El chef Javier la Fuente defiende, en el antiguo local de Zaranda, un proyecto hostelero ya consolidado y que únicamente ha cambiado de escenario. Con un salón elegante en una ubicación privilegiada, en Zorzal se puede disfrutar de una cocina tradicional evolucionada con guiños a la cocina creativa, sin grandes sobresaltos pero de gran calidad, con platos clásicos y otros más modernos y sorprendentes. El servicio es ágil y eficiente, redondeando una opción con posibilidades para quienes busquen un lugar con estilo y una cocina que dé la talla.
Nombre: Zorzal
Dirección: Calle de San Bernardino, 13 28015 Madrid
Teléfono: 915 412 026
Página Web: www.restaurantezorzal.com
Tipo de cocina: Cocina tradicional evolucionada,con guiños a la cocina creativa
Entorno: Salón espacioso y elegante con todos los detalles
Servicio: Agil y eficiente, dirigido por Sergio Mayor
Accesibilidad: Hay cuatro o cinco escaleras para acceder al restaurante
Ambiente: Parejas, amigos, urbanos
Aparcacoches: No, aunque hay un aparcamiento concertado
Precio: 35-50 euros. Buena relación calidad-precio
Fecha visita: 14 de Octubre de 2010, cena
Cocina:
Tomamos algunos platos de la carta empezando por el aperitivo: Aceitunas en varias texturas, un delicioso Paté casero y unas Pochas con manitas impresionantes.
Fascinados por los aperitivos, llega el momento de los entrantes, que comienzan con Coles de bruselas, morro de ternera y morcilla almendrada (14 euros), un plato técnicamente impecable, aunque algo plano.
Nos dejamos seducir por la Crema de castañas y sobrasada ( 12 euros), una auténtica delicia, con un contraste perfecto de la suavidad de la castaña con el tono chispeante de la sobrasada, no hay que perderse este plato en otoño. Compartimos a continuación un Rabo de toro, mousselina de patatas y espinacas ( 16 euros) abundante y delicioso también, la crema de patatas arrebatadora, no es de extrañar que sea un clásico en la carta de Zorzal.
De postre probamos un Cremoso de chocolate, pan y aceite de oliva (8 euros) que sabe a infancia, resulta original y a la vez clásico en el sabor. (fotovino hace referencia).
El menú estuvo acompañado de un Villacezan Doce Meses de la D.O. Tierra de León, especialmente acertado para combinarlo con el Rabo de toro.
Observaciones:
Conviene reservar, sobre todo los fines de semana.
Calificación:
Hablamos desde estas páginas con frecuencia sobre el equilibrio en un restaurante: comida bien preparada, presentada y de calidad; creatividad, servicio, un ambiente agradable con buena vajilla y cristalería… hasta la luz es importante. Por eso, cuando muchas veces decimos «se come bien», y la puntuación no es alta, es porque el resto de los factores no llegan al nivel.
En Zorzal el servicio es magnífico, así como la cocina y el ambiente. Sin embargo la carta, para mí gusto, está poco definida, y en ella conviven platos de la cocina tradicional como los Callos a la madrileña o el Rabo de toro con otros más modernos como las Ostras normandas Daniel Sorlut y el Pez limón al cilantro y tartar de aguacate. Es posible que muchos clientes habituales vayan buscando un lugar agradable donde cenar y algún plato en concreto que les haya gustado, pero los nuevos clientes podrían encontrarse un poco desubicados, aunque no por ello deja de merecer la pena disfrutar de todo lo que Zorzal puede ofrecerles.