Ziaboga Taberna, comida que hace feliz

Eva Celada12/05/2009

Comedor de Ziaboga, sencillo y funcionalPara ser feliz en un restaurante se necesitan alimentos de calidad, preparaciones imaginativas, buen ambiente,  limpieza y, sobre todo en los tiempos en los que vivimos, que no te den el palo con la cuenta. Ziaboga tiene todas esas calidades y tiene un dueño y cocinero, José Antonio Rodríguez, que es un personaje «casi literario»: habla con los clientes, obsequia platos, bromea, entra y sale de la cocina como si se tratara de su casa, a la que te invita con todas las de la ley… Este donostiarra recupera con bastante acierto la hospitalidad y el espíritu de servicio que todo hostelero debiera tener, y que desgraciadamente se está perdiendo. Ahora, como dice el chiste, «ya ni pagando». En este restaurante te llamarán por tu nombre y te tratarán como a un Rey, ¿qué más se puede pedir?

Nombre: Ziaboga Taberna
Dirección: Modesto la Fuente nº 47
Teléfono: 91 535 76 28
Página Web: http://www.restauranteziaboga.com/
Tipo de cocina: Imaginativa, de origen vasco.
Entorno: Comedor pequeño, con decoración sencilla y bellas fotografías de escenas vascas.
Servicio: Servicio muy atento y amable dirigido por Bernardino, hermano del chef
Accesibilidad: Buena.
Ambiente: Habituales del restaurante, de todas las edades.
Aparcacoches: No.
Precio: 18-22€
Fecha visita: 14 de Mayo 2009

Cocina:

José Antonio realiza una cocina de producto, con profundidad en los sabores y originalidad en la presentación. Una auténtica cocina a la carta en la que el comensal y sus gustos cuentan, por lo que se hacen los platos pensando en ellos. Por eso prácticamente no se doblan mesas, se hacen platos bajos en calorías, para celíacos, etc. y  cada día hay un menú fantástico, a un precio aún más interesante: 18€, y los domingos el menú sale por 25€. El comensal dispone además la opción de cambiar el vino por un crianza vasco por sólo 3€ más, interesante opción de la que otros establecimientos debieran tomar nota. Sin embargo, hay que tener cuidado porque si no se bebe vino y se pide cerveza, agua o un refresco, lo cobran aparte aunque no se haya pedido el vino que venía con el menú, algo sorprendente que choca con la filosofía del establecimiento.

El huevo trufado, sencillo pero fantásticoNos dejamos aconsejar por el cocinero, y nos sirve su tapa «estrella», Mousse de gulas con hígado de rape y ensalada, un plato muy vasco con un intenso sabor a mar. Después llega una Ensalada de judiones y sardinillas con redución de higos y vinagreta de modena, una preparación que el chef debe a su abuela Urbana, nacida en Valladolid, que realizaba este plato maravillosamente: buen contraste de texturas -la legumbre en su punto-, un plato interesante. El siguiente fue el Bacalao gratinado  a la plancha sobre sopa de tomate, en este momento ya somos conscientes de que José Antonio entiende de pescado, hijo y nieto de pescadores, sabe darle el punto perfecto a su cocción, algo que nos vuelve a demostrar con el siguiente plato, Carabinero a la plancha con sopita de pimientos del piquillo y huevas de salmón, potente de nuevo en sabor, incluso algo forzado para mi gusto en la salsa. El delirio llega con la máxima sencillez: el Huevo trufado, un sencillo puré de patata rebajado sobre el que se coloca una yema de huevo de caserío, unas patatas paja y una beve juliana de jamón, fantástico, no dejamos ni las migas. Bacalao gratinado a la plancha sobre sopa de tomateEl Cerdo Ibérico al Foie, algo seco pero de un excelente sabor, el foie de mucha calidad y la Presa ibérica en una salsa de pimienta convencional resultan menos originales: después del huevo ya es difícil superarse. En los postres un brownie casero, bien realizado, jugoso y acompañado de helado de chocolate y fresas: un postre muy bueno y un Carpaccio de piña con helado mascarpone, la piña con un sabor poco natural, aunque es un plato que gusta mucho. Una cocina sin artificios y económica, el propio cocinero nos explica lo que cuesta cada plato, gambones a la plancha 12€, foie con compota de manzaa 6€, Rodaballo sobre mar de espinacas 6€, Bacalao sobre sopa de tomate 6€, los postres todos a 3 €, las ensaladas a 4€… ¡Impresionante!, todo buenísimo.  La carta de vinos algo corta, con precios un poco descompensados con respecto a los de la comida, en nuestro caso tomamos un Pazo San Mauro, Albariño seco bastante interesante.

Observaciones:

Perfectamente accesible para personas con problemas de accesibilidad. Hay que atreverse a pedir platos fuera de la carta, que siempre hay alguno, y dejarse aconsejar por el chef José Antonio, y por qué no charlar un ratito con él en la sobremesa: puede ser una delicia.


Calificación:

Un restaurante sencillo pero muy digno, en el que se realiza una cocina honrada -algo dificil de encontrar- tanto por calidad como por precio.  Muy recomendable si importa lo esencial.

Puntuación:

7/10

 
Galería fotográfica: