencia entre la que hemos ingerido/asimilado y la que hemos consumido.

Además, establecer unas buenas pautas alimentarias y de ejercicio físico nos permitirá establecer unos hábitos saludables que mantendremos en la edad adulta. Sin embargo, este camino no es fácil ya que, tal y como ha afirmado María Dolores Cabañas «la adolescencia se considera un periodo crítico en la adquisición y configuración de hábitos alimentarios y de un estilo de vida saludable para el futuro«.

La obesidad infantil y juvenil es un problema de Salud Pública cuyo control pasa necesariamente por la prevención y la educación nutricional. «El mejor tratamiento para la obesidad infantil es la prevención y esta debe comenzar por el pediatra desde la infancia, basándose en la promoción de hábitos de vida saludables entre los que se encuentran los hábitos de alimentación y de actividad física. En definitiva, las necesidades nutricionales requeridas durante la niñez y la adolescencia en relación con la actividad física conllevan a la adecuación de las ingestas mediante una dieta equilibrada, variada y agradable para conseguir su mejor estado de salud, lo que se consigue con políticas de educación para la salud desarrolladas en todos los ámbitos, desde la educación preescolar hasta la universitaria«.

A la hora de hablar de ejercicio físico y/o exhaustivo y prolongado, hay que tener en cuenta que éste eleva la producción de radicales libres y especies reactivas de oxígenos que pueden superar las defensas antioxidantes, ocasionando estrés oxidativo, tanto durante el tiempo que dura la actividad física como durante el tiempo de recuperación tal y como ha explicado Ángela Casado. Por este motivo, resulta importante la ingesta de alimentos que contienen antioxidantes, ya que previenen la formación de radicales libres y retiran o reparan el daño oxidativo.

Beneficios del pescado blanco en la salud

El último día de congreso se han presentado los resultados del estudio sobre los beneficios del pescado blanco en el Síndrome metabólico, de la mano de Clotilde Vázquez. Este trabajo ha demostrado, por primera vez, que la merluza es una excelente fuente de ácidos grasos Omega 3.  «Además,  ha podido probarse que el consumo habitual de este tipo de pescado blanco disminuye la tensión arterial diastólica, el perímetro de cintura y el colesterol LDL. Estos resultados nos permiten afirmar que el consumo de pescado blanco (el estudio ha sido realizado con merluza congelada de Namibia) es muy beneficioso en pacientes afectados de Síndrome Metabólico”.